Abstracciones coloridas mediante un personal estilo de grabado son las herramientas de Marcela Carvajal para crear instrumentos que logran la representación de un mundo más amigable con sus habitantes.
Desde hace cinco años que la artista Marcela Carvajal se dedica al grabado ecológico, camino que profundizó dentro de su especialidad de la Universidad de Chile, el grabado. Soltó los tradicionalismos del grabado en aguafuerte sobre planchas de cobre (donde el principal componente es el ácido), para abocarse al grabado no tóxico a través del grabado ecológico (con Tetrapack), xilografía y el fotograbado (grabado no tóxico). Con una rica trayectoria que incluye un curso de “Grabado al aguafuerte y su extensión” en Estados Unidos, talleres de literatura y de grabado no tóxico en 2011, la artista se ha desarrollado dentro de la tendencia del arte sustentable.
“Desde el reciclaje, que lo hago hace muchos años, sumé el no trabajar más con elementos tóxicos que afectan al planeta y a la calidad de vida de todos. Hay que dejar de ser individualista y pensar que somos seres humanos viviendo de lo que la tierra nos regala y debemos cuidarla. Todo suma para que por lo menos paremos un poco de contaminarnos”
El ser humano y la naturaleza son los ejes centrales de las obras de Marcela. En ellos se refleja su mirada consciente: la idea de pertenecer a un Todo y, al mismo tiempo, la búsqueda de un origen que la identifique con una constante búsqueda de lo que quiere y lo que es como individuo. “Me mueve el ser humano en su vida diaria, con sus emociones y sus lugares de pertenencia y la naturaleza que me nutre diariamente”, declara la artista, quien se siente una afortunada de que ese sea, a su vez, el espacio en el que cotidianamente se desenvuelve.
En sus rigurosas creaciones de sentidos eco-sociales fluyen los colores de forma asimétrica y simétricas llenas de movimientos, que muestran árboles, plantas, símbolos y más seres de forma alegre y vívida, que transmiten armonía entre el entorno y sus habitantes. A través de técnicas de reciclado como el “grabado verde”, la artista contribuye desde su formación y creatividad al cuidado del medio ambiente, con iniciativas sociales como, por ejemplo, el Taller de Grabado Ecológico en Tetrapack que realizó en la versión del Lollapalooza 2014, junto a otros workshops.
Dentro de sus variadas exposiciones destaca Manópolis, una muestra basada en el fomento de los vínculos entre comunidad y su identidad a través de la creación artística, versión resumida del proyecto matriz artístico y cultural “Vínculos de Identidad Urbana”, el cual se expuso por primera vez en el año 2010 (Proyecto Bicentenario de Chile, 2010). La muestra, señala, se realizó especialmente para “mostrar características y rasgos de identidad de los distintos grupos de personas que habitan la región metropolitana, junto a los vínculos que establecen entre ellos y la ciudad, durante su desplazamiento cotidiano”. Es así como logró conjugar su pasión por el grabado y la necesidad de integrar al entorno con el arte –considerado por ella sanador-, haciéndolos parte activa del proceso, donde finalmente a las familias participantes se les entregaban obras en que ellos mismos habían puesto sus manos.
Para sus próximos proyectos artísticos se espera Campo de Creación y Cartografía Curatoría, zona de investigación-acción y segunda parte del proyecto curatorial propio llamado «Vínculos Urbanos”. Al respecto, Marcela indica: “Se caracterizará por la conformación de pequeñas muestras nómades de obras transfiguradas, esto es, de planchas que en tanto matrices, representan nuevos imaginarios”. Esto se llevará a cabo en un «viaje» que cruza las comunas de la Región Metropolitana, en las cuales esta muestra itinerante se instalará en espacios de alta circulación. El propósito es que las personas y vecinos sean guiados, a través del levantamiento artístico, hacia una experiencia de apreciación y resignificación por su medio ambiente cotidiano, donde las obras se instalarán en un lugar elegido por ellos mismos, otorgándole así una “marca” de sentido al espacio intervenido.
Paralelamente, la artista comenzará a trabajar obras nuevas en grabado (no tóxico y xilografía), experimentando con nuevos soportes e integrando lo textil; siempre en movimiento, teniendo como horizonte potenciar sus estudios para proyectar su pasión y creatividad de la forma más verde posible.