Con el título Suprasensibilidades, entre el 13 de septiembre y el 18 de noviembre, se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes esta muestra colectiva que revisa la mirada del escritor alemán Hubert Fichte, sobre el “experimento” socialista llevado a cabo por el gobierno de la Unidad Popular, a partir de su viaje realizado a Chile en 1971.
Con la curatoría de Mario Navarro, la muestra que reúne obras en video e instalación, cuenta con la participación de los artistas chilenos Gonzalo Díaz, Claudia del Fierro, Cristóbal Lehyt y Cristián Silva, además de la brasileña Tamar Guimarães y del danés Kasper Akhøj, junto al Taller Gráfico Universidad Técnica del Estado (UTE). En tanto que su realización se enmarca en el proyecto Hubert Fichte: Amor y Etnología, realizado bajo la dirección artística de Diedrich Diederichsen y Anselm Franke entre 2017 y 2019, por la Haus der Kulturen der Welt (HKW) en Berlín y el Goethe-Institut, con el apoyo de la Fundación S. Fischer y S. Fischer Verlag.
- Te podría interesar:
One Moment Art convoca a artistas nacionales a intervenir dos casas patrimoniales
Al traducir los relatos de Fichte a los respectivos idiomas de los lugares que visitó, el proyecto busca presentar por primera vez su obra en los contextos donde el autor desarrolló su método. Específicamente en Chile, se revisarán las temáticas que el investigador indagó: política, espiritualidad popular, religiosidad y homosexualidad.
El escritor viajó a Santiago a investigar y posteriormente escribir sobre la Unidad Popular en 1971. Sus apuntes -desde frases dichas por pasajeros en buses a títulos de diarios- y entrevistas (una de ellas con Salvador Allende para la radio Norddeutscher Rundfunk), dan cuenta de su capacidad de profunda observación y reflexión desde y sobre su posición como escritor extranjero en la cultura chilena, resultando una prosa etnográfica muy experimental para su época. Tanto la entrevista como sus otros apuntes son parte del libro Chile: Experimento por el futuro, presentado con ocasión de la exposición, con la traducción al español de Cecilia Pavón y la publicación de la editorial Metales Pesados.
En su crónica sobre el Santiago de los años 70, Fichte nos conduce a través de espacios públicos y privados (desde la Plaza de Armas y el Hotel Foresta, pasando por marchas, baños turcos, los Tribunales de Justicia y el Palacio de la Moneda, hasta las periferias urbanas), intercalando escenas callejas, humor, comentarios políticos y astutos análisis de titulares de la prensa, así como entrevistas con diversas figuras, tal como el Ministro de Agricultura Jacques Choncol, quien responde sobre la reforma agraria, o el director del Goethe-Institut de entonces, quien polemiza con Pablo Neruda. Es al final de esta polifónica narración donde Fichte concluye: «He conocido nuevas estructuras de la sensibilidad».
“Mi forma de ver la relación de nuestro país con Fichte está orientada en el uso de la palabra Versuch como un experimento; como un laboratorio que es en definitiva una metodología, que tiene la capacidad, tal como lo anticipó Hubert Fichte de distinguir y reflexionar sobre aquella distancia; en autodefinirse como un extraño frente a otro, es decir, en participar de lo que actualmente conocemos como teorías postcoloniales”, explica Navarro.
Como eje de la exposición se presenta el material elaborado por el Taller Gráfico UTE, integrado por Pablo Carvajal, Federico Cifuentes, Elías Griebe, Héctor Moya, enrique Muñoz, Juan Polanco, Omar Rojas, Ricardo Ubilla y Mario Navarro Cortés. La diseminación del conocimiento científico, técnico y humanista en el mundo popular transformaron a la UTE en un cuerpo ideológico muy cercano a la UP. En este contexto y en su histórica vinculación con la Reforma Universitaria, surgió este grupo de diseñadores, que desarrolló un lenguaje derivado de la gráfica cubana, del pop norteamericano, del diseño gráfico alemán a través de la revista Gebrauchsgraphik de la década de 1960 y de la experimentación con técnicas de fotomecánica, fotografía y tipografía por parte de la mayor parte de los integrantes del Taller. “Lo paradojal es que mientras la UTE se mantenía firme en términos ideológicos con el gobierno de Allende, la gráfica de la Universidad se torna distante a la visualidad propiciada por el gobierno. La UTE genera paulatinamente un tipo de identidad visual más ‘internacional’ y cada vez menos latinoamericanista”, agrega el curador.