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Durante los paros estudiantiles de 2017, el artista chileno y profesor de la Universidad Diego Portales en Licenciatura en Artes, Ignacio Gumucio, se encontró solo en su taller sin poder pintar. Prácticamente toda su vida se ha dedicado a la creación visual, a la pintura, pero la falta de motivación que le traía el estar fuera de las salas de clases, junto a su amor por el cine lo llevaron a idear su último proyecto que hoy se muestra a través de Instagram.

Las Aulas, es el nombre de la serie que creó Gumucio junto a Gonzálo Aguirre (asistente de dirección), y que cuenta con más de 100 páginas escritas, para realizarse entre 8 y 10 temporadas. En ella, Ricardo Gómez, maestro y discípulo, propone de manera crítica una revisión del arte profesionalizado, y de la convivencia entre ser artista visual y docente; los alumnos, por otro lado, se empoderan frente a la institución con paros y cuestionando las metodologías de los profesores… A continuación el artista nos cuenta un poco más sobre la serie, la forma de crearla y su intención.

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El personaje principal de Las Aulas, Ricardo Gómez, se define como un fraude de profesor, igual que tú te has definido anteriormente como un fraude de artista ¿Es un intento de falsa modestia o crees en el concepto de fraude como un empoderamiento? ¿Por qué?

No, es una coquetería. Yo planteo la idea de fraude como una baja en las expectativas, me parece atractivo que la educación artística y el arte se muevan en este margen donde las expectativas nunca van a ser cumplidas. Puede ser éxito o fracaso.

Ahora, considero fundamental estudiar artes en la universidad. La academia le hace bien a los artistas jóvenes, porque el arte no es una profesión. El arte cada vez tiene más sentido si lo puedo enseñar. Como cosa de puro taller no me interesa, eso es más un problema personal, de cosas y afectos. Lo importante ocurre en la sala de clases, donde estoy en relación con los grandes problemas del arte, allí es donde más aprendo.

La serie es una revisión a la práctica artística y a la docencia ¿Cómo trabajas el choque entre ambos conceptos? ¿Es un reflejo de tu propia experiencia como artista y docente?

Siempre está la idea de que la frustración produce conocimiento docente. Hace mucho tiempo pensaba que si era demasiado bueno como profesor me iba a convertir en un artista patético, ahora se me ha quitado ese problema porque tengo menos fantasía sobre el éxito. La serie retrata también esa idea, los profesores en la sala sienten que la cosa más importante en su vida es lo artístico pero es lo que menos tiempo ocupa en su vida.

https://www.instagram.com/p/Bm_x7prFqeH/?taken-by=lasaulas

¿De dónde vienen los personajes que parodias? ¿Está basada en hechos reales?

Mucho tiene que ver con ideas que se me han ocurrido, parodias de coleguitas que no voy a nombrar y otras son cosas históricas que he leído sobre profesores. Por ejemplo, hay un sketch, que no salió, que hablaba del método de evaluación de Baldessari, donde el tipo decía, apruebo a los que puedo recordar; a los que no los repruebo; y de los que me acuerdo de la obra, pero no de ellos, tienen un 7.

Consideras que situaciones como las de la 1° temporada de Las Aulas, ¿se viven en todas la instituciones de educación superior? 

En todas, talvez con matices de diferencia pero mi experiencia es que todas las universidades que conozco comparten el mismo modo de relación entre los actores de la comedia.

Lo importante ocurre en la sala de clases, donde estoy en relación con los grandes problemas del arte, allí es donde más aprendo.

¿Por qué enfrentar a los docentes contra los alumnos? ¿Crees que en la realidad existe una “guerra silenciosa”?

Sí, pero es un coqueteo también. Lo que sucede es que es una situación muy propicia, hay una especie de amor-odio y reconciliación. Que en el caso óptimo se da en el mundo platónico y no tiene que ver con lo sexual. Son dependientes.

¿Cómo se vincula el lucro en la educación, con el empoderamiento de los alumnos que cuestionan a la academia y a los profesores?

Lo que produjo el lucro, es que estableció una relación cliente-proveedor. Donde el alumno es el cliente y el proveedor es la institución. El profesor está excluido de esta relación de poder. Es un sujeto progresivamente más pasivo, un mero espectador de esta transacción, donde el SERNAC es más determinante que los profesores.

Las Aulas parten con un problema provocado por un ejercicio que fracasa ¿Qué causas darían como resultado un ejercicio fracasado en la realidad?

Espero que los estudiantes puedan adivinar el resultado que estoy pensando, si no hay posibilidad de sorpresa significa que el ejercicio se convierte en una pura manifestación deportiva y entonces no hay enganche posible. Lo que sucede ahí es un sinsentido. Cuando hablo del fraude o el fracaso no es una cuestión que me espante, me parece bien, lo importante es que todos sepan que yo no puedo garantizarle a una persona el éxito artístico, pero puedo enseñarle algo.

¿Cómo definirías tu intención con Las Aulas? ¿Necesita definirse?

Tenía la inquietud de hacerlo y encontré un modo que era en capsulas chicas, de un minuto, porque puedo financiarlo y conseguir a los actores. Tengo esa historia que me encantaría contar entera.

Ahora en la tercera temporada, que está en filmación, aparecerá la idea de que mi generación está complicada con la idea con la forma en que explican las cosas, los chistes y el mundo intelectual que poseemos ya no tiene cabida en los nuevos formatos.

https://www.instagram.com/p/BnJXKR2FPVh/?taken-by=lasaulas

¿Te has encontrado con problemas frente al formato de Instagram?

Claro, el problema es que en un minuto yo no puedo contar las cosas que pienso. Tengo que cortar y no me cabe en un minuto, de hecho hay frases cortadas para que entre en un minuto. Lo entretenido es que me obliga a comprimir muchísimo. Lo bueno es que hay una coincidencia entre el modo de enseñar que no cabe en los nuevos formatos y un modo de hacer películas que no cabe en este formato. Hay algo ahí que, con el tiempo he descubierto, de que la incomodidad del tema de 1 minuto coincide con el problema de Ricardo Gómez, porque está incómodo con los estudiantes… De hecho en la tercera temporada viene Alvaro Díaz que les hará un coaching donde les enseñará a hablar para millennials, les enseña a hablar más corto, porque hay una tensión que existe, después de los millennials las personas solo tendrán 8 segundos de atención, según una teoría que he leído.

¿Crees que en el humor como un discurso crítico de la sociedad? ¿Por qué?

Es el único discurso que me parece atendible, no tengo sensibilidad para otro modo. Soy de una generación a la que le repele todo lo solemne, porque fui educado en la solemnidad máxima y trágica, todo era rojo y negro, y música con zampoña. No lo puedo tolerar, no me deja pensar. Las cosas inteligentes me las han tenido que disfrazar de cómicas.

Colaboran: Javier González e Ignacio Murrua.