Con una carrera que desde 1971 se relaciona con el área cultural y la sobrevivencia de los espacios que la desarrollan en Chile, Arturo Navarro, Director Ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho (CCEM), tiene la convicción de que estos espacios se deberían mantener con el respaldo que se merecen. En marzo expuso en el Parlamento ante la Comisión de Cultura de la Cámara Baja, donde indicó la necesidad de concebir un espacio de coordinación entre diferentes organismos culturales, organizados en un Consejo Nacional de la Infraestructura y la Gestión Cultural.
En AAL conversamos con él sobre lo que opina del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que propone el Gobierno.
¿Cómo podrías explicar la discusión que se ha generado respecto al Ministerio de las Culturas?
No se ha generado ninguna discusión. Yo creo que aquí lo que hay respecto al Ministerio es una especie de “arrastrado de cadena”. La discusión importante se dio fue cuando se creó el Consejo Nacional de la Cultura. Estábamos saliendo de la dictadura, no teníamos una institucionalidad cultural por lo que había que crearla. La discusión fue de cero. En ese momento se tomó una gran opción y el gran tema de fondo fue decidir que no queríamos un ministerio, que queríamos un Consejo Nacional de La Cultura y las Artes. Era la opción más participativa y popular porque se identificaba Ministerio con “autoritarismo”. No queríamos un ministerio que fuera la presencia de una sola voz, porque un ministerio es: un secretario del Estado, un secretario del ministro, un secretario del presidente. Cambia el presidente, cambia el ministro, cambia la política.
Rechazar ese modelo hizo que se optara por un modelo británico, o sea, el modelo de participación de los consejos de la cultura. Si bien, el Estado pone el dinero, quienes asignan el dinero es un colectivo, un grupo, la sociedad civil.
«La discusión de ahora debería ser: ¿cómo hacemos ahora para que esa gran opción que tomó Chile de ser un país de los consejos de las artes, se adapte a una situación anómala, donde la DIBAM no está incorporada a este sistema de consejo?»
Lo que hace este Ministerio es finalmente doblegar ese espíritu autoritario de los sectores del patrimonio y ponerlo bajo este concepto de los consejos. Cuando se presentó el proyecto de Piñera, ese proyecto fue un proyecto administrativo; el proyecto actual supera el anterior al incorporar a la DIBAM en los organismos participativos.
¿Se ha dejado de lado la gestión y la infraestructura cultural en la Ley de Indicación sustitutiva?
La gestión cultural de este país es importante gracias al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, o sea todas las instituciones creadas después de los noventa son corporaciones culturales o fundaciones culturales, por lo tanto son organizaciones participativas. Es imposible que las organizaciones pertenezcan solo al Estado, no hubiera funcionado. Lo que sí hace el Estado es ejecutar presupuestos, pero no gestiona y esa actitud no se le puede permitir a un espacio cultural… estos espacios funcionan porque hay gestión.
En este proyecto, sin embargo, no aparece un Consejo sectorial de la infraestructura y la gestión, como una institucionalidad propia. Este sería fundamental para apoyar este trabajo, que se está haciendo tan eficientemente es necesario. Por ahora, lo que importa es sacar el Ministerio y apoyarlo. Luego vendrá este consejo, tal como las artes visuales están pidiendo el Consejo de las Artes Visuales que no existe.
¿Considerarías una tercera vía de financiamiento cultural que no se ha propuesto?
Lo dijimos en la 4ta Cumbre Mundial de las Artes y la Cultura en Sudáfrica. Nuestra tesis es el tercer financiamiento. Estamos de acuerdo que el Estado tenga que poner pero no queremos que sea el único proveedor, al igual que el financiamiento ideológico de los privados. Entonces nos queda la propuesta C que es un modelo mixto: no hay aporte de los privados ni del estado, el aporte surge de la gestión.
Y esto es un modelo internacional, de un centro cultural que se autofinancia al 100% de la gestión.
«Nuestra tesis es el tercer financiamiento»
¿Qué opinas de los fondos con asignación pública y privada?, ¿consideras que son “el parche a la herida”?
Los fondos concursables no los considero un parche a la herida, es todo lo contrario. El parche a la herida sería el dinero asignado exclusivamente del estado. En general es un concepto maravilloso y es el gran sustento de nuestra política de desarrollo cultural y, gracias a ello, se ha desarrollado la cultura en los últimos años en nuestro país con la precariedad de recursos que tiene Chile.
Por eso digo que no hay ningún debate. Esto está todo resuelto. El estado aporta con fondos concursables. Los privados con la ley de donaciones. Este ministerio no cambia nada de eso, todo lo contrario… lo perfecciona. Mejora el comité de donaciones culturales y se profundiza cada vez más un camino que ya se tomó así que bienvenido sea.
¿Consideras que no ha existido mucha información a la ciudadanía con respecto al proyecto?
Es que pasa que este proyecto no lo pedía nadie, ni siquiera el programa del ex presidente Sebastián Piñera. Fue idea de personas que estaban en el mundo del patrimonio y nadie más lo pidió, ni siquiera la ciudadanía. La derecha en Chile no tenía una postura cultural. No había programa. Armaron un Ministerio pero no tuvo una gran relevancia, entonces cuando quedó el proyecto en cancha, había que sacarlo de alguna manera por protocolos políticos. Fue entonces que lo tomó la era del actual ministro, Ernesto Ottone. Además hay que destacar el trabajo que hizo Nivia Palma, donde ordenó lo que estaba bastante desorganizado.
«Hay que crear un nuevo servicio más moderno pero sobre todo con directores regionales que puedan desarrollar archivos regionales que no hay en todo Chile»
El proyecto sobre el Ministerio de las Culturas, se apoya con énfasis por descentralizar la cultura, ¿qué opinas de esto?
Me parece muy bueno, es más yo creo que la descentralización tiene relación con la DIBAM. La única identidad no descentralizada en cultura en Chile es la DIBAM. El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes tienen consejos regionales y está descentralizado de modo participativo. El bogador que boga más despacio aquí es la DIBAM.
Lo que pide la DIBAM, de que sean subsecretaría es ridículo. ¿Tú has visto una subsecretaría que sea descentralizada? Tiene que ser un servicio público para que funcione y se descentralice. Hay que crear un nuevo servicio más moderno pero sobre todo con directores regionales que puedan desarrollar archivos regionales que no hay en todo Chile. Por eso considero que estamos llenos de demagogia e ignorancia.
Y por último… ¿qué opinas de la gestión de Ottone?
Me gusta mucho. Tiene un perfil ideal de gestión cultural porque trabajó en esta área. Tiene un currículum bastante amplio. Conoce el ambiente y conoce el camino, no es algo nuevo para él. Y, como te digo, la gestión cultural es derivada de la acción y por sobre todo… la reflexión.