La XVII Bienal de Cuenca parte de una sola frase en inglés —The Game— para abrir un campo vasto de interpretaciones. Ante ese enunciado, el curador Gustavo Buntinx responde con otra sentencia cargada de historia: Alea jacta est (“la suerte está echada”). Desde ese gesto fundacional, la propuesta se despliega como una meditación sobre el azar y el conflicto, sobre los vínculos entre lo lúdico y lo marcial, y sobre el arte como un territorio donde se disputan sentidos, estrategias y destinos.
¿Juega Marte al arte? O al dominó. O a las cartas. O a las balas: tres repertorios respectivamente ensayados por cada uno de los tres artífices incitados en esta curaduría.
Tres artistas, tres juegos, un mismo campo simbólico
La exposición reúne a tres artistas latinoamericanos cuyas obras exploran el juego como metáfora, campo de tensión y espacio de memoria:
- Alejandro Alexis García (Cuba, 1970) aborda el dominó como tablero de identidad y disputa política, donde cada ficha activa resonancias de la cubanía contemporánea.
- Mónica Giron (Argentina, 1959) convierte el truco —juego de señales, enredos y decisiones tácticas— en una reflexión sobre el arte como artificio, simulación y lectura entre líneas.
- Maya García Miró (Perú, 1970) vuelve a las cacerías infantiles y juguetes bélicos, revisitando esos recuerdos como un espacio donde los afectos, el duelo y las violencias del pasado se filtran en la aparente inocencia del juego.

Tres juegos, tres tácticas y una misma interrogante: ¿cómo dialoga el arte con nuestras guerras visibles e invisibles?