El fotógrafo turco Burhan Ozbilici se convirtió en en testigo de uno de los asesinatos más importante de la historia del mundo cuando el pasado mes de diciembre, por casualidad, estaba en Ankara una exposición fotográfica cercana a su casa que inauguraba el embajador ruso Andrey Karlov, con imágenes de su país. Durante el parlamento, un policía que se supone que le protegía, sacó un arma y al grito de “¡Nosotros morimos en Alepo, vosotros morías aquí!” y disparó sobre el político ocho tiros dejándolo herido de muerte antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad.
Ozbilici, curtido en conflictos bélicos, no dudo ni un momento, y pese a que puso en juego su vida, siguió disparando su cámara y captó toda la secuencia y el terror de los asistentes. Su fotografía en la que se ve al embajador en el suelo moribundo y el grito de odio de su asesino, fue lanzada por la agencia Associated Press y terminó siendo publicada en la portada de muchos diarios del mundo al día siguiente, entre ellos The New York Timesy acabó obteniendo el premio absoluto de los prestigiosos premios World Press Photo (WPP).
La imagen y cinco fotografías más que incluyen al embajador antes de ser acribillado, durante su parlamento, recibe al visitante en el CCCB que acoge la exposición más importante del mundo en el ámbito del fotoperiodismo en el que están todos los premiados