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Aunque pintores como André Bretón intentaron convencer a Frida Kahlo de que su estilo era surrealista, la autora mexicana nunca aceptó tal calificativo. Sus temáticas no se referían a sueños, si no a experiencias que marcaron su vida personal, tal como se verá a continuación:
Frida y Diego Rivera (1931)
Una unión entre “un elefante y una paloma”. Así fue descrita la pareja formada entre Diego Rivera y Frida Kahlo. Los primeros años del matrimonio entre los dos pintores fueron muy fructíferos para ambos. Los dos se amaban profundamente, lo que se ve en la unión entre sus manos. Se aprecia la fisionomía de cada uno: Frida aparece vestida con un típico atuendo mexicano. Su cuerpo se ve frágil. Diego se nos muestra grande e imponente, sosteniendo una paleta y pincel en su mano, lo que denota una sensibilidad artística que tanto le gustaba a su esposa.
Henry Ford Hospital (1932)
Frida vivió junto a su esposo en Estados Unidos entre 1931 y 1934. Aunque Rivera disfrutaba de la valoración que el público norteamericano hacía de sus murales, Frida extrañaba a su México natal. La nostalgia se acentuó con el aborto de “dieguito” a los tres meses de gestación, debido a las complicaciones que surgieron en el embarazo causadas por el resquebrajado cuerpo de Frida. El choque en autobús que sufrió en 1925 la dejó con múltiples fracturas y decenas de operaciones que hicieron imposible la procreación. Este hecho marcaría una realidad que la pintora tardaría años en asimilar.
En el cuadro se muestra el momento del aborto en el Hospital Henry Ford en Estados Unidos. Desde su malogrado estómago salen seis hilos rojos que recuerdan la forma de los cordones umbilicales. Cada uno se conecta con un elemento de aquella jornada: por una parte el feto de su hijo, un caracol que simboliza la lentitud del proceso, una flor púrpura que le regaló Diego Rivera, un torso abierto que muestra sus órganos internos…
Frida, con su pelvis ensangrentada, exterioriza el dolor físico que sintió durante la operación.
Autorretrato con collar de espinas (1940)
La relación de Frida Kahlo y Diego Rivera se puede resumir como una historia de mucho amor y desengaños. Diego Rivera nunca abandonó su gusto por cortejar mujeres. Llegó a sostener un romance con la hermana de Kahlo, lo que llevaría a esta última a una profunda depresión. Desde ahí, ambos siguieron juntos pero en una relación abierta. En 1939, luego de diez años juntos, Frida Kahlo y Diego Rivera se separaron. La pintora nunca pudo reponerse de este evento; amó a Rivera hasta la muerte, a pesar de los muchos amoríos que ambos sostuvieron.
En esta obra Frida aparece vestida con un típico atuendo mexicano y un collar de espinas que, en vez de estar en la cabeza como suele suceder en la simbología cristiana, aprieta su cuello, en una alegoría del dolor que le causaba estar lejos de su amado. El colibrí muerto que cuelga del collar hace alusión al matrimonio fallido. El pequeño mono –regalo que le hizo Diego– se asocia a la indiferencia que sostenía su esposo con ella. El gato negro en su hombro izquierdo es sinónimo de la mala suerte.
Diego en mis pensamientos (1943)
“Tuve la suerte de amar a la mujer más maravillosa que he conocido. Ella fue la poesía misma y el genio mismo. Desgraciadamente no supe amarla a ella sola, pues he sido siempre incapaz de amar a una sola mujer”, así se refirió Diego Rivera a la relación que sostuvo con Frida Kahlo. La pintora mexicana siempre tuvo a la persona del muralista presente en sus pensamientos, lo que se puede apreciar en este cuadro.
Las grietas que llenan la composición demuestran el daño psicológico que la separación causó a Kahlo. Rivera aparece representando el tercer ojo, justo al medio de la frente de Frida. Su vestido, una tehuana típica de México, era el favorito de Rivera.
La Columna Rota (1944)
El accidente que sufrió en autobús cuando tenía 18 años dejó secuelas en Frida que durarían toda su vida. En esta pintura ella aparece con su torso desnudo, abierto y lleno de arneses y clavos. Una columna de fierro agrietada sostiene su columna, en una clara alusión a las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida a lo largo de su vida. Todo este daño en el cuerpo le impidió ser madre.
Su gesto, alicaído y lleno de lágrimas, denota la pena que la pintora experimentó debido a todo esto. El paisaje desértico en el que se ambienta la escena demuestra el sentimiento de desolación que Frida vivió en aquel entonces.
{:}{:en}Although painters like André Breton tried to convince Frida Kahlo that her style was surrealistic, the Mexican author never accepted that term. Her themes were not related to her dreams, it were related to experiences that marked her personal life, as will be seen below:
Frida and Diego Rivera (1931)
A union between «an elephant and a dove.» So it was described the couple formed between Diego Rivera and Frida Kahlo. The first years of marriage between the two painters were very profitable for both. Both were deeply in love, which can be seen at the junction between his hands. The physiognomy of each one is appreciated: Frida appears dressed in a typical Mexican attire. His body looks fragile. Diego looks large and imposing, holding a palette and a brush in his hand, showing an artistic sensibility that wife his loved. Frida and Diego Rivera (1931)
Henry Ford Hospital (1932)
Frida lived with her husband in the United States between 1931 and 1934. Although Rivera enjoyed valuation that the American public did of his murals, Frida missed her native Mexico. Nostalgia was accentuated by the abortion of «dieguito» with three months of gestation, due to the complications that emerged in pregnancy caused by cracked body of Frida. The bus crash that she suffered in 1925 left her with multiple fractures and dozens of operations that made procreation impossible. This incident would mark a reality that the painter would take years to assimilate.
In the picture the moment of abortion is shown in the Henry Ford Hospital in the United States. Since its spoiled stomach six red threads out, each one resemble the shape of the umbilical cord. Each is connected with an element of that day: on the one hand the fetus from her son, a snail that symbolizes slowness in the process, a purple flower that gave her Diego Rivera, an open torso showing internal organs …
Frida, with her bloodstained pelvis, show the physical pain she felt during the operation.
Self-portrait with Thorn Necklace (1940)
The relationship of Frida Kahlo and Diego Rivera can be summarized as a story of love and heartbreak. Diego Rivera never abandoned his taste for courting women. He even maintained an affair with Kahlo’s sister, causing a deep depression. From there, they followed together but in an open relationship. In 1939, after ten years together, Frida Kahlo and Diego Rivera were separated. The painter could never recover from this event; she loved Rivera to death, despite the many love affairs that both maintained.
In this work, Frida is dressed with a typical Mexican dress and a necklace of thorns that instead of being in the head as often happens in Christian symbolism, she squeezes it in her neck, in an allegory of pain that caused her to be away from his beloved. The dead hummingbird hanging from the necklace alludes to the failed marriage. The little monkey (gift made by Diego) is linked to indifference he showed with her. The black cat in his left shoulder represents bad luck.
Diego in my thoughts (1943)
«I was lucky to love the most wonderful woman I have ever met. She was pure poetry and genius. Unfortunately I did not know love her alone, because I have always been incapable of loving one woman», Diego Rivera referred of that way about the relationship he had with Frida Kahlo. Mexican painter was always had the person of muralist in their thoughts, which you can see in this picture.
Cracks that fill the composition show the psychological trauma that caused separation to Kahlo. Rivera appears representing the third eye, right in the middle of the forehead of Frida. Her dress, a typical tehuana of Mexico, it was the favorite of Rivera.
The Broken Column (1944)
The bus accident she suffered at 18 years left sequelae in Frida that would last all her life. In this painting she appears with her naked, open and full of nails and harnesses torso. A column of iron cracked holding his column, in a clear allusion to surgical interventions what she went through in her life. All this damage in the body impeded her from being mother.
Her expression, depressed and full of tears, it denotes that the painter experienced because of all that happened. The desert landscape in the scene demonstrates the desolation feeling that Frida lived at the time.
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