A la cabeza del ganado, es una obra que cuestiona las formas en que se toman las decisiones a nivel país en distintas circunstancias donde el poder hace estragos: las federaciones estudiantiles, la junta de vecinos, el Congreso, la Presidencia y, cómo no, los empresarios.
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La complejidad de «tener» o ejercer el poder es que las situaciones se pueden manipular, manejar en base a la conveniencia personal, es así como demuestra la Compañía Equipo y el director Pablo Green, a través de estas cinco escenas donde se observa cómo el «bienestar» social depende tan solo de algunas personas, que están velando constantemente por su propio bien, sus propios prejuicios o intereses. Y cómo no podría armarse una obra que sea un espejo de la realidad actual en el país, si las Instituciones están constantemente demostrando la corrupción de sus miembros, las coaliciones empresariales parecieran ser tan literales como se observa en la última escena de la obra, donde aquellos alumnos de la Pontificia Universidad Católica, que presentaron una lista para dirigir la federación de estudiantes -en la primera escena- se juntan décadas más tarde para definir el futuro de los precios, de los políticos y los nombres que se pondrán de moda en las futuras generaciones, porque sí, el poder se concentra en las mismas familias que lo tenían hace más de un siglo atrás, tal como demuestra Sofía Correa en «Con las riendas del poder: la derecha chilena en el siglo XX», tal como se observa al ver los apellidos de los gobernantes desde la Independencia.
¿El problema? Lo sabe cada una de las personas que integramos este país, un país donde el poder se centra en unos pocos, el dinero también, y los demás estamos como el ganado, a la merced.
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