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Salustiano es un artista sevillano conocido en la escena artística global desde hace bastantes años. Su obra nos muestra esta influencia renacentista y oriental; en una primera instancia, la podemos pensar como hiperrealista por la atención al detalle y apego al mundo que nos rodea. Sin embargo, “son idealizaciones” –en palabras del propio artista– donde cada figura retratada es un personaje que narra la idea que desea transmitir Salustiano en su obra.  En conversación con Arte Al Límite, el artista español, ganador del Artsted Spotlight Prize en VOLTA Art Fair, nos comparte sobre sus creaciones con aquella espiritualidad y atmósfera que le caracteriza.

¿Cómo empezó tu carrera artística?

Empezó el día que me di cuenta de que el arte podía usarse como moneda de cambio para el amor.

En tu trabajo mencionas la influencia que existe del Renacimiento y la cultura Oriental; sin embargo, me gustaría conocer si ¿hay alguna influencia del arte español? En específico, de los grandes maestros sevillanos.

En lo que se refiere a la parte formal, si la ha habido no la recuerdo. Pero, conceptualmente las pinturas de Altamira; es decir, el arte rupestre de las cuevas sí han influido mucho en mi producción artística, ya que para mí el arte nace con una intención religiosa y mágica, no decorativa, como se pudiera pensar. El hombre de cromañón representaba en las cuevas todo lo que deseaba obtener de la naturaleza; es decir, estaba representando su anhelo. Y en ese sentido, yo represento el mío: un mundo ideal, sereno, de una belleza sinónimo del “Bien Absoluto”.

¿Por qué te inclinaste por la pintura? Asimismo, ¿qué fue lo que te llevó a crear retratos hiperrealistas? 

Supongo que por la anécdota que he contado en alguna ocasión cuando hice un dibujo a los 5 años, por el cuál mi madre empezó a tratarme como un pequeño artista. Es así que la pintura fue el objeto de mi primera atención, pero creo que podría haberme dedicado a cualquier otra disciplina: música, arquitectura, poesía. Todas me habrían servido como vehículo de transmisión de emociones, que es la materia prima con la que trabajo.

Con respecto a la segunda parte de tu pregunta, debo puntualizar que no son retratos y tampoco es hiperrealismo. No son retratos porque las personas que aparecen en los cuadros no se representan a sí mismos, sino que desempeñan un rol, un personaje. Por otro lado, el hiperrealismo, para mí no representa la realidad sino una fotografía de la realidad. Y, yo no intento que mis pinturas parezcan fotografías ni tan siquiera que tengan un realismo naturalista. Mis pinturas son idealizaciones a la manera de las esculturas clásicas grecorromanas.

¿Cómo es tu proceso creativo? 

Exploro una sensación o un sentimiento e intento contarlo con los elementos que uso: la figura humana, el fondo plano y un formato determinado. Luego busco un modelo que me ayude a contar la idea. El cuadro empieza en la sesión de fotos, cuando intento que la luz y la atmósfera sean las que van a llegar al cuadro. Mi objetivo es que la idea original y el resultado coincida. Si bien es cierto que a veces el cuadro se resiste, hay que domarlo por lo cual no hay improvisación.

Leyendo de tu trabajo, encontré que tus modelos son personas que encuentras en la calle y haces posar, ¿cómo es este primer contacto con las personas?

Para hacer las obras que quiero hacer necesito modelos con unas muy determinadas características;  deben ser espiritualmente bellos. Y esto no es muy frecuente. Por lo mismo, si encuentro un espécimen con estas cualidades, busco vencer la timidez, les explico qué hago y les ofrezco posar para una obra.

Ligada a mi anterior pregunta, ¿cómo logras esta sensibilidad emocional e intimidad en tus retratos con personas desconocidas?

Si hacemos caso a la Biblia, todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Es decir, somos células de un mismo organismo y respondemos a los mismos estímulos como clones los unos de otros –la publicidad sabe mucho de estas respuestas casi automáticas ante determinados estímulos y las usa en nuestra contra–. Por otro lado, soy muy empático y esto hace que la comunicación entre artista  y modelo sea muy fluida.

Recientemente ganaste Artsted Spotlight Prize en VOLTA Art Fair en donde presentaste tu primer NFT ¿Cómo fue este paso de la pintura como algo tangible a un NFT, que es intangible? 

Por definición, el arte es algo intangible. No es la parte física de una pieza de arte, donde lo espiritual es aquello que el artista es capaz de conseguir que habite en ese trozo de materia.  De manera que el paso del lienzo físico al lienzo intangible ha sido natural y fácil.

Mi incursión a este nuevo soporte se debió a mi amiga y galerista Gala Kavachnina, quien fue la primera persona que me habló de los NFT’s. Ella me transmitió su entusiasmo y yo vi que, como artista, los NFT’s nos abren un mundo infinito de posibilidades.

Para mí, la vida virtual tiene la misma consistencia que la vida a través de los sueños.  Con frecuencia vivimos los sueños con la misma intensidad que las emociones que sentimos en el estado de vigilia.  A veces esa frontera entre sueño y vigilia aparece desdibujada, como ya indicó Platón en El mito de la caverna. Y Segismundo, el personaje de Calderón de la Barca, La vida es Sueño decía al final de su monólogo: “… que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.” Lo importante en el arte es la experiencia artística y esta experiencia será la misma en la vida real,  en la vida soñada o en la vida virtual.

Soy nuevo en este mundo virtual. Pero, estoy realmente fascinado por las posibilidades que ofrece, sobre todo para un artista como yo, que procedo de la pintura pura y dura. Y es así que, veo en el campo de los NFT’s un mundo sin fronteras donde todo es posible.

Pensando en mi pregunta anterior, ¿cómo te ves en este nuevo medio? 

Bien, muy bien. Además, después del premio conseguido en NY he tenido varias propuestas de galerías de arte y plataformas para mostrar mis NFT’s con ellos. Así que, esto no ha hecho más que comenzar… Abróchense los cinturones que despegamos.