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EntrevistaPortada

Lo estructural de las formas en la fotografía de Felipe Lavín

By 13 de febrero de 2017septiembre 12th, 2024No Comments

¿Qué simbolizan las líneas, los patrones obsesivos, la geometría argumentativa y la simetría de los ejes en la obra fotográfica de Felipe Lavín?

El trabajo fotográfico de este artista visual, se apoya en lo real y se alimenta de lo urbano. Su lenguaje visual expresa una estética pulcra y minimalista que se manifiesta en una composición inyectada de espejismos simétricos, frontalidades unidimensionales, y/o juegos visuales que surgen a partir del a veces usado montaje digital.

El cielo protector (2015), su primera muestra individual, nos acercó a las alturas urbanas de Nueva York y Montreal. La perspectiva área y lo masculino del diseño parecían dominar en su composición de cuidadas líneas, a la vez de enfatizar, la grandiosidad de las estructuras arquitectónicas presentes en sus imágenes.

Su más reciente proyecto, Patrones Obsesivos (2016), asistirá en Abril de este año a la feria Art Lima. Una serie de diez fotografías y fotomontajes digitales sobre elaboradas cajas de luz, darán forma a la instalación que crea un Skyline. Diversas fachadas arquitectónicas, tanto de Santiago como de Buenos Aires, Montreal y Nueva York, recrearán una iluminada metrópolis, a la que se le sumará el efecto sonoro; una especie de voyerismo auditivo al que serán invitados los espectadores de esta muestra, quienes podrán escuchar a través de auriculares, a los presuntos habitantes al interior de estos espacios urbanos.

Estaño, Patrones Obsesivos

El inicio del todo

Retrato de Luna Milo

Un viaje de estudios a Montreal de seis meses, dio un giro interesante a la vida de Felipe Lavín, quien estudiaba Construcción Civil en aquel momento. No quiero decir que ésto significó el abandono de sus estudios como constructor, pero sí la integración de un nuevo punto de vista a su experiencia y la gestación de una nueva forma de expresión.

Tengo entendido que durante un intercambio de estudios en Canadá; tomando clases de fotografía digital, empezó tu interés por lo urbano y por la imagen arquitectónica. Cuéntanos más.

Sí, viví hasta los 16 años en el sur y tenía mucho más integrado el tema de la naturaleza y de hacer paisajes. Luego cuando vine a Santiago empecé a hacer fotografía más urbana. En Montreal, esto se agudizó aún más. Además coincidió que mi profesor era un fotógrafo de arquitectura, entonces igual influyó en mi punto de vista. Las tareas que nos asignaban me impulsaron a moverme por la ciudad, o a ir a Nueva York por el fin de semana, donde descubrí todos esos edificios y su arquitectura.

Creo que el haber estudiado Construcción Civil y haber visto todo el trabajo que hay para generar estos edificios que nos rodean, conocer el proceso anterior para llegar a esto que vemos, también influyó en mi interés por lo arquitectónico. Para mí un edificio es como una obra de arte, todo el proceso de estudio de una propuesta, de los planos, del arquitecto, de la construcción misma. Todo ese proceso tiene demasiada energía.

Me encanta enfocarme en edificios que luego podrían cambiar la percepción de la gente, la forma de mirar los mismos. Lugares habituales, que luego son descontextualizados por la fotografía. En Montreal observé directamente lo cotidiano, porque todo me llamaba la atención, todo era nuevo, entonces volví a Santiago con esa mirada de ver cosas que la gente normalmente no ve.

¿Te has sentido inspirado también, por el factor humano al momento de hacer una fotografía?

Poco igual, yo creo que soy hasta malo para los retratos. Pero es algo en lo que me gustaría incursionar un poco más.

A pesar de que en mis fotografías no se representen muchas figuras humanas, hay una estrecha relación de cómo las personas habitan estos lugares y cómo el espectador se identifica con estos retratos urbanos, por lo tanto, en ese sentido me inspira el factor humano.

Ahora último, sí he estado involucrando más a las personas en mi fotografía. Estoy desarrollando un nuevo proyecto que está relacionado con el metro. Estoy retratando algunas vistas panorámicas de los andenes, donde abordo por un lado la estructura del metro y por otro lado la interacción de los usuarios con este medio de transporte. Está el tema de la conectividad también. Y ahí sí me estoy enfocando más, no en el retrato, pero sí en captar más a las personas, porque hasta ahora me he enfocado fotográficamente en lo urbano, casi como si no existiera la humanidad, hay pocas señales de vida humana en mis fotos. Pero, ahora como una vuelta de tuerca a los Patrones Obsesivos, un trabajo anterior, estoy preparando un montaje con cajas de luz, donde voy a involucrar la parte humana a través de lo auditivo. La idea es sugerir escenas más bien íntimas y dar señal de que hay vida detrás de estos edificios.

Quillayes I

¿Por qué fotografía digital y no análoga?

Empecé con lo digital, no he hecho nada con lo análogo hasta el momento. Pero recientemente, me picó el bichito y me dije, ‘¿por qué no?’ Y si me voy a llamar fotógrafo, no puedo dejar de conocer ese lado. Creo que es mucho más complicado y algo que hasta me da un poco de susto, pero me dije: ‘ya, es algo que hay que afrontar’.

El ejercicio con una análoga es mucho más preciso, porque no hay lugar para las modificaciones. Es otro lenguaje a la larga y tienes que afinar mucho más el ojo. Tienes 36 fotos para sacar y tienes que enfocarte en el minuto de hacer bien el encuadre, de usar bien todas las herramientas, porque no habrá otro instante.

Rojas Magallanes

¿Qué te mueve al momento de empezar un nuevo proyecto fotográfico?

Explorar cosas nuevas, salir un poco de la zona de confort, que es intimidante, pero un desafío al mismo tiempo. Me pasa que nunca dejo totalmente mis proyectos, es inevitable, siempre vuelvo a ellos y les agrego cosas.

Me gusta trabajar temáticas totalmente distintas, cambiar el enfoque y proponerme a hacer cosas nuevas, y obviamente también está el desafío de que más o menos tenga una misma línea con lo que estabas haciendo antes, o sea no siempre, pero sí tener ese sello que la gente reconozca y que a la vez sea algo totalmente diferente.

¿Partes con una idea clara sobre lo que quieres?

La mayoría de las veces, me pasa que hay como un fluir de la consciencia, y saco un par de fotos de lo que sea, sin tener un objetivo claro, sino que saco fotos de lo que me llama la atención. Pasa que tu cabeza empieza a captar cosas en distintos lugares, pero que son más o menos las mismas finalmente, entonces generas ciertas imágenes, que están ahí como flotando y luego en una mirada posterior, te das cuenta que la temática que se repite empieza a formar una serie fotográfica, ahí es cuando ya me enfoco más particularmente en una idea específica. Entonces diría que paso más bien de lo visceral a lo racional.

El ángulo de contrapicado que expande las líneas y enfatiza la profundidad de campo, es muy usado en la fotografía de arquitectura. Es un elemento visto en tu proyecto, El cielo protector. ¿Qué otros elementos o técnicas fotográficas validas?

He usado harto la contraposición al cielo, especialmente en este proyecto en particular, donde el cielo finalmente desaparece, entonces se acentúan estos edificios y se genera una especie de vacío que los descontextualiza de la urbe.

También uso harto lo frontal, donde la imagen pierde profundidad y es más bien plana. Las líneas son más bien rectas y cuadradas, totalmente lo opuesto al contrapicado. Generas otra relación con la imagen urbana, que cambia totalmente la percepción.

¿Cuáles son tus influencias o mentores, fotográficamente hablando?

Cuando descubrí la nueva objetividad alemana en fotografía, me hizo demasiado sentido. El matrimonio de los Becher, de Bernd y Hilla Becher, quienes enseñaron en la escuela de Bellas Artes de Dusseldorf y formaron discípulos, como por ejemplo a Andreas Gursky y Petras Wunderlich a fines de los años 70. Se enfocaron en las estructuras industriales que estaban desapareciendo en esa época y usaban un clima gris, luz invernal, todo súper frontal. Los encuentro secos, son fotógrafos que me inspiran bastante. De hecho mi proyecto, Patrones Obsesivos, está muy influenciado por esta estética.

Patrón IV, Patrones Obsesivos

Siguiendo entonces con Alemania, David Mrugala, un arquitecto alemán y artista digital, representante del arte generativo, piensa que en contraste con otras disciplinas del arte, la que se relaciona con la arquitectura y/o diseño arquitectónico está generada principalmente por el intelecto y por la razón. ¿Qué opinas?

Estoy de acuerdo, porque viniendo de mí o de mi manera de representar mi obra, es súper racional. Tengo una formación de constructor civil y es súper cuadrada, eso representa un poco mi trabajo en la fotografía, una forma mucho más racional. La forma en que hago los encuadres y como genero las composiciones. La arquitectura es muy racional, muy concreto, tiene una estructura que no puedes modificar tan fácilmente. Entonces, sí, estoy de acuerdo.

¿Qué dirías acerca de la intencionalidad de tu visión, qué propone?

Propone, un poco, descontextualizar los elementos cotidianos y darle un nuevo enfoque a esta urbe que funciona tan rápido. La gente no pone atención a nada, cada uno va como caballo de carrera. Me gustaría proponer parar un poco, mirar las cosas con otros ojos, estar alerta al entorno, preocuparse un poco más de lo que está aconteciendo alrededor.

Diría que el arte es un gran gestador de ideas y de cambios en cada esfera humana, especialmente en lo social. En este no sólo se reflejan los procesos latentes que experimenta una sociedad, sino que también la sociedad se refleja en él. Si tu fotografía fuera un instrumento medidor de lo que nuestra cultura está expresando, ¿qué estaría evidenciando?, o ¿qué estaría simbolizando?

Evidencia un poco el caos en el que vivimos, la vida impersonal que cada uno vive, pero en relación a la vida urbana, porque en el campo la vida es totalmente distinta. Acá se evidencia el individualismo, el consumismo, todo este mundo que funciona tan rápido. Estamos todos tan alejados del otro, cada uno vive por sí mismo, de manera egoísta. Entonces al retratar la arquitectura y la vida urbana, se muestra un poco eso. Están todos estos edificios, con cientos de personas adentro, pero con vidas solitarias. Representa también la ausencia de identidad, porque todos estos edificios se generan masivamente y destruyen todo a su alrededor; la armonía de barrio que tenemos y nuestro patrimonio.

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