Un descubrimiento que cambió la percepción de la cultura mesoamericana fue el hallazgo realizado por un grupo de arqueólogos mexicanos. Los investigadores encontraron un sistema de canales fluviales escondidos bajo tierra por más de 1000 años.
La revelación ocurrió en la tumba del emperador maya de Palenque, K’nich Janaab’ Pakal. Se creía que el edificio de más de 20 metros de altura se había creado para glorificar los restos del monarca. Los académicos ahora sostienen que la construcción de la estructura no solo se hizo por esta razón, sino que también por ahí se encontraba un gran manantial de agua.
La carga simbólica del agua se entendía como un camino por el que el espíritu del gobernante se desplazó hacia el inframundo. Es un elemento que marca el inicio y el fin de la vida en la cosmología maya.
Los investigadores se sorprendieron por encontrar que en su interior aun circulaba agua, lo que denota la capacidad del sistema hidráulico diseñado por los mayas.Los canales se extienden por 17 metros.
Esta obra de ingeniería además servía como drenaje ante las lluvias que podían inundar la ciudad. Los estudiosos solo han explorado el 2% de la zona, debido a la impenetrable selva que rodea las ruinas.