Ema sorprende y fascina. Ella es joven, madre, bailarina, usa su pelo blanco. Ella está arrepentida de devolver su hijo al centro de adopción. Lo quiere de vuelta y el mundo le niega su decisión. ¿Qué sabe el mundo de Ema si nunca la ha visto arder? Ella va a mostrarles que la determinación y un lanzallamas generan la fascinación que requiere para hacer lo que se le dé la gana. La nueva película de Pablo Larraín tiene funciones en la Cineteca Nacional del Centro Cultural Palacio La Moneda.
La densidad del lenguaje asombra a minutos de comenzar la película, las fuertes discusiones matrimoniales que se prometen en el tráiler de la cinta son entregadas desde el comienzo, cuando Ema y Gastón comentan la posibilidad de pedir a su hijo de vuelta, o de concebir otro hijo, aunque para Gastón la paternidad no es posible por razones médicas. La opción para ser padres era adoptar, y cuando pudieron tuvieron al niño un tiempo y lo devolvieron. Las recriminaciones son crudas, como se ve en el siguiente dialogo:
“-Ema: ¿Cuándo me vas a dar un hijo?
-Gastón: Yo te di un hijo.
-Ema: Uno de verdad.
-Gastón: Yo te di un hijo de verdad. Y tú lo tiraste como a un perro.”
Hasta ahí con la información que nos entrega el tráiler sobre el motivo principal de la película: la maternidad negada. Ema baila e incendia. Fascina a las bailarinas de la compañía de danza donde Gastón es el director, cuestiona la autoridad de su esposo, busca a la trabajadora social a cargo del caso de su hijo para insistir con que le devuelvan al niño. Mariana Di Girolamo interpreta a esta madre arrepentida de renunciar a su progenie, Ema, que urde un plan complejo, fascinante y sexy ¿para tener a su hijo de vuelta? ¿Ese es el chorro hirviente que sale de su lanzallamas, la voluntad imparable y arrolladora? ¿Qué tan complejo es el plan y cuál es la meta? La dosificación de la información que hicieron para este guion Guillermo Calderón, Alejandro Navarro y Pablo Larraín hace de esta película un thriller, una búsqueda de respuesta que mantiene la atención del espectador durante toda la función y que, incluso, se extiende más allá del término de la proyección.
“-Gastón: Le quemó la cara a tu hermana”
El niño también es un ser que se escapa de lo normal. Mete al gato al refrigerador, incendia el pelo de su tía, la hermana de Ema. Gastón, Gael García Bernal, le recrimina cada palabra del hijo a la madre, para exigirle la familia que prometieron ser, para que muestre el amor de madre que no pudo demostrar cuando tuvo al niño a su cuidado. ¿Cómo ser madre sin ser madre? Hay una interesante exploración de la sexualidad de la protagonista, un despliegue de sensualidad y coquetería descarada que subvierten el orden de la familia tradicional para volcar la atención y las sexualidades de un entramado de personas hacia el marco que establece Ema. Se dice que el cine chileno depende de mostrar desnudos, en alusión a descuidados o poco significativos motivos para introducir escenas de desnudez, pero la conducción narrativa de esta película y el cuidado tratamiento de la imagen durante la escena de la orgía hacen que el momento sea de una naturalidad necesaria para la historia. El resultado es sexy y desbordante de música, baile, luz. Hay fuego.
La búsqueda de culpables para la tragedia de su maternidad negada la lleva a tomar en sus manos un arma de guerra capaz de lanzar fuego, ¿es una forma de unirse a su hijo incendiario o es solo por el placer de sentirse poderosa? Dice Real, parte del soundtrack de esta película “Si das fuego a mis incendios eso no te da poder” y a esto hay una especie de respuesta en Destino, de la misma banda E$tado Unido, que parece una mirada desde la gente que presencia a Ema como si ella fuera una experiencia más que como una persona. El poder que emana Ema viene dado desde su nombre, que tiene la raíz en “fuerza”, y no depende de un marido ni un arma para manifestarse.
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Otro punto a favor de esta película es la compañía de baile. Las coreografías ideadas por José Vidal dan vida a este cuerpo de danza experimental que baja bailando por los cerros de Valparaíso. Ya en la imagen promocional de la cinta se ve el sol contrastado con las siluetas de Ema y Gastón, este es el sol, un sol intenso que guarda similitudes visuales con un óvulo, de la coreografía que abre una cinta donde la música y el baile son parte del contexto necesario para entender el empoderamiento de la protagonista respecto a su cuerpo. El conocimiento de los límites corporales y la reflexión sobre el sentido del arte de imprimen una fuerza que se manifiesta en cada coreografía de la película dirigida por Pablo Larraín.
Funciones en Cineteca Nacional a las 18.15
Ema (Pablo Larraín, 102 min, 2019, ficción, calificación +12)