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Felipe Cardeña (Balaguer, 1979) es un artista español adscrito a la estética kitsch. Tras sus primeros pasos como artista en el mundo performance, Cardeña, que actualmente vive en La Habana, se ha volcado en su proyecto Flower Power, donde se encuadran todos los collages que se presentan aquí. Su propósito es que este trabajo no sea finito y se ha convertido en la línea artística fundamental de su trayectoria (quizá también aquella con la que más fama ha alcanzado).

Cardeña posee un motivo iconográfico detectable en todas sus obras: la flor. Flores de distintas especies, abigarradas y pomposas, cuyos colores estridentes protagonizan el horror vacui tan característico del artista. Considera que son los seres más hermosos de la naturaleza, así que sirven como telón de fondo a sus composiciones. De igual modo tienen un significado espiritual trascendental, ligado a la importancia que tienen en todas las religiones. El soporte que utiliza para sus trabajos es el lienzo. De este modo, recorta los motivos florales y los pega en las telas, aunque no son los únicos que cubren las escenas.

The Chinese Dragoon (2009). Serie Floriwood.

Es el caso de uno de sus primeros trabajos, The Chinese Dragoon (2009), donde inserta una pequeña cabeza de dragón chino en la composición. Se trata de un dibujo animado que simplifica la erudita representación protagonista: un jarrón de la dinastía Ming (siglo XV) perteneciente al British Museum.

Le isole fortunate (2012). Serie Poemas del fin del mundo.

El particular gusto por lo asiático se encuentra también en otras creaciones posteriores como Le isole fortunate (2012), donde la imagen protagonista es la diosa hinduista Sarasvati, divinidad del conocimiento. La traducción pertinente, La isla de los afortunados (que también son las Islas Canarias, equiparables al Paraíso en la cultura grecorromana), ayuda a comprender que se trata de una alegoría de la riqueza de la Tierra, enseñando un muestrario formado por todo aquello perteneciente a la naturaleza y la cultura, símbolos de su sabiduría: vegetales diversos como nueces, manzanas, coles, limones o la rafflesia, un fragmento que muestra el mapa de Italia, escenas de cerámica griega, peces y obras de arte, entre otras múltiples manifestaciones del mundo.

Llama la atención la continuidad espacial que se crea a través del cuadro Los desposorios de la Virgen, del pintor del Cinquecento, Rafael. Un explícito cuadro dentro del cuadro con múltiples significados. En primer lugar, sirve para equiparar el arte hindú con el italiano, una dualidad entendida como oriente-occidente. El recorte de Sarasvati está conectado con el arte de Yogendra Rastogi: famosísimo pintor hindú de calendarios cuyas imágenes votivas alcanzan la iconicidad, especialmente a manos de los profanos.

En Cardeña, los dioses de Rastogi son una afirmación de su devoción por la India; país al que viajó, quedándose prendado por el hinduismo. Son también pinturas que fácilmente se asocian a este país por parte del extranjero y aquellas que se contraponen al arte occidental, europeo, al Renacimiento de Rafael. Pero ambas son dos escenas religiosas: una divinidad asociada a la sabiduría en el hinduismo y los desposorios de la Virgen María en el Templo de Jerusalén en el cristianismo.

La elección de la pintura italiana tampoco es mera casualidad. Cardeña se educó artísticamente en la pinacoteca del Museo del Prado y las colecciones italianas a través de su tío materno. También residió en el país, realizando allí buena parte de sus famosas performances, por lo que no resulta extraña su inclinación hacia Italia. Hay otro cuadro de este país en la obra. Pertenece a Luigi Colombo y se trata de Casas de Lérici.

El género del paisaje contrarresta con las escenas religiosas anteriores, que son las principales debido a su orden jerárquico. Además, es la transición entre la pintura tradicional, de Rafael, y la vanguardista, de la mano de Colombo, quien abrazaba el futurismo, el cubismo y el surrealismo.

La dottrina dei sapienti (2013). Serie Mitológico.

No sólo el mundo oriental, sino también una de las culturas más antiguas de esta procedencia, como la egipcia, se convierten en motivos de sus creaciones. En La dottrina dei sapienti se representa la máscara del faraón Tutankamón como símbolo de poder, ‘’la doctrina del sabio’’, del mandatario absoluto y la encarnación de la divinidad en la Tierra.

En la parte inferior de la obra destaca Mierda de artista, de Piero Manzoni, produciéndose una total confrontación del arte antiguo (hasta el siglo XX) con el actual, del significado de la máscara, asociado al poder divino, la reencarnación y la riqueza, frente a la lata con falsos excrementos del artista, la cual juega con los significados tradicionales del objeto artístico, particularmente el religioso, a través de la mirada conceptual.

El parangón entre la imagen de la máscara y la lata es todavía más atrevido si se tiene en cuenta que la primera está revestida de oro, mientras que la obra de Manzoni fue vendida al peso basándose en el precio de dicho metal precioso.

Super Power Flower (2012). Serie Historietas.

El mundo del cómic y el arte pop igualmente son distintivos de Cardeña. Se crió leyendo las historietas de Marvel, así que los protagonistas de estas viñetas aparecen de forma frecuente en su obra, como sucede en Super Power Flower. Superman se dirige hacia el espectador velozmente. Aunque se trata de un superhéroe, es decir, la lucha contra el mal, el título puede aludir a la no violencia, al eslogan hippie ‘’Flower Power’’, lo cual crea dos conceptos contradictorios.

En la esquina inferior izquierda se representa la Caja Brillo, obra de Andy Warhol, que no sólo es uno de los artistas que inspiran a Cardeña, sino también un excelente ejemplo de antipatía hacia el cómic. Sin embargo, tanto Superman como la Caja Brillo son dos ejemplos del arte pop, del mundo popular; extractos de la ciencia ficción y la vida cotidiana que conviven fervientemente en la sociedad actual.

Remembrance

Las historietas tienen su versión japonesa en el manga; noción que el artista no desdeña, al igual que los dibujos animados japoneses: el anime. Dragon Ball y Naruto no tienen cabida en la infancia y la adolescencia del artista. Sin embargo, están presentes en collages como Remembrance y aluden a la popularidad de los mismos en el siglo XXI.

La chica protagonista se presenta como una joven que parece desvestirse, por lo que la imagen se erotiza en contra de los dos mangas citados, que están dirigidos a la niñez y la pubertad. Se trata de descubrir las dos caras de la misma moneda, donde se refleja el carácter pornográfico que tantas veces posee, en mayor o menor medida, el anime y el manga, los cuales acostumbran a ver los jóvenes (de gran arraigo en España).

Betty la Nera (2010). Serie Pin-up.

La mujer como objeto de deseo, simbolizada al estilo manga, aparece en múltiples ocasiones de la serie Historietas, normalmente en actitudes más provocativas que el ejemplo mostrado. Igualmente, la mujer se convierte en el eje de la serie Pin-up. Son féminas que posan para atraer al público y vender los productos que publicitan, como sucede en el collage Betty la Nera, que es la modelo pin-up y de Playboy, Bettie Page. Un clamo hacia el usuario masculino o también una llamada a las mujeres homosexuales que traslada a su arte, aunque con connotaciones negativas.

La protagonista de la obra posa tentadora, pero el contexto iconográfico e iconológico es mucho más significativo. Aparece la manzana del Edén, fruto del pecado y cortada por la mitad; como si Bettie Page la hubiera tomado debido a su icónico erotismo. Mujeres que sólo tienen en común la belleza respecto a las diosas hindúes o las protagonistas de las obras de la Historia del Arte elegidas por Cardeña para sus collages.

Un placer para determinados espectadores que también es uno de los propósitos del kitsch; agradar visualmente a través de la decoración barroca, fruto de incorporar distintos elementos de la naturaleza y la cultura en las obras de arte.