Agnes Martin | La abstracción americana

Agnes Berenice Martin nació en Canadá, el 22 de Marzo de 1912, y fue hija de descendiente de escoceses. Desde muy chica, tuvo la inquietud por el arte, y optó por la enseñanza, por esta razón en los años cuarenta se trasladó a Nueva York para estudiar artes en la escuela de Magisterio de la Universidad de Columbia. Estando allí tomó contacto con el expresionismo abstracto, el estilo moderno con el que ella mejor se sentía.

Agnes, se definía a sí misma como la última pintora expresionista abstracta. En la década del 50´ su trabajo evolucionó desde el expresionismo abstracto a un estilo más personal y característico, denominado minimalista, como dirían en su lugar natal. En 1967, cuando su carrera en Nueva York estaba empezando a dar frutos, dejó la ciudad y deambuló durante casi dos años entre Nueva York y Canadá antes de instalarse en Nuevo México, Georgia buscando la paz y el silencio. Esto debido a un un episodio de psicosis que tuvo antes de viajar.

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Este episidio afectó a su producción artística, por lo que dejó de pintar durante siete años. En 1974 retomó la pintura y se lanzó a la fama. Sus obras pasaron a formar parte de muchas colecciones. Entabló amistad con Rauschenberg, Jasper Johns o Robert Indiana. Se convirtió en una inspiración para los artistas más jóvenes como Eva Hesse o Ellen Gallagher, quienes quedaron deslumbradas con sus obras.

La mayor parte de sus telas estaban divididas en celdillas cuadriculadas y, aunque las formas sean minimalistas, reflejaban muchos de sus aspectos personales y espirituales. El Taoísmo era el estilo de vida que eligió para vivir, por esta razón siempre se mantuvo apartada del intelectualismo, destacando solo la personalidad y el espíritu de la obra. Por otro lado, sus lienzos representaban formas abstractas en las que pintaba líneas horizontales, bandas de color con pinceladas sutilmente pujantes, cambiando de paleta de una serie a otra.

Finalmente, las pocas licencias que realizó en edad avanzada, hicieron mutar su formato de grandes dimensiones a formatos más pequeños, así podría seguir moviéndo ella sola sus propias obras. Trabajó constantemente hasta el final de su vida. Murió el 15 de diciembre en una residencia de jubilados de Taos, Nuevo México en el año 2004, a la edad de 92 años.