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El documental No pasarán (Nae pasaran!, 2018) de Pelipe Bustos sigue la historia de los trabajadores escoceses que derrotaron a los aviones que bombardearon La Moneda en 1973. Al negarse a trabajar en la mantención de las máquinas, se aseguraron de que nunca más volaran, en un acto de solidaridad  con trabajadores de la aviación chilena del que poco se supo en Chile. El documental ganador de un Bafta viene a rescatar un gesto que repercutió en vidas y muertes, historias que recién gracias a esta investigación pueden ser contadas y que refuerzan las razones de la entrega de la máxima distinción a ciudadanos extranjeros que entregó el gobierno de Chile en 2014 a tres de los obreros que iniciaron el boicot.

 

Todo comienza 40 años antes, cuando en 1974 el motor 15607, de avión modelo Hawker Hunter  ingresa en la planta de Rolls Royce en Escocia. Bob Fulton, un obrero de la fábrica de los refinados motores, nota que el origen del mencionado mecanismo es de la república de Chile. Rápidamente piensa, el sindicato de la empresa tiene una postura de oposición al gobierno de la Junta Militar chilena. Entonces Fulton involucra a sus compañeros Robert Sommerville  y John Keenan, en conjunto levantan la voz y pronto todos los obreros de la fábrica están de acuerdo con las etiquetas de “black” que pusieron sobre los motores chilenos. Es decir, se “embargaron” los motores y nadie trabajó en ellos.

Por supuesto, el asunto escaló hasta la gerencia y las autoridades civiles, y desde este lado del continente se intentó una demanda por incumplimiento de contrato, para apurar la reparación de los equipos que eran propiedad de la fuerza área chilena. Se corrió la voz del gesto de solidaridad, se escuchó en Bélgica en las reuniones de exiliados a las que asistían los padres del director de este documental; se escuchó también a través de un sistema de antenas disimulado entre los alambras para colgar la ropa en el campo de prisioneros de Isla Dawson, donde los sobrevivientes al bombardeo de la casa de gobierno estaban recluidos. Aquí hay momentos de fina investigación de archivo que realizó Bustos, en que rescata imágenes de la visita de prensa a Isla Dawson y a la vez es uno de los hombres que aparece en esas imágenes el que cuenta la anécdota de las antenas en los cables de la ropa frente a la cámara de Bustos.

«Con el fin de volar nuevamente los Hawker Hunter la fuerza área chilena intentó reparar las máquinas manualmente, con consecuencias fatales»

Fulton, Sommerville y Keenan narran la historia de cómo organizaron su boicot tomando una cerveza, junto a otros obreros de la fábrica. Algunos tienen casi 90 años, y juntos recuerdan los 4 años que los motores chilenos estuvieron abandonados en el patio bajo el clima escocés. Esa es la historia conocida, pero hay testimonios que evidencian el secreto histórico que se quiso extender sobre este tema, voces que hablan de asuntos de vida y de muerte.

Un prisionero a cambio de cada motor

“Un prisionero a cambio de cada motor” la frase es un rumor histórico, sin respaldo documental. La fuerza área chilena puede destruir sus documentos, y lo hizo, los archivos desde Escocia serán revelados en 2039. O sea, no hay respaldo de que esta declaración haya emitida por ningún órgano chileno. Pero sí hay testimonio grabado de un exiliado que dice deber su vida al boicot de los obreros escoceses. Esta historia tiene el conocido “efecto mariposa”, que viene de la frase “una mariposa aletea en Brasil y provoca un tornado en Texas” representando la amplificación del impacto de las pequeñas acciones.

El sindicato de la Rolls Royce decidió su postura ante la situación en Chile porque la fuerza área chilena tomó prisioneros a los funcionarios de su institución que se declararon en desacato. Esa es la razón del “embargo” que iniciaron. Es a uno de estos prisioneros al que al llegar a su país de exilio le dicen que ha sido intercambiado por uno de los motores estancados en la fábrica de Rolls Royce. ¿Qué dicen Fulton y compañía cuando ven el video de esta historia? Hay que ver “No pasarán” para conocer la respuesta.

Los obreros supieron el paradero de los motores hasta 1978, año en que fueron robados del patio de la fábrica. Para ellos fue un misterio lo que sucedió después. Bustos investiga. Un general retirado de la Fach tiene la respuesta para esa y otras interrogantes. Un hombre que no se arrepiente de sus acciones, aun cuando al recuperar los aviones la Fach tuvo que adquirir los repuestos desde India y otros países igual de distantes. Con el fin de volar nuevamente los Hawker Hunter la fuerza área chilena intentó reparar las máquinas manualmente, con consecuencias fatales para al menos uno de los pilotos de pruebas.

En 2014, en representación del gobierno de Michelle Bachelet, Fulton, Sommerville y Keenan reciben un galardón muy importante por las acciones que hicieron 40 años atrás. En palabras del embajador Rolando Drago, la medalla Bernardo O’Higgins expresa a nombre de todo el pueblo chileno “gratitud eterna”.

Conocer esta historia de solidaridad internacional será posible a partir del estreno de No pasarán, programado para el 6  de junio en los cines chilenos.