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«Ahora Zurita —me largó— ya que de puro verso y desgarro pudiste entrar aquí, en nuestras pesadillas, ¿tú puedes decirme dónde está mi hijo?»

–          Raúl Zurita.

El documental estrenado en la Cineteca Nacional hace un recorrido por las acciones poéticas del escritor y sus actos performáticos más significativos, además de exponer pasajes personales de su vida.

Tras conocer la muerte del presidente Salvador Allende y del bombardeo al Palacio de La Moneda, Raúl comprendió que el futuro sería incierto y oscuro. Oscuro como el interior del carguero “Maipo” en Valparaíso, buque donde fue encarcelado y torturado por más de veinte días y en donde apenas veía la luz del sol, e incierto como el paradero de miles de chilenos detenidos desaparecidos en dictadura, entre ellos amigos y compañeros artistas.

El 11 de septiembre de 1973 marcó a fuego la vida del poeta Raúl Zurita y no ha podido dejar de escribir desde ese entonces. Ganador del Premio Nacional de Literatura (2000), Zurita ha explorado diferentes expresiones artísticas junto al Colectivo de Acciones de Arte en tiempos de Pinochet y también de forma individual, como recitales poéticos sobre sus versos o intervenciones en diferentes espacios dentro y fuera del país.

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No obstante, cree que aún puede hacer más. “Si he trabajado con historias de mi vida, también debo trabajar con mi desaparición”, afirma en los primeros minutos de su documental autobiográfico “Zurita, verás no ver” de la cineasta Alejandra Carmona. La cinta repasa diferentes momentos en la vida del poeta y sus acciones artísticas más memorables, todas relacionadas a la memoria y al horror del ser humano.

El descubrimiento de 21 cuerpos en el puerto de Pisagua en 1990 es el punto de partida de esta historia cinematográfica. Dos décadas después, Raúl decide proyectar 22 frases relacionadas al Golpe Militar sobre los acantilados del sector, obra catalogada por el mismo artista como su último gran proyecto.

Verás auroras como sangre: Hacia una poética de la muerte. Raúl Zurita (Publicado en Revista Dossier, N°31)

Aquejado de un parkinson desde hace quince años, Zurita no teme enfrentar su muerte y responde cara a cara todas las preguntas antes de partir. Carmona hizo registro de actos cotidianos del poeta, junto con visualizar recuerdos de su juventud y escenas de su presente, además de explorar audiovisualmente los significados de sus trabajos.

«Y es que esa es la base de su película: mostrar la vida de un artista que, por medio de su obra, plasmó lo más terrible de una época con el único fin de dar luz»

Ganadora del Fondo Audiovisual 2015, la película fue estrenada el pasado viernes en el contexto del Foro de las Artes de la Universidad de Chile con la presencia de la realizadora y del mismo Raúl Zurita. Sobre la cinta, el poeta se muestra conforme con el resultado y afirma que todo el crédito es para la realizadora ya que él se reconoce solo como un sujeto que aportó con sus vivencias.

Respecto al aporte que logra el arte en la humanidad, y específicamente sus obras, Zurita afirma que “se hace arte y se escribe porque uno no ha sido feliz. Si hubiésemos sido felices, la existencia sería uno de los poemas más bellos. El arte es una gran compasión por los que vienen, para preservarlos de la locura, del sufrimiento del pasado”, concluye.

(Fuente: Radio Universidad de Chile)

Carmona piensa similar. “Nos han dicho que no podemos hacer nada para cambiar el mundo, que todo seguirá igual, pero depende de nosotros actuar para hacer las cosas distintas”, afirma. Y es que esa es la base de su película: mostrar la vida de un artista que, por medio de su obra, plasmó lo más terrible de una época con el único fin de dar luz.

Son las diez de la noche y la plaza de la Ciudadanía se encuentra repleta de familias sentadas en el pasto, observando el Palacio de La Moneda. Cuesta creer que hace 45 años sus paredes y ventanas solo representaban dolor y miedo, y que ahora, debajo de ella, se estaba contando la historia de un hombre que debatía dichos sentimientos por medio de versos, en el mismo lugar que cambió su vida. Oculto varios metros bajo tierra, Raúl concluye la jornada afirmando que “la tarea no es escribir libros ni pintar cuadros, sino que, por medio de ellos, construir un mundo decente”.[:en]

«Now Zurita —he got me out of there— since of only verse and tearing you could enter here, in our nightmares, can you tell me where my son is?»

–          Raúl Zurita.

The documentary premiered in the Chilean Cineteca Nacional shows poetic actions of the writer and his most important performancing acts, in addition to exhibit personal passages of his life.

After knowing the death of the president Salvador Allende and of the bombing on Palacio de La Moneda, Raúl understood that the future will be unclear and dark. As dark as the inside of freighter “Maipo” in Valparaíso, vessel where he was imprisoned and tortured for more than twenty days and where he could barely watch the sunlight, and unclear as the bus stop of thousands of Chilean detained-disappeared people in dictatorship, among them friends and partner artists.

 

On September 11, 1973, he marked the life of the poet Raúl Zurita with fire and has not been able to stop writing since. Winner of the National Prize for Literature (2000), Zurita has explored different artistic expressions together with the Collective of Art Actions in Pinochet’s time and also individually, as poetic recitals about his verses or interventions in different spaces inside and outside the country.

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However, he thinks he can still do more. «If I have worked with stories of my life, I must also work with my disappearance,» he affirms in the first minutes of his autobiographical documentary «Zurita, verás no ver» (you’ll see not see in Spanish) by filmmaker Alejandra Carmona. The film reviews different moments in the life of the poet and his most memorable artistic actions, all related to the memory and horror of the human being.

The discovery of 21 bodies in the port of Pisagua in 1990 is the starting point of this cinematographic history. Two decades later, Raúl decided to project 22 phrases related to the Military Strike on the cliffs of the sector, a work cataloged by the artist himself as his last great project.

You will see aurorae as blood: Towards poetics of death. Raúl Zurita (Published in Dossier magazine, N°31)

Suffering from a Parkinson’s disease for fifteen years, Zurita is not afraid to face his death and answers all the questions face to face before leaving. Carmona recorded the daily acts of the poet, along with visualizing memories of his youth and scenes from his present, as well as audiovisual exploration of the meanings of his works.

«And that is the basis of his film: showing an artist’s life that, by means of his piece, portrayed the most terrible of an age with the sole purpose of giving light «

Winner of the Audiovisual Fund 2015, , the film was premiered last Friday in the context of the Forum of Arts of the University of Chile with the presence of the director and the same Raul Zurita. On the tape, the poet is satisfied with the result and says that all the credit is for the director since he recognizes himself only as a subject who contributed with his experiences.

Regarding the contribution that art makes in humanity, and specifically his works, Zurita affirms that «art is made and written because one has not been happy. If we had been happy, existence would be one of the most beautiful poems. Art is a great compassion for those who come, to preserve them from the madness, from the suffering of the past, «he concludes.

(Source: Radio Universidad de Chile)

Carmona thinks similar. «They have told us that we cannot do anything to change the world, that everything will remain the same, but it is up to us to act to do different things,» he says. And that is the basis of his film: to show the life of an artist who, through his work, captured the most terrible of an era with the sole purpose of giving light.

It’s ten o’clock at night and the Plaza de la Ciudadanía is full of families sitting on the grass, watching the Palacio de La Moneda. It is hard to believe that 45 years ago its walls and windows only represented pain and fear, and that now, under it, the story of a man debating these feelings through verses, in the same place that changed his life, was being told. Hidden several meters underground, Raúl concludes the day stating that «the task is not to write books or paint pictures, but, through them, build a decent world.»