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Gimena Castellón Arrieta inaugura la exposición de vídeo instalación “Nada me une a mí mismo”, proyecto de creación que aborda la experiencia de cartoneros, migrantes sin
vivienda y crisis económicas recientes. “¿Qué vemos cuando vemos cartón en las calles?”, se pregunta la artista.

Oriunda de la ciudad de Bahía Blanca en Argentina y con residencia en Chile desde 2015, Gimena Castellón Arrieta (1979) exhibirá en Galería Concreta de Matucana 100 el resultado de sus reflexiones y experiencias en torno al cartón y sus narrativas en la muestra “Nada me une a mí mismo”, vídeo instalación que estará abierta al público desde el 28 de septiembre al 3 de noviembre.

“En el proyecto el cartón habla con diferentes voces abordando siempre situaciones marginales o de extrema fragilidad. En ocasiones, habla con la voz de los migrantes que llegan al país en condiciones sumamente precarias, buscando un lugar donde poder construir algo a lo que llamar hogar. Mientras que en otras, habla desde su calidad de desecho”, explica Castellón Arrieta, artista visual y diseñadora multimedial cuyo acercamiento a este material fue desde la creación, la experimentación directa y la historia personal.

Agrega: “Mis teóricos son fundamentalmente las personas que han estado cerca del cartón, a las que llamo agentes cartoneros. Me he relacionado con recolectores, emprendedores y cooperativas estableciendo relaciones afectivas, acercándome a sus biografías y anécdotas, para sensibilizar a un material que es pasado muchas veces por menos”.

Curado por Ximena Moreno, el proyecto contempla la itinerancia por distintas ciudades de Chile y consiste en una vídeo instalación de cuatro tiempos donde una caja de cartón de gran tamaño es arrastrada por el agua hasta llegar a destino. Un mismo ejercicio, repetitivo y agotador, que es registrado por la mañana, por la tarde y por la noche.

Profundiza la artista: “Hacer el vídeo ha sido una experiencia importantísima. Muy emocionante. Trabajar con fuerza corporal metida en el barro hasta las rodillas, me hizo pensar desde el cuerpo sobre esa lucha por sobrevivir diariamente que deben dar los que menos tienen. Pagando con fuerza vital la carencia, acortándole la vida misma”.

UNA VETA AUTOBIOGRÁFICA

Producto de la crisis económica que atravesó Argentina en 2001 existe en el imaginario de
Castellón Arrieta una fuerte conciencia de los materiales que utiliza para desarrollar sus
propuestas y de las economías circulares. Quien también cursó los primeros años de Letras en la Universidad del Sur (Argentina) reconoce que su obra tiene una fuerte veta autobiográfica. Recuerda que, cuando realizaba una residencia en cheLA/La Ira de Dios en mayo 2018, sintió una sensación similar a la de 2001.

Aquel año se mudó con parte de su familia hasta Buenos Aires desde Bahía Blanca. “Fue una época dura para todos en Argentina. Muchas personas vivían en la calle. Desempleo, desesperación. Ahí vi por primera vez mujeres con niños durmiendo en la calle sobre cartones. Me impactó. Me preguntaba cómo llegaba uno a esa situación. Los cartoneros me llamaron la atención de inmediato. Un trabajo tan de cuerpo. Una lucha antisistema que día a día comenzaba a organizarse. Mujeres y niños trabajando en plan familiar, arrastrando unos carros destartalados pero llenos de voluntad”, señala.

La profundización en este material vino de la mano, además, por la Beca Migrante que cursó en 2015 en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Profundiza: “Fue súper importante estar expuesta a distintos tipos de migrantes y sus historias. Darme cuenta que mi obra también hablaba desde ese lugar: lo propio en otro territorio. Lo que afectó también a los materiales con que estaba trabajando hasta ese momento. Antes, trabajaba con objetos pesados y muebles; pero al mudarme a Chile, tuve que recurrir a materiales más ligeros, los de una persona que se está recién armando. Durante esta Beca, Isabel Torres, una de las profesores, me acercó el material cartón. Para mí, fue un descubrimiento, fue como conectar muchos hilos que venían desde el 2001”.

El vídeo central de “Nada me une a mí mismo”, el registro de una gran caja de cartón corrugado a lo largo del humedal de Batuco, da nombre a la exposición. En palabras de Castellón Arrieta: “Es todo lo que uno tiene que soltar y dejar para poder avanzar en otro país porque hay que dejarlo todo. Incluso, las ilusiones con las que uno emprende el viaje. Este proyecto habla mucho de un cierto tipo de migración, que es muy vulnerable, la de los trabajadores informales”.

Finaliza: “Cuando en 2018 volví a hacer una residencia en un lugar muy profesional e internacional, me sentí muy rara: estaba frente a una sociedad que estaba pasándolo mal. Esto me llevó a meterme de lleno con temas como el cartón, el que había atravesado mi imaginario y el de muchos artistas de mi generación y me puse a pensar que, a veces, los artistas damos más de lo que podemos y terminamos en números negativos, gastando extra y eso también me hizo pensar más en las economías informales. El cartón era un material que podía tomarlo de la calle en cualquier momento y eso me parecía genial”.