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Doce obras de arte contemporáneo que desde de ahora conforman la colección del Museo de Artes Visuales (MAVI), con una muestra que estará en exhibición hasta el 12 de febrero del 2017.

Como un incentivo al arte contemporáneo en Chile, la marca Vodka Finlandia, entre 2010 y 2015, convocó a jóvenes artistas visuales chilenos al Concurso Entre Ch.ACO y Finlandia, cuyo objetivo fue desarrollar la Colección Finlandia.

Así fue como Carolina Illanes con Grilla local ganó del primer lugar el 2010, con un proyecto surgido tras observar las fachadas disparejas, sin antejardín y una estética azarosa de los barrios Yungay y Matta, hasta lograr 30 módulos troquelados en distintas magnitudes, hechos con resmas de papel blanco tamaño carta. Toda una ingrávida ciudadela que ella misma define como: «rescatar sólo las líneas ortogonales, la puerta, ventanas y rejas. Al depurar la fachada se retorna al proyecto, a la maqueta, al ideal, sin mostrar los efectos del tiempo».

Carolina Illanes

Grilla local, Carolina Illanes

Siguiendo este circuito aflora Coreografía de Johanna Unzueta, instalación mural ganadora en 2011. 21 llaves de agua en fieltro alemán de diferentes colores van al rescate de otros objetos que el uso cotidiano hace desaparecer, como carretillas, tuberías, hachas y palas, configurando una metáfora desde la manualidad artística que escapa de la magnificencia tecnológica.

Un año después Fabiola Hernández obtuvo el primer lugar con Trepidatorio, nombre originado en un tipo de movimiento sísmico que genera una interesante mixtura entre herramientas de uso doméstico e industrial y elementos naturales, para elaborar una estructura fractal compuesta por tijeras en tres dimensiones, cubiertas por encajes y tréboles de cuatro hojas sellados en resina en tonos ocre-verdosos que conversan entre sí.

Martín Kaulen

Geometría Bambusoideae III, Martín Kaulen

Estudio de Geometría Bambusoideae III, es el proyecto con que Martín Kaulen obtuvo el primer lugar en 2013, con un acercamiento entre la ciencia y el arte mediante patrones geométricos y ritmos presentes en la naturaleza. Toma como base diferentes cañas de bambú cortadas transversalmente con las que crea innumerables combinaciones circulares que, al intercalarse, generan una composición modular tan perfecta que parecieran estar producidas digitalmente.

Por su parte Felipe Mujica (primera mención honrosa 2013), muestra un díptico en foto serigrafía como parte del proyecto Nikkorex 35 (1960) Fluo Yellow2 y New Music Media N2 In Tsumagol. Una enigmática propuesta hermanada con sus series de paneles de tela o “muros de cortina” para dividir y reorganizar el espacio expositivo, para crear múltiples separaciones de un mismo ambiente que apelan a un espectador que responda a la idea de obra de arte abierta.

En paralelo Julen Birke, por medio del papel gofrado, crea un gran tapete repujado y aprisionado al estilo cuño seco, lo que genera una suerte de hibridación entre lo natural y lo artificial con estos paneles multicolores De la Serie Panal (segunda mención honrosa 2013).

Por otra parte en Panaflex, los carteles luminosos de los años ‘70 y ’80, son la base de ese Scrabble publicitario o collage de acrílico con que Joaquín Luzoro, ganador del 2014, crea un circuito de anuncios interactivos que titilan acompasadamente al ritmo de los asistentes.

Joaquín Luzoro

Panaflex, Joaquín Luzoro

Complementario a esto Tomás Rivas (primera mención honrosa 2014), inspirado en un fragmento del fresco del pintor barroco Giovanni Battista Tiepolo, El Banquete de Cleopatra, propone un giño temporal al hacer que mosaicos de porcelana –encontrados en un edificio en demolición– sean los pixeles de color que resuciten a esta célebre fémina.

En la contraparte Andrés Durán desde la fotografía digital (segunda mención honrosa 2014) plantea la dualidad de los límites, en la obra Mirador. Al exponer una panorámica tomada desde el parque Metropolitano, con ese pujante horizonte inmobiliario santiaguino y al unísono devela la precariedad de quienes, como dijo Rodrigo Lira: “viven, sobreviven o subviven”, en la cara no visible de las gigantografías publicitarias, de espalda a esta insensible ciudad.

Andrés Durán

Mirador, Andrés Durán

Catalina González, por su parte obtiene el primer lugar del 2015 con Umbra, una instalación que evidencia la problemática del paisaje dañado por la industria minera, representada en una intervención o maqueta hecha con escoria de cobre de una refinería, junto a tres fotografías de la serie Observatorio, sitio donde invita a reflexionar en torno a la sobreexplotación del hombre y su hábitat.

En el mismo eje de la instalación surge Patricia Domínguez (primera mención honrosa 2015) con El patrón de las cerámicas, obra en que echa mano a objetos tan disímiles como un rack metálico de tv, luces de frenos, bordados, lentejuelas o crin de caballo teñido y sobre todo fragmentos de cerámicas producidas industrialmente (pedazos de vasijas que quedaron tras la clausura de una fábrica emplazada en un barrio patrimonial de Santiago), desde donde plantea la co-existencia de diversos paisajes culturales, rescatando los vestigios de un promisorio pasado.

Patricia Domínguez

El patrón de las cerámicas, Patricia Domínguez

Cierra el ciclo Camila Ramírez (segunda mención honrosa 2015) con Palas comunitarias, objeto inverosímil compuesto por 10 palas y estructura de fierro con las que reorienta el imaginario de una comunidad, mediante un elemento lúdico, capaz de enfrentar la noción utópica que soporta a ciertas ideologías, pero esta vez desde lo insólitamente posible.

En resumen, la llegada de estas nuevas obras de la Colección Finlandia, incrementan un repertorio de más de 1500 obras y alrededor de 300 artistas contemporáneos, muchos de ellos en plena producción, tanto en Chile como en el extranjero y que hoy muestran la ecléctica cara del talento.