El fin de semana reciente se presentó el ballet clásico, Raymonda, entre las funciones del Pequeño Municipal. Quienes hayan tenido el placer de asistir a este programa del Municipal de Santiago habrán notado que es una de las instancias más provechosas del país para comenzar a formar a los niños en el mundo de la cultura, para que tengan la costumbre de acercarse al teatro, a valorarlo, a disfrutar y a conocer tanto de danza como de ópera e instrumentos musicales en los conciertos.
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Foto: Patricio Melo.
Niños, por lo general menores de 12 años, llenan las butacas del Municipal junto a los adultos que los acompañan. Generan preguntas, cuestionamientos, gritos y le dan vida a las obras que se presentan a través de un narrador o de alguien que hace más amenas las historias para que todos puedan comprenderlas. En esta oportunidad, el Municipal inició la Temporada 2019 con el ballet Raymonda.
Se abren las cortinas y el narrador hace la entrada en escena. Lo más impactante es la escenografía que destaca por sobre cualquier otro elemento del escenario, e inmediatamente comienza la narración de la historia completa, de principio a fin. Un cuento hablado para los niños de la audiencia.
– “Yo no quería escuchar la historia, quería verla y entenderla”, señala Lucía, de 8 años de edad, luego de expresar su asombro por la escenografía y consultar quién la había realizado.
Si la escenografía llama la atención es porque su creador, Pablo Núñez, realiza escenografías cargadas al barroquismo con una gran calidad visual. Sus obras inundan los sentidos y nos trasladan –en este caso– a lo que fueron las iglesias bizantinas, los palacios medievales, donde el dorado, las decoraciones, las columnas (griegas o romanas, en palabras de Lucía), las molduras, los bosques, las lámparas, todo, alude a una época donde la decoración colmaba la vista. Las telas del vestuario (otro de los elementos destacados por Lucía durante la función), dejan ver la calidad desde lejos ya sea por los colores (que escasamente se encuentran en el país), por los brillos, los cortes o el diseño que bien se trabaja en los talleres del teatro. Y ¿cómo no podrían alucinar los niños con estos montajes y producciones? Si, finalmente, para ellos el mundo es una fantasía y estos escenarios se los hacen realidad.
Foto: Patricio Melo.
Generalmente los niños no identifican en el teatro las diversas áreas artísticas que están comprometidas en la escena: iluminación, guion, escenografía, vestuario, coreografía, canto, música, entre otros. Pero mi hija, Lucía, con 8 años de edad sí, porque su padre es pianista y le enseña sobre música desde que nació; y conmigo visita exposiciones, lanzamientos de libros y asiste al Pequeño Municipal cada vez que podemos. Desde que tiene memoria se le ha enseñado sobre los diversos tipos de artes que intervienen en montajes, por los conceptos e investigaciones que se genera el arte visual contemporáneo, se le ha enseñado las diferencias entre ilustración y textos en los libros y cómo cada uno ayuda a complementar al otro, y puede distinguir instrumentos solo escuchándolos, entre otras muchas habilidades que la hemos ayudado a desarrollar. Y sobre Raymonda sus observaciones me dejaron impresionada porque siempre responde desde lugares que los adultos no esperamos.
“Lo que más me gustó fue la escenografía y el vestuario”
Foto: Patricio Melo.
La adaptación del ballet que se realizó para el Pequeño Municipal, logró cautivar la mirada de los niños. La extensión de la obra, por otro lado, llamó la atención de sobremanera pues rebasó el límite acostumbrado e incluso se hizo un poco extensa. Y acá la mirada de Lucía a las preguntas fundamentales sobre cualquier obra:
¿Qué fue lo que más te gustó?
Lo que más me gustó fue la escenografía y el vestuario. Era maravilloso, sobretodo el de Raymonda cuando estaba de dorado.
También me gustó la danza de los húngaros, cuando bailaron los cuatro solos. Y cuando bailó el malo.
Foto: Patricio Melo.
¿Qué fue lo que menos te gustó?
El narrador, no quería escuchar la historia. Quería verla y entenderla…
¿La hubieras entendido sin el narrador?
Sí, claro.
¿Qué otra cosa no te gustó?
El comienzo, cuando los personajes se presentaban al rey.
Y la duración de la obra… ¿qué te pareció?
Me pareció bien. Me gustó harto.
¿Se la recomendarías a una amiga?
Sí, definitivamente. Le diría que es una obra súper bonita, que la escenografía es impresionante, que la historia es entretenida y tiene que venir a verla.