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Son pocas las películas chilenas de animación. Las que destacan por el contenido de la película y no por factores externos como la participación de un famoso (Coco Legrand en Cesante) o una historieta detrás (Ogú y Mampato, Condorito), son menos. Resalta la ganadora del Oscar Historia de un oso, pero es un corto. Entonces entra en las salas de cine La Casa Lobo de León y Cociña, que es una película de guion original y una técnica de animación pocas veces trabajada en largometrajes nacionales: el stop motion. La película es como una pesadilla, pero al finalizar queremos más. Queremos hojear el libro que está en librerías, saber las razones que hay detrás de su premiación con el Caligari Filmprei en la Berlinale y de los dos galardones que se le otorgaron en el Festival Internacional de Cine de Valdivia.  Tanto mito hay tras la película, que hubo una exposición en el GAM que debió extender su programación, donde la gente podía caminar dentro de la casa de la película y ver muñecos de León y Cociña animando el film. Misma exhibición que llegó a Art Basel en Miami. En entrevista con Arte Al Límite, animadores chilenos comentan las razones del éxito de La Casa Lobo.

Conversamos con Cecilia Toro, animadora del estudio Plastivida; Leo Beltrán, parte del equipo de Niñoviejo; y con José Navarro, guionista y presidente de la Animachi, la Asociación Chilena de Animación; quienes nos ayudaron a entender las razones del éxito del largometraje de León y Cociña, que también ganó mejor animación en el Festival de Cine Monterrey, México y mejor película en el Festival de Cine Latinoamericano en Quito, Ecuador.

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¿Cuál es su opinión sobre La Casa Lobo?

Leo Beltrán: Creo en primera instancia que es algo súper necesario para la industria audiovisual chilena y en particular para la animación, porque a lo que más nos ayuda este tipo de obras es a diversificar la industria y no llevarlo hacia lo mainstream, sino que en particular llevarlo hacia la experimentación y hacia  una mirada más crítica a lo real, que debería tener el audiovisual chileno.

Cecilia Toro: A mí me encantó Casa Lobo, conozco el trabajo de León y Cociña hace tiempo, me encantó porque respondía a esa libertad que tienen ellos, dan rienda suelta a la forma de contar, no están prisioneros de una academia ni otras formas de narrar historias, eso siempre conquista. Casa Lobo respondió a eso con más fuerza que los cortos, está película fue como la consolidación del lenguaje de ellos, lograron tener una especie de vocabulario propio de stop motion y eso es alucinante,  es una gran escuela para todos nosotros.

José Navarro: Me encantó, esta película logró diferenciarse de lo  clásico de animación que llega a Chile, me encantó la propuesta súper de autor y el juego que hacen con las capas de la historia. Como guionista es lo que más importa, la historia es muy simple y tiene una forma de contarse que es muy distinta, original. Hay humor, crítica, cierta acidez en el relato que hace que no sea tan densa, porque si bien es una película un poco pesada, siento que tiene los ingredientes justos para equilibrar eso y que sea digerible.

¿A qué se debe el éxito de esta película?

José Navarro: Comparado con otras películas que se han hecho en Chile tienen una propuesta súper distinta ya sea por el público objetivo al que apunta, por la técnica, no habían películas con ese nivel o cantidad de stop motion, habían cosas en tamaño de maquetas, mientras que esto es tamaño real, es muy distinto a lo que se había visto en los largos anteriores.

Leo Beltrán: El éxito hay que medirlo en la medida de qué tipo de éxito tiene, porque no es un éxito masivo ni de gente en sala, sino que es un éxito de reconocimiento por el tipo de obra que tiene. Se debe, justamente, a la experimentación exitosa que tuvieron, creo que es una maduración de estos dos autores en el trabajo que estaban haciendo, ya tenían cosas que estaban funcionando bien con la misma técnica y similares motivos, entonces creo que es un paso natural que al ser un largometraje sea una presentación especial. Es algo pocas veces visto y que funcionó para el entendimiento público, que no es un lenguaje encriptado pese a ser un lenguaje experimental. Hay un punto bonito en el trabajo análogo que se logra hacer metiendo estas técnicas a nivel masivo.

Cecilia Toro: Tiene que ver con que ellos están más preocupados de las ideas que de los resultados, eso hace que lo que se vea finalmente -lo muñecos, los fondos o como se mueve la pintura- sea la respuesta a lo que ellos tienen como idea, más que preocupados de que sea lindo o se vea bien, tienen fuerzas, y para que las cosas tengan fuerza tienen que tener espontaneidad y ellos se manejan tan bien con los códigos que pueden tener espontaneidad, es como cuando tocas un instrumento tan bien que después puedes improvisar. Creo que ellos ya se pueden dar el lujo de ser espontáneos y relajarse, entonces el mensaje es súper fuerte. La animación puede documentar hechos históricos, enviar mensajes, puede educar, reflexionar por eso Casa Lobo es tan importante, porque es súper jugado, los otros largometrajes animados en Chile tienen un corte más familiar.

¿Hay una oscuridad que resulta bella en Casa Lobo?

Cecilia Toro: Yo creo que lo más bonito de Casa Lobo es que es súper absurdo todo, hay oscuridad pero también humor, ironía, quizás si fuera solo oscuridad sería más predecible, pero tienen una mezcla con humor negro que es exquisita, desconcierta de principio a fin como lo hace el stop motion, que desconcierta porque es realidad pero es ficción y resulta extraño, ellos lo llevan al nivel de la narrativa para resaltar eso.

José Navarro: Tiene que ver con los referentes que ellos usan, el concepto de los cuentos infantiles que hace de contrapunto con esta historia súper densa dramática hay ahí pequeñas luces que lograron hacer una mezcla de géneros que tiene que ver con la comedia, el cuento infantil para contar un dramón intenso que funciona bien, hay un montón de guiños a libros infantiles, la estética, el imaginario, mezclados con la historia de este pederasta, es un logro que tiene la película.

Leo Beltrán: Creo que eso es una de las cosas atrayentes que tienen porque al liberarse del masivo se vuelve más auténtico el trabajo, entonces esta oscuridad es propia de la primeras animaciones reales del stop motion, que son los checos, los rusos, son secos para trabajar esos contenidos que después nos llegaban a nosotros, las cosas antiguas tenían una oscuridad muy marcada y nos definieron a nosotros en nuestra infancia, los dibujos animados rayaban en lo oscuro, entonces se conectó muy bien porque el público creció y es un público-realizador que busca a su público, es una conexión muy fuerte entre el niño interior y la realización sincera.