¿Qué forma tiene un estero?¿Cuál es la silueta de un embalse?¿Cómo configura un río su caudal? Preguntas con respuestas tan diversas como esteros, embalses y ríos hay en el mundo, pero que la artista Lucía Gianello ha decidido responder desde su propia subjetividad a través de Cuerpos de agua (2020) y Las aguas se estancan en las grietas del tiempo (2020), la obras más recientes de la muestra «Del mapa al territorio».
Dicha muestra nos invita a remirar el territorio y a preguntarnos sobre las grietas —y a veces abismos— que existen entre su representación y la realidad. “Durante el proceso de traducción de información realizado por cada medio de representación siempre se sacrifican o se pierden datos, ya que no somos aún capaces de reproducir la simultaneidad de estímulos que configuran la realidad según nuestra experiencia sensible”, explica la artista sobre las reflexiones que guiaron las obras que integran esta exhibición, y que en sus palabras son una especie de cartografía pictórica.
De acuerdo con Lucía Gianello, estas traducciones, materializadas en dibujos, pinturas, fotografía o esculturas, tienen como resultado nuevos objetos, artefactos e imágenes físicas o digitales que son valiosas en sí mismas: “Todos ellos nos permiten acercarnos a través de nuevas miradas, de perspectivas particulares, a los territorios representados, lo cual nos hace aprehenderlos y apreciarlos de manera cada vez más completa y sensible”, afirma.
«Del mapa al territorio» podrá ser visitada en la página de la Escuela de Arte y de Galería Macchina, en el canal de YouTube de la Escuela de Arte UC y el Instagram de Espacio Vilches. La exhibición presencial estará disponible hasta el 22 de diciembre para los miembros de la Comunidad UC que cuenten con autorización de entrar a Campus Oriente.
Lucía Gianello Gayoso (Montevideo, 1995), es licenciada en Arte por la Escuela de Arte UC y diplomada en Ilustración por la Universidad de Chile. Se dedica a la pintura y a la ilustración, disciplinas en las que desarrolla proyectos expositivos, editoriales y de diseño. A continuación, la artista entrega detalles acerca de las obras que componen esta muestra:
En términos concretos, ¿qué territorios fueron representados en tus obras y por qué los has elegido?
Las obras que conforman la exposición se basan en algunos territorios que he visitado o fotografiado desde la altura durante distintos viajes en avión. Por un lado, la instalación central en papel pintado y calado a mano “Del mapa al territorio” (2017), tres piezas de la serie en planchas acrílicas y serigrafía “Recuerdos y Fragmentos” (2017-2020) y el libro de artista fotoquímico “Paisajes sin fin”(2018), retratan desde perspectivas aéreas y cenitales distintos territorios españoles como terrenos rurales en el noreste de Castilla La Mancha, los barrios San Blas y Canillejas de Madrid y las ciudades de Aranjuez y Mataró. Estos sitios tienen para mí gran valor afectivo, ya que en ellos he fijado potentes recuerdos junto a familiares y amigos que han migrado a España y que periódicamente he podido visitar. En ese sentido, se vinculan a mi identidad afectiva e intercultural como inmigrante proveniente de un país de inmigrantes.
¿Qué elementos propios de tu subjetividad podremos ver en la representación de estos territorios?
Mi subjetividad tiene un papel importante en la representación del territorio desde el momento en que tomo mi cámara y elijo qué fotografiar a través de la ventanilla del avión. La elección de los encuadres y el ángulo de la toma ya determina una lectura sesgada de la tierra, ya que sus siluetas se deforman o se tiñen de distintos tonos según la distancia, hora del día y época del año en que las capturo. Luego, el filtro del gusto por ciertas texturas, formas y colores, junto a los lazos afectivos asociados a los territorios, confluyen en cierta selección de las imágenes registradas, las cuales paso a delinear en Adobe Illustrator, generando una serie de trazados guías que más tarde se transformarán en los límites o contornos de cada capa de material (ya sea papel, acrílico o mdf). La decisión de qué dejar dentro o fuera de los límites vectoriales que trazo, resulta en una “topografía subjetiva” de los territorios representados, que no tiene necesariamente que ver con datos científicos duros de relieve y altitud, sino con una interpretación de lo que percibo en términos visuales, funcionando a modo de calco de la imagen fotográfica. Por último, la manera en que aplico el pigmento sobre los soportes trabajados –tintas y gouache en el caso del papel y tintas serigráficas en las piezas acrílicas– siempre busca contraponerse al proceso más racional y sistemático de los trazados, al poner énfasis en la expresividad del color y la mancha que darán cuenta de la atmósfera de los sitios representados.
¿Por qué te refieres a tus obras como “cartografías pictóricas”?
Sus estrategias visuales y operaciones formales plantean un punto de encuentro entre la demarcación de fronteras y representación de volumen de los mapas y topografías y la subjetividad e intuición de la pintura paisajista. Una unión entre los dos conceptos extremos del trinomio “mapa-territorio-paisaje” –base teórica de mi investigación visual– que resulta en objetos que refieren a territorios reales, pero que en su autonomía invitan al espectador a reflexionar respecto a sus propias maneras de percibir, conceptualizar y habitar el territorio donde se localiza.
¿De qué forma cada técnica utilizada representó el territorio? ¿Existe una cualidad o característica propia de cada técnica?
La metodología de trabajo recién mencionada se replica más o menos de la misma forma para cada técnica, siempre actuando desde posibles variantes del lenguaje pictórico. Sin embargo, las estrategias de montaje junto al resultado material de las diferentes obras –ya sean capas de papel, planchas acrílicas, dibujos murales o fotografías químicas en cianotipo– permiten que se destaquen distintos aspectos de los territorios representados y de sus sucesivos procesos de codificación y traducción.
¿De qué forma se logra esto en «Del mapa al territorio»?
Por ejemplo, cuando las piezas de papel calado se instalan en el espacio de la galería, como en el trabajo de esta muestra, estas empiezan a apelar al cuerpo del espectador en su escala, volumen y disposición espacial, permitiendo que este las recorra y las observe como si fuera un gigante caminando sobre la tierra. En segundo lugar, las tres obras de acrílico instaladas en los muros nos hablan, mediante sus transparencias, brillos y levedad material, de fragmentos de territorios que “flotan” en la memoria como piezas desperdigadas de un mapa que nunca se termina de dibujar. Su configuración por capas transparentes separadas de material nos permiten apreciar este análisis de la topografía de los terrenos, pero desde una mirada y distancia más íntima. Por otro lado, los dibujos murales que recorren los 3 muros de la galería están basados en las 3 piezas que configuran la obra «Del mapa al territorio». Con sus líneas que van mutando en color, los dibujos hacen referencia, no solo a mi mismo proceso de trabajo, sino también a los límites y fronteras demarcados por las cartografías y, por lo tanto, a la dimensión más abstracta y racional de este análisis del territorio. Por último, el libro de artista en cianotipo “Paisajes sin fin” –que hoy se expone en su versión abierta, en abanico– permite hacer una lectura secuencial a través de fotografías aéreas, diagramas cartográficos y calados que nos hablan de un recorrido mental por el territorio, de un viaje que ocurre minuto a minuto por nuestros recuerdos ambientales.
Espacio Vilches, llamado así en homenaje a uno de los fundadores de la Escuela de Arte UC, Eduardo Vilches, es una sala de exposición que tiene como objeto dar a conocer las obras de los estudiantes de pregrado y postgrado, así como de los recién egresados de la licenciatura de la Escuela de Arte UC.