Anouk Kruithof es holandesa y ha definido esta serie como el contenido invisible que oculta el color. Es un verdadero muro de libros que reciben, dependiendo de su lugar en la construcción, aleatoriamente, el color de un prisma nutrido, a ratos en degradé, de colores de provocativa intensidad. Son aproximadamente 3.500 libros. Libros del siglo XX, abandonados a su destino incierto, perdidos como si las letras de su interior se hubiesen desvanecido y, de pronto, su contenido hubiese dejado existir y se hubiese vuelto invisible.
Generalmente, el destino de estos libros es una tienda de «libros a 1 euro», símil al concepto de comercios «todo a mil», o siemplemente, dejados a la deriva para que el banco de papel los deconstruya para reciclaje. Pero aquí hay ladrillos, partes de un todo compacto, atestado, íntegro. Una reutilización de información que se reemplaza, pero en pos de arguír un mensaje distinto, transmitir una idea y provocar lo que el libro de por sí tiene por misión: relatar, incentivar el pensamiento, remover la cabeza.
©Anouk Kruithof
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