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La música se detiene de golpe, para el Golpe. Los cuerpos quedan despojados de su ropa e integridad, y empiezan a temblar, a resquebrajarse como papel ante la dura melodía. Los cuerpos se caen frente a los ojos de la atónita audiencia rememora, quiéralo o no, la tortura, la muerte y el sufrimiento vivido en Chile producto del Golpe de Estado hace 46 años.

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Con el estreno mundial de La Casa de los Espíritus, justamente el día 11 de septiembre y celebrando los 60 años del Ballet de Santiago, el Municipal hace presente algo más que provocación y vanguardia con una nueva obra cuya coreografía estuvo a cargo de Eduardo Yedro, con la composición y dirección musical de José Luis Domínguez.

Fotografía: Patricio Melo.

Fotografía: Patricio Melo.

Frente a las obras de ballet clásico que presenta el Ballet de Santiago, de manera recurrente, esta propuesta se hace absolutamente innovadora. La coreografía se aleja de los cánones acostumbrados, los movimientos ostentan mayor flexibilidad y sensualidad; mientras que la historia se aleja de las convenciones sociales moralmente aceptadas para presentar escenas crudas, fuertes y violentas.

La adaptación del libro escrito por Isabel Allende para la coreografía fue realizada por Verónica González y Pamela Figueroa, y cuenta la historia completa, con énfasis en la cruel sociedad del siglo XX, a través de las diferencias entre clases sociales y violencia de género. Realizar el guión de un libro con cerca de 500 páginas no es sencillo, por esto el vestuario realizado por Jorge Gallardo es todo un acierto ya que permite comprender y entender quiénes son los personajes y su vinculación familiar, lo que ayuda a la narración de la historia que se apega a la literalidad de las acciones. Cada generación posee un color diferente, mientras que los espíritus están de blanco y circulan constantemente por el escenario.

Fotografía: Patricio Melo.

Fotografía: Patricio Melo.

Resulta interesante considerar que en esta coreografía se presenten escenas de violación sumamente directas en el escenario, con una connotación política marcada y directa, que aborda la tortura y las violaciones a los Derechos Humanos, y que además no podía encontrar una mejor fecha para su estreno. Es, además, paradójico pensar en la reacción de la conservadora audiencia del Municipal de Santiago que se espantó al ver la ópera Lulú, cuando tenga que enfrentarse a escenas de abuso a menores explícitas, que se realizan en esta obra. Sin embargo, ¿para quién se genera el arte? ¿cómo formamos nuevas audiencias y qué se desea mostrarles? La ópera y el ballet en el resto del mundo han dejado las convenciones de estilo y de forma, así como ocurre en las otras artes, ¿qué pasa en Chile al respecto y por qué sigue siendo fuerte ver temáticas vinculadas a la memoria y a la realidad del país en el teatro más importante?

La Casa de los Espíritus se presenta en el Municipal de Santiago entre el 11 y el 17 de septiembre, para más información sobre las entradas, haz clic acá.