Los pequeños detalles de la vida, una existencia que parece estática y, a su vez, que trasciende más allá de lo terrenal: el sublime vuelo de una mariposa, la mirada fija de unos ojos infantiles, la paciencia eterna de una planta, la belleza de una flor. Las obras de Andrea Lazo reposan en la dicotomía entre la finitud y la eternidad, entre la fugacidad de un instante y la permanencia de la memoria, de las sutilezas. Obras tales como Desérticas o Filippa son ejemplos da la importancia que le da a los pequeños detalles, el rescatando de los momentos y mostrando la belleza que hay en ellos.
Su técnica implica el uso de carboncillo para algunos de sus trabajos, y óleo para otros, según lo requiera la composición. Por ejemplo, tenemos su trabajo Rostro 11, donde es posible apreciar un rostro trabajado en óleo. En carboncillo está Hojas, que presenta una interesante técnica con el carboncillo, dando luz y volumen a las figuras.
© Andrea Lazo/ArteAlLímite