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“Mis piezas van cobrando vida en el momento en que yo empiezo a trabajar con ella. Cuando las recojo están desprovistas de esas emociones, de esa carga, de ese valor. Es mi trabajo, mi diálogo con ellas, lo que les atribuye ese rango poético”

M. M.

La muestra Lírica Residual, de la artista costarricense Montserrat Mesalles, destaca entre lo mejor de la agenda expositiva madrileña dentro del Programa Arco Vip de esta nueva edición de la feria. Su obra es un caso excepcional en el ámbito de la escultura contemporánea en el contexto del arte latinoamericano y caribeño.

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Sobre esta exposición, señala su curador:

En tiempos de desgastes ideológicos y de saturaciones excesivas, esta exposición propone una reflexiona crítica (y lúdica) sobre el estado de obsolescencia programada entendido hoy como una de las tantas de sentencias que giran en torno a la cultura contemporánea y a sus mecanismos de construcción. De tal suerte, cada una de las piezas reunidas aquí establecen -a su modo- un comentario crítico respecto de esa condición predatoria del sujeto contemporáneo y de sus prácticas de sobreexplotación, de producción y de consumo. Por tal motivo los términos inmortalidad y permanencia abandonan sus significados al uso para convertirse en razones o premisas argumentales sobre las que se organiza el discurso escultórico de Montserrat Mesalles. Su trabajo resulta, sin duda, un caso excepcional dentro de la dramaturgia objetual de las prácticas artísticas en el contexto latinoamericano. Excepcionalidad que le viene dada por la destreza de sus prefiguraciones conceptuales, la habilidad técnica amparada en los recursos de una portentosa imaginación y el declarado compromiso (y posición) frente a los males de su tiempo. Cuando la cultura contemporánea va camino de convertirse en un gran vertedero, esta artista apuesta por la recuperación y la restitución del valor de los objetos que se acumulan en los cementerios industriales. Espacios que no son sino la más elocuente metáfora relatora de esa extraña dinámica en la que el hombre es trascendido en su animal-humanidad. La obra de Mesalles es una suerte de epifanía, de celebración de la vida allí donde los sepultureros más rancios decretan la defunción y obsolescencia del objeto luego un tiempo de uso. Estos objetos, en su estricta condición de obras de arte, gocen de una dualidad discursiva: de una parte, responden a los enunciados del divertimiento y de la distracción estética; de otra, respaldan un llamado de atención frente a los paradigmas del discurso ecológico contemporáneo y a todas las políticas de sostenibilidad y conservación. Montserrat no es una escultora en el sentido tradicional y reductivo del término. Es, con diferencia, una hacedora de grandes metáforas, una arquitecta de nuevos sueños, una artista que asume -en primera persona- el compromiso esencial de arte: el de ser una voz que habla e interpela las extrañas dinámicas de este mundo nuestro.

Andrés Isaac Santana, Comisario de la muestra

Montserrat Mesalles nació en San José de Costa Rica, país en el que reside y trabaja. Obtuvo su bachillerato en Artes Plásticas, con énfasis en pintura, en la Universidad de Costa Rica en el año 1986. En 2016, en la misma universidad, se licenció con una rigurosa investigación sobre el desperdicio industrial y la reutilización de materiales, respondiendo al compromiso que ha adquirido con su práctica artística donde la sostenibilidad y las dinámicas del reciclaje centralizan su metodología de trabajo. Este interés nació en la artista a raíz del contacto muy estrecho que ha tenido con maquinarias ya que pertenece a una familia de industriales, lo que le llevó a adquirir una fascinación y una notable curiosidad por el funcionamiento de las mismas. Todo ello se tradujo en una preocupación por los procesos de acumulación de desechos que la industria dispensa de un modo bastante arbitrario de cara a la sanidad e higiene del medio ambiente. Fue entonces que estas discusiones despertaron en ella una conciencia crítica asistida por la necesidad de conservar y preservar el planeta. Actualmente, la escultura se define como el medio y el lenguaje artístico fundamental en el contexto de su poética y enunciados discursivos. Artistas de la talla de Mark di Suvero, Robert Rauschenberg, John Chamberlain, Anthony Caro y Bill Woodrow, han supuesto una profunda inspiración para la artista costarricense que, al igual que ellos, usa el “desperdicio industrial” como base material y estructural de la obra. Desde estas influencias y desde el establecimiento de un lenguaje propio, donde los conceptos de sostenibilidad se amalgaman con una reinterpretación contemporánea de la noción de objeto encontrado de Marcel Duchamp, Mesalles advierte que todo en la vida tiene un potencial renovable y que en el mundo actual -donde hay tanta abundancia y sobreconsumo-, es posible prolongar la vida a muchos materiales preexistentes, llevando esto a su práctica donde absolutamente todo lo que emplea, incluso los cristales son reciclados- consagrando, de tal modo, una suerte de lírica del residuo. Recientemente su trabajo pudo verse en España en una maravillosa muestra individual “El objeto esculturado” en el Museo Antiguo Convento-La Merced de Ciudad Real, en el evento colateral de la Bienal de Venecia 2017, Personal Structures: Crossing Borders del European Cultural Center y La GAA Foundation, y es una de las artistas invitadas a la próxima edición de la Bienal de La Habana que tendrá lugar en Cuba durante los meses de abril y mayo de 2019.