Patricia Lagos | (Re) presentación y tensión compositiva

Por María Freire-Smith. Dra en historia y teoría del arte / Chile.
Imágenes cortesia de la artista

El trabajo de la artista Patricia Lagos comenzó hace más de dos décadas. Según ella misma señala, desde sus inicios siempre lo hizo por la necesidad de expresar sus sentimientos e inquietudes. Es decir, por una necesidad de comunicarse, de relatar experiencias e historias. Pero no sólo respecto de su propia vida, sino también acerca de la de otros.

«La necesidad de incorporar elementos tridimensionales en mi trabajo nace junto con mi búsqueda de encontrar mi propio lenguaje y le doy así una nueva interpretación a la obra”.

Su formación académica fue con artistas como Ramón Levil, Augusto Barcia y Francisco Olivares, quienes supieron ver y potenciar, en la obra de esta artista, cualidades como la melancolía, la poesía y la fuerza que éstas desprenden. Y al contemplar parte de su producción artística, puede verse claramente la influencia de artistas que ella considera como sus referentes inmediatos: Antoni Tàpies, Guillermo Núñez y Mario Irarrázaval. De ellos, Patricia afirma haber rescatado su interés por el ser humano “tanto en lo espiritual como en lo social”, nos dice. Al respecto, Patricia recuerda de forma especial que en la ciudad de Barcelona tuvo la oportunidad de apreciar varios trabajos de Tàpies y que lo más sorprendente fue ver la cama de él colgada en una de las paredes de la galería. Situación que rememora con estas palabras: “Me sirvió para dar rienda suelta a mi imaginación y explorar el arte desde otra perspectiva”.

© Patricia Lagos
© Patricia Lagos

Quizás ese haya sido un momento crucial en su camino y en su carrera, ya que efectivamente su obra toma un giro y los objetos y situaciones a las que apela comienzan a cobrar presencia física. El volumen se hace presente y deja la representación de objetos para dar espacio a la presentación directa en su pintura. Tal como la artista señala: “La necesidad de incorporar elementos tridimensionales en mi trabajo nace junto con mi búsqueda de encontrar mi propio lenguaje y le doy así una nueva interpretación a la obra”. Lecturas que se valen de la propia experiencia del espectador para completarlas de acuerdo a la propia vivencia. Así, el sentido de la obra de Patricia nunca es el mismo si quien está enfrente cambia.

La utilización de elementos cotidianos es también un tema en sí mismo al referirse a su obra. Los objetos, junto al título de la obra, generan otra lectura más profunda que la carga que el propio objeto ya posee. Se amplía el sentido, se abren nuevas perspectivas y surge el diálogo. Al respecto, la artista señala: “El sentido individual lo logro al momento de elegir el objeto, por ejemplo cuando quise hablar de soledad puse un cuchillo y un tenedor en un costado del cuadro simulando una mesa.Esta mesa estaba vacía y hablaba de una situación en la que muchas personas se encuentran: solas. El nombre de cuadro también es importante al momento de completar el concepto. Ese trabajo se llamaba Espera«. Pero esta utilización de elementos cotidianos se puede ver y percibir en otras de sus obras como Vértigo, Tango desnudo I, Tango desnudo II, Abajo o A un lado, en las cuales se evidencia la ausencia del otro.

© Patricia Lagos
© Patricia Lagos

En estos momentos, la artista se encuentra trabajando en la fusión del color y la naturaleza, a la vez que recopila información de sus veinticinco años de carrera para editar un libro que dé cuenta de su trayectoria: “Esta búsqueda ha sido muy intensa porque me he reencontrado con trabajos que casi no me acordaba, pero que marcaron grandes etapas de mi proceso creativo”, señala. Nuevamente se trata de la memoria. En este caso, la personal que nos permitirá compartir junto a ella, su trayectoria para volver sobre las etapas de nuestra propia historia que evidenciará que en sus obras retrata experiencias que terminan siendo compartidas por el común de la sociedad.

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