En muchos eventos de la escena limeña solemos encontrarnos con Efraín Salas y Lud Vargas, ambos abogados de profesión que en la actualidad se dedican a la producción de eventos creativos y forman parte de la directiva del Lima Fashion Week. Ambos ha descubierto su pasión por el arte contemporáneo hace aproximadamente ocho años. Su vida centrada en realizar viajes, lecturas y búsquedas de ideas para la creación de eventos los ha impulsado a iniciarse en el mercado como compradores de arte (sin tener una curaduría premeditada); adquisiciones que con el paso del tiempo ha encontrado un rumbo firme en ese camino del Arte Latinoamericano. Efraín Salas y Lud Vargas, amablemente, accedieron a responder algunas preguntas sobre coleccionismo para la Revista Arte al Límite.
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¿Cómo comenzaron a coleccionar obras de arte? y, ¿Cuál fue la primera obra que adquirieron?
Efraín Salas (E.S.): La verdad, yo me considero un comprador compulsivo por naturaleza. Adquirir algo que uno no necesita por el solo hecho de poseerlo, es como yo defino coleccionar, es algo que está en mis venas. Te cuento que, he coleccionado desde cajetillas de cigarrillos hasta latas de gaseosas cuando era un niño. Te afirmo que en el momento en que se torna más serio el hecho de coleccionar, mi enfoque estaba dirigido, en sus inicios, a un gusto más por lo clásico; específicamente por determinado tipo de antigüedades, principalmente piezas decorativas de finales del siglo XIX. En mi punto de mira este período hizo y creó un hábito en mí por investigar, estudiar y comprar las piezas que iban engrosando mi pequeña colección, acciones que tengo en cuenta ahora al momento de acercarme a la adquisición de una obra de arte contemporáneo.
Recién, hace ocho años, animado por Lud comenzamos a incluir propuestas más actuales en nuestra casa y en lo que algún día podría ser nuestra colección. Confieso, que no me gustaba el arte contemporáneo. Sin embargo, la mirada hacia ese fenómeno y la misma realidad (alentados por amigos) nos fue empujando a descubrir la escena artística del Perú contemporáneo.
Lud Vargas (L.V.): Como bien dice Efraín, con un grupo de amigos durante la época de formación de las ferias de arte en el Perú, nos juntábamos una vez a la semana para llevar cursos de Historia del Arte. Conversatorios que nos permitieron entender el fenómeno del arte contemporáneo. Tienes que estudiar, tienes que investigar… a partir de ese momento, fuimos descubriendo que sentíamos gustos por los contextos más actuales. Continué tomando cursos de arte e incluso de curaduría para ampliar mis conocimientos, todo muy relacionado con la etapa de nuestras vidas por la que pasábamos. Hace años cuando iniciamos las primeras compras de arte contemporáneo, cada uno tenía ideas distintas de que debíamos comprar; pero hoy tenemos un gusto bastante consensuado. Asimismo, las principales influencias en nuestras miradas hacia el arte han ido nutriéndose con viajes y estadías en otros ciudades y países, innumerables visitas a museos, talleres, residencias, etc.
Ambos coincidimos que nos fascina adquirir antigüedades, algo que ya venía desde antes de conocernos y decidimos crear un mix porque nos gusta mucho ese estilo que podríamos llamar “ecléctico”; por ejemplo, la mezcla de un una pieza de mobiliario clásico de digamos un siglo de antigüedad, junto a una obra contemporánea creada hace un mes. Juntos, además, empezamos a aprender mas de arte, leer revistas físicas y digitales, visitar más muestras, participar activamente en ferias… fue un acercamiento bien intenso.
E.S.: Un acercamiento, primero, al arte de la escena local por supuesto.
L.V.: Nos costó mucho trabajo dar el siguiente paso, porque uno tiene errores en su primera compra por distintos factores, si vas a hacer una buena inversión, si el artista te gusta; cuando uno se adentra en este universo además hay que tener un excedente de capital. Siempre hay miedo en dar ese paso para adquirir una pieza que realmente valga la pena.
E.S.: Te comento que, tratamos de hacer cinco ferias anuales, siempre priorizando la producción latinoamericana, pues nuestro objetivo es acercarnos más a lo que es nuestro arte; te puedo mencionar, ArteBA, ArtRío, ArtBo, ChACo, ARCOmadrid y ARCOlisboa, ArtBasel , pero también visitas a muestras en la Bienal de Venecia, sobretodo ahora que Perú ya tiene su propio pabellón, o mas recientemente la documeta en Kassel y pronto la Bienal de Berlin.
L.V.: Nuestra primera compra consensuada fue un óleo de Diego Molina titulada “El Nadador” en la galería de Frances Wu, fue el inicio de nuestra colección en conjunto. Esta adquisición hizo que ambos saliéramos de la zona de confort en la que normalmente nos movíamos.
¿Siguen una línea temática en el momento de comprar una obra?
E.S.: Antes que nada, menciono dos aspectos que son importantes: para empezar nosotros compramos arte, “coleccionar arte” son palabras mayores. Nosotros compramos obras, nos apasiona, nos ha facilitado y ha hecho que descubramos aspectos nuevos en la vida a través de la obra de diferentes artistas… y aprender a través del arte, es entender una nación, la realidad de otros países. En la actualidad el arte, además, es un medio de comunicación muy interesante; entonces, no es solamente una pieza que voy a colocar en mi casa y estéticamente de pronto tiene una conexión conmigo, sino que hay todo un aprendizaje a lo largo de la adquisición también. Creo que el proceso de convertirse en coleccionista es un tema mucho más complejo y es una categoría a la que estamos a años luz de llegar…
Hoy en día no hay una línea específica aún, cada uno comenzó con gustos personales. Eso sí, si existe una línea transversal pues en el comienzo había mucho pintura sobre todo figurativa, y en algún momento hemos hecho un quiebre y además hemos empezado a comprar en paralelo fotografía. Descubrir que más allá del objeto fotografiado el artista tiene un rollo detrás que representaba parte de lo que está sucediendo en el país nos parecía muy importante, eso había que traerlo a la luz, rescatarlo y justamente al tenerlo en la casa y exhibirlo hace que ese arte se confronte con otras personas y funcione como una plataforma de comunicación. Nos abrimos hacia la fotografía con el tema de la selva, que es un tema que nos apasiona… todo en blanco y negro… por otro lado, seguimos comprando pintura, otras obras de formato más pequeño, etc… en el camino, soy muy romántico, me enamoro muy rápido de las obras de arte.
L.V.: Los dos podríamos considerarnos como apasionados del arte, pues nos fascina promover la producción visual local. Descubrir, divulgar y exhibir son algunos modos de dar a conocer al circuito del arte , de nuestro arte. En la medida de los posible, tratamos de adquirir obras de artistas peruanos, es nuestra raíz e identidad. Pero nos hemos abierto a otros países vecinos, porque si te pones a pensar, existe un denominador común en el arte latinoamericano: ideologías políticas, vivencias, experiencias, entre otros.
¿Cómo es el proceso de selección?
E.S.: Existen procesos que corren en paralelo en el momento de seleccionar una obra de arte, tanto Lud como yo contamos con nuestra “wish list”… un listado de artistas de los que queremos obras. Es una lista, hoy por hoy, muy consensuada de los artistas que queremos; guión que nos posibilita hacer una selección basada en el discurso que manejan, su estética, los materiales empleados, el resultado final de lo que deseamos.
El visitar ferias de arte nos abre ventanas a nuevos panoramas y a novedosas propuestas, normalmente lo que solemos hacer es recorrer toda la feria y cada uno va haciendo anotaciones y luego definimos la adquisición. Ya no lo hacemos por impulso, ahora si pensamos más a la hora de tomar una decisión. De todos modos, si ya conocemos con anticipación, por el catálogo de la feria, los artistas que una galería determinada traerá y que ya uno desea, puede ser que compremos en el momento. Otro aspecto para nosotros importante, es el factor sorpresa aunque ya tenemos destinado un presupuesto fijo para la compra de obras de arte. Por suerte la realización de ferias en el Perú, trae también la participación de galerías internacionales y ellos traen artistas y piezas que nos interesa tener.
¿Cómo buscan artistas jóvenes? ¿Está dentro de sus intereses?
L.V.: Siempre me ha interesado la obra de artistas jóvenes, y aquí en el Perú podemos encontrarlos en Bellas Artes, en la Católica y otras instituciones, sin embargo, muy pocos tienen oportunidades y espacios de visibilidad en galerías o ferias. En lo posible siempre trato de recorrer las escuelas de arte del Perú, exploro y me acerco a las inauguraciones de egresados; es la manera de descubrir nuevos talentos en un contexto que me es muy cercano. “Pasaporte para un artista” también es un mercado atractivo, porque es un filtro, pues todo lo que se expone pasa por la revisión de varios especialistas, críticos de artes y curadores.
E.S.: Asimismo, visitamos residencias de artistas siendo este un foco interesante y que nos acerca al proceso creativo de otros jóvenes. Viendo a los creadores en su taller también nos llama mucho la atención, ver una obra que adquirimos desde el inicio (porque también le damos seguimiento al proceso). Es un proceso mágico que por suerte en ocasiones tenemos oportunidad de presenciar.
¿Cuál es la finalidad de la colección?
E.S.: Es un tema de placer personal.
L.V.: Hace años tenemos la idea de crear un espacio donde pudiéramos exhibir toda la obra que hemos ido adquiriendo, una “Kunsthalle”, sobretodo para que no esté guardada en un depósito. Es como hacer un museo privado para nosotros y los amigos. Es, además, como un espacio de entretenimiento, pero donde todo siempre gira en torno al arte. Si nos gustaría que en el tiempo, si llegamos a formar una verdadera colección, esta pueda ser mostrada tal vez en alguna institución. Si nos gustaría compartirla.