El objet trouvé o ready-made es un tipo de arte que reutiliza y modifica objetos, les otorga una nueva lectura, una identidad renovada mediante la re-significación de conceptos, yuxtaposición de elementos y la transfiguración de su uso primario. El objeto se convierte una obra de arte, deja lo cotidiano para transformarse en el medio por el que el artista puede inscribir su creatividad. Es por esto, que los objetos de Maria Paz García no están hechos solo con un afán ornamental, al contrario, comprenden todo el espectro de significados que puede contener el ready-made.
María Paz García nació y creció en Chimbarongo, Región del Libertador Bernardo O’Higgins en Chile, en una parcela que sus padres construyeron, y años más tarde se trasladó a Santiago para realizar sus estudios en la carrera de Artes; el cambio de un lugar a otro significó una gran fuente de experiencias y de empezar a valorar y tomarle el peso a cosas de las que se iba a alejando. Un hecho que la marcó, respecto a este asunto, fue el incendio en la casa de su infancia el primer año de universidad, donde se quemó –junto a lo material– una serie de recuerdos y momentos vividos.
Ella reconoce que, en un principio, le fue difícil estudiar arte pues no es una carrera sencilla, Sin embargo, con el paso de los años fue perdiendo esa incertidumbre, “me fui dando cuenta de que para ser artista hay que ser uno mismo, es desde la sinceridad de uno desde donde nace la obra”, explica. La tradición del lugar que formó parte de su infancia, los recuerdos y memorias se convirtieron en referentes y también en sus proyectos: los objetos mismos se transformaron en su principal guía y en su material de trabajo.
Los objetos de María Paz tienen la cualidad de yuxtaponer estéticas y tradiciones, expone la fragilidad de las identidades, los significados que les damos a las cosas y sus usos, “una burla a las apariencias de ciertos objetos, a través de la ironía y el simulacro”, así define su obra la artista. Al haber sido criada y educada en la provincia de Colchagua, el traslado de una ciudad a otra significó un gran cambio. Lejos del entorno ya conocido, se enfrentó no solo a una ciudad inmensamente poblada como lo es Santiago, también afrontó estereotipos: “Todos esos encasillamientos y comentarios hacia mi persona con respecto a la apariencia, de una u otra forma me hicieron dar cuenta de cómo uno cree estar viendo una cosa que finalmente se traduce en otra y que efectivamente las apariencias pueden engañarnos”.
Tratar estos temas surgió durante el segundo o tercer año de universidad, el mimbre le recordaba a sus raíces, su vida en Chimbarongo, su casa de la infancia. Ese despertar del engaño de las apariencias le ayudó a definir su propuesta artística, donde es capaz de burlarse de las costumbres de las distintas tradiciones y de los prejuicios que cada uno carga: toma un objeto que esté ligado a lo rural o artesanal, en este caso, el mimbre, objetos con un valor en cuanto a lo personal, y transforma mediante la ironía, los convierte en objetos de otras tradiciones, que visualmente no pertenecen a la materialidad del objeto original. De esta forma, decidió en transformar el mimbre, por ejemplo, en Zapatos Rojos, en jarros de la “Dinastía Ming-Chimb” o una fina Taza de porcelana. La composición de su obra se inscribe en un hibrido de conceptos y objetos increíble, asombroso, que dignifica el material del cual se vale la artista para efectuar sus trabajos, pues las representaciones que forja María Paz no solo tienen un componente teórico de gran peso, se observa la nostalgia y el respeto por las costumbres de su tierra.
Actualmente, la artista está probando otras técnicas, como la pintura, y dentro de sus planes a futuro está participar en la feria de artistas llamada REKREATIBA, que se realizará durante el 2017, además del deseo de exponer sus obras en sus tierras.