Tanto las pinturas como las cerámicas de Macarena Salinas Amaral tienen un toque étnico. Pese a que el mensaje quizás no sea explícito, es innegable que hay una relación con el origen y las raíces en el trabajo que realiza la artista. Se puede oler la tierra de sólo verlos. Además, los diseños parecieran hacer alusión a la pintura rupestre, a una memoria casi ancestral.
Macarena por medio de formas redondas, de la utilización de fragmentos de tejidos o amarras, logra que sus pinturas creen realidades que atrapan al espectador transportándolo a otra época. A la vez, el minucioso trabajo que realiza con sus cerámicas crean la ilusión de una apariencia blanda, moldeable, natural.