El Museo de Artes Visuales (MAVI) y BHP Minera Escondida desde el 2006 trabajan en alianza apoyando nuevos talentos en las artes visuales, tras instaurar el Premio MAVI / BHP Minera Escondida Arte Joven Contemporáneo, que hoy presenta su XII versión, generando un espacio para visibilizar y difundir el trabajo de artistas emergentes chilenos (sub 35), disponiendo de un escenario de gran jerarquía para proyectar sus obras.
Tres plantas se encuentran dispuestas a mostrar ese amplio y singular espectro artístico emergente, en el cual destacan la originalidad matérica de los proyectos que van desde tejido en macramé a hologramas, de pantys hilvanadas a porcelana en frío, de intrincadas instalaciones a la pueril y moldeable plasticina. En suma, voces y modos de expresión fundados en la posibilidad de crear un orden “desemejante”, entendido como la alternativa de ver, percibir y entender diferente, y que de plano intenta romper lo predecible, cosa que no siempre ocurre, pero que en sí reconoce una significativa búsqueda de formas y contenidos.
Desde ya, lo que parece un ejercicio elemental pasa a ser una extensión de la memoria en La nostalgia de la Imagen de Paulina Olguín Espinoza, obra con la que obtiene el tercer lugar, tras encapsular los recuerdos en precarios espacios de íntima añoranza, los que incidentalmente se asocian con Mirror Arquitectos, de Leonardo Suárez Molina, quien mediante cubos de vidrio-espejo e hileras de casas plásticas, hace un intento por demostrar que la ciudad, por precaria que parezca, igual nos encarcela. Asumido impasse que desde ya redunda en contener, capturar, aparecer y desaparecer como sucede en la instalación holográfica animada en 2D de Pamela Briones Pérez, donde invita al público a descubrir la Presencia-Ausente. Insoslayable juego de imágenes que instala un hilo conductor que instantáneamente pone a prueba la ilusión del visitante con la obra Trans– de Bernardita Bertelsen Mayol, quien utilizando vinilo autoadhesivo, crea una transmutación de isométricos reflejos.
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En lo que a técnica se refiere, en un hacer absolutamente distinto, Judit Lara Espinoza hace de las virutas sobrantes de lápices grafito un inmejorable recurso para dar forma a Dactilares, con tres ondulantes huellas que de ante mano abren aún más la posibilidad de indagar en otros soportes. Desafío que asumen tanto Valentina Morales Soto con Quebranto, Sumerjo, Emano, una escultura blanda creada en base a algodón, género, hilo y unos cuantos fósforos con los que arma un enrarecido amasijo de alas y plumas. Como Catalina Montero Bastías, que en paralelo busca La redención hilvanando, remendando y remedando un interminable camino de pantys, con el que sutilmente se adueña de un espacio, pretendido además por Paulo Escalona Armijo, con ese Ojo cúbico, omnipresente y poligonal, que cual oráculo de cartón recorre imaginariamente la muestra, fijando la mirada en ese Monstruo moldeado en plasticina de Amanda Saez Olmedo, quien desde el desgarro exhibido en estas desmembradas correas, demuestra un acabado manejo técnico, idéntico al apreciado en ese óleo sobre tela que reproduce con esmerado realismo la Balloon Venus Vessel de Jeff Koons, en una suerte de guiño, que gira el foco hacia la pintura. Oportuna instancia a la cual se agrega Deus ex machina, título que de por sí, acaba en una pregunta abierta que Francisco González Meléndez, intenta responder mediante un ejercicio plástico que enfatiza la idea de que las máquinas detentan el poder, como un acto de rebelión hacia su creador, quien en resumidas cuentas asume esa tácita dependencia e irreversible sumisión.
Si bien hay mucho más que contar de estas casi 50 obras, lo primordial del XXII Premio MAVI / BHP Minera Escondida, es que nos entrega nuevas pistas por donde transita el arte joven, siendo un portador indispensable a la hora dar visibilidad y reconocimiento a promisorias figuras, las que por sobre cualquier consideración o postura crítica nos reportan una visión periférica sustentada en algunas claves fundamentales: desde luego en la diversidad conceptual y material, seguido por la ductilidad creativa de sus autores, la que incide especialmente en que esta plataforma sea una magnífica oportunidad de ver la renovación del panorama plástico nacional, posibilitando un interesante debate en torno al quehacer de cada autor aquí seleccionado. Hecho que en gran medida concuerda con el planteamiento del académico Sergio Rojas: “El núcleo de la cuestión no está en el contenido ideológico que supuestamente la obra «transmite», sino en el hecho de que los recursos emergen (la materia, el orden significante, el soporte, el pigmento, el sonido, la gramática, etcétera), y a partir de esa operación se generan modos inéditos de sentido”.