En un mundo de imágenes en el que la inmediatez se prioriza ante la profundidad, hay que buscar nuevas alternativas para acercar la obra de arte al gran público. Por ello nos parece imprescindible generar una muestra que haga hincapié en la interpretación, en cómo llega el mensaje al receptor y como se interpreta el código que propone el artista a través del proceso de descodificación del espectador. Según Arthur Danto una obra de arte se define siempre por dos criterios esenciales: el significado y la materialización, a estos añade un tercer criterio, el de la interpretación que cada espectador aporta a esa obra. Con la intención de acercarnos a ese último proceso planteamos un acto reflexivo y participativo animando al público a que complete la visión del artista y del resto de receptores.
Dentro de las políticas de Proyecto Rosebud, uno de los puntos más importantes es intentar acercar el arte contemporáneo al gran público, por ello llevamos varios meses en busca de alternativas museológicas y museográficas, ya que creemos que las nuevas dinámicas de relación social ligadas a las redes sociales y en general a internet son el presente. A nuestro parecer no se le da la importancia que se merece a las opiniones del público general (no sólo al público especializado) y nuestra intención es, no solo hacerles partícipes sino parte fundamental de la exposición, con la intención de que se vean reflejados en futuras exposiciones y su papel no se reduzca al de meros espectadores. Los detalles o matices que puedan percibir los públicos son lo más importante para confirmar que ese mensaje ha llegado al receptor y para determinar, que la comunicación ha sido efectiva.
Otro pilar importante es la autoridad de los discursos ligada a la idea de story telling. En este caso el discurso no va más allá de la propuesta comisarial. Abalándonos en la tesis de Stuart Hall en su “Critical dialogues in cultural studies”, la muestra funcionará como un laboratorio en el que la re-significación de las obras proporcionada por los espectadores se llevará a investigación para generar nuevos discursos en base a sus visiones. Pretendemos que la transmisión, pese a cualquier condicionante, sea humana, libre y tan válida como otra cualquiera y, para establecer un punto de partida, proponemos una interpretación del conjunto de las obras en base a cuerpo del ser humano inscrito en un tiempo concreto.
Al entrar en la sala atendemos a una hoja de instrucciones de uso de la exposición. Al final de ésta encontramos un código QR que te direcciona a una WEB: Descodificando Cultura (hecha expresamente para este proyecto) en la cual tienes dos enlaces, uno de Facebook y otro de Instagram. En ellos puedes compartir por post público o mensaje privado tu opinión, interpretación o descodificación de la muestra en general. En cada una de las obras encontramos un código QR a modo de cartela, este te redirecciona a cada obra en la misma web, donde puedes encontrar, una imagen, la explicación de la obra y los datos técnicos, junto con dos enlaces (hipervínculos) que te conectan con las publicaciones de Instagram o Facebook donde existe la opción de comentar cada pieza de forma individual. Toda esta información se irá recopilando en un documento que se publicará al final de la exposición. Este documento se analizará a posteriori con la intención de realizar otra muestra con un discurso basado en todas esas aportaciones. La muestra funcionará como un laboratorio en el que la re-significación de las obras proporcionada por los espectadores se llevará a investigación para generar nuevos discursos en base a sus visiones.
Para evitar que la exhibición parezca un cajón de sastre proponemos un discurso basado en la temporalidad ligada al mito griego de Las Moiras, en el que cada obra ira asociada a pasado presente y futuro entendiendo: pasado como infancia, presente como juventud-adultez y futuro como vejez-muerte. Cada una de las temporalidades ira asociada a cada obra y se colocará entre interrogantes. Lo pondremos en duda para que cada espectador decida que temporalidad le sugiere.
Otro cuestión clave es que la exposición tendrá dos tipos de espectadores: (el virtual y el físico), ya que aunamos una exposición on-line con una materializada, física o palpable, lo que aumenta notoriamente su visibilidad.
Entendemos esta fórmula de mediación como protagonista en la exhibición, un laboratorio de experimentación que proporciona una nueva fórmula de relación entre comisarios, artistas (obras) y públicos. Una propuesta joven y actual en la que participan 17 artistas menores de 35 años:
Laura Flores, Manuel García Fernández, Mariana Valderrama, Rocío Arana Aparicio, Lydia Garvín, Antonio Ferreira, Pablo Álvarez, Arpa y Rizo, Eduardo Carrillo, Roberto Cárdenas, Lluna Chups De Dios, Michael Poloux, Victoria Gómez Hodgson, HYBRID 3000, Midside Noise y Life is a Cut Up.
Dado el agotamiento que padecen las formulaciones culturales de la modernidad, pretendemos orientar nuestras intervenciones al ámbito del comisariado, a la línea de renovación que se viene dando en las últimas décadas. Por ello creemos que el término “descomisariado”, acuñado por Fito Rodríguez, es el que mejor define nuestra acción. Un proceso interminable de acercamiento al público, entendiendo la labor del comisario como la de mediador entre los espectadores y los artistas.
Francesco Careri nos habla de la importancia de andar, pararse y mirar, un ejercicio necesario a la hora de analizar nuestro entorno. La pausa y la contemplación es la vía para asimilar el contexto, los detalles, lo oculto. La descodificación exige calma, tiempo para profundizar y no quedarse en la superficie. Crear sin prisa, descifrar con tranquilidad, tomarse tiempo y estimular los sentidos, es la primera fase para crear comunidad, construir en colectivo y enriquecer la cultura. Por esta razón elegimos Cervezas Alhambra. Por su afinidad con Proyecto Rosebud, por su intención de democratizar el arte, por hacer crecer el arte joven y por acercarlo al gran público. En definitiva, por tratar de ver más allá.