{:es}Reunirse, conversar y realizar algunos diagnósticos en torno al arte chileno siempre es bueno. Así es como en el taller de Macarena Varela se descubre una mirada aguda en torno a una sociedad que, como ella misma plantea es desigual e inconsciente. Macarena interpreta esa temática a través de sus obras, con una visión crítica de la problemática actual usando un análisis desde una profunda observación.
Imágenes cortesía del artista.
¿Cómo fue posible tu camino hacia el arte?
Soy diseñadora gráfica de la Universidad Católica de Valparaíso. La universidad me marcó fuerte y buenamente en un aspecto muy esencial para mí, la observación. Mi generación no podía crear sin contemplar, examinar y criticar. Debíamos tener un espacio de observación desde nuestro oficio, ya fuésemos arquitecto, diseñador o artista. Este análisis se reflejaba entonces en el resultado de la obra. Ese proceso de estudio me influyó fuertemente. Había que hacerlo con anotaciones y reflexiones al respecto. Todos teníamos, y era obligación, una libreta, debíamos caminar con ella, pensar con ella, y anotar. Éramos la pesadilla de algunos, era nuestra forma de acechar la realidad, lo que estaba pasando. Hasta lo más mínimo se guardaba en esa libretita de secretos.
¿Qué te sugirieron esas libretas?
Los temas que me importan, los que se meten en la gente y que para nosotros son muy recurrentes, como la justicia, la injusticia, la desigualdad, los vicios, la opulencia, muchos temas sociales.
¿Cómo o cuándo comenzaste en el arte visual?
Cuando hice mi memoria de título, que era un proyecto con mucha gráfica y dibujos. Entonces ahí, mi profesor titular me hizo ver que había una mano más artística que gráfica. Ahí comencé a concentrarme en una expresión artística, a estudiarlo de otra manera. Después de varios años dedicada a mi profesión y a ser mamá de cuatro hijos decidí comenzar con algo, pero no quería comenzar con cualquier cosa. Partí experimentando con acrílicos y tintas. Consulté mis libretas y fui viendo lo que había anotado durante tanto tiempo. Eso me llevó a definir lo que quería y quiero decir, lo que quiero abordar. En ese momento, comencé a desarrollarme como artista.
Tienes una aguda observación y reflexión en torno a los procesos femeninos y artísticos que has pasado. ¿En qué parte de tu obra rescatas tus procesos, y dónde ves un mayor trabajo contigo?
Cuando me avisaste que venías al taller, reflexioné ante la entrevista, el “desde” cuando comencé. Pero por sobre todo, de cuándo viene este interés de mirar, y de no quedarme con la pincelada rápida. Creo que viene de siempre. He sido crítica desde pequeña pero me hacía falta experimentar y actuar al respecto. La manera de influir y protagonizar estos temas encontraron por fin lo que tenía a mi alcance: dibujar y pintar. Así me fui haciendo cargo de los resultados de mis notas.
¿Puedes hablar de los procesos de mujeres, profundos y especiales, a través de tu obra?
Las mujeres hacen el 300%: trabajo, niños, colegios, acompañarlos, luego vas a la casa, y debes fijarte que todo funcione. También administrarte a ti misma, y ahí es donde me vi desdibujándome y me dije ¡debo hacer algo por mí! Fue cuando comencé a estudiar filosofía, astrología, tarot también y luego me lancé a lo que me parecía la forma de poder retratar mujeres en el diario vivir y en la historia. Quise tocar temas como los roles femeninos antropológicamente hablando, y exponer cómo ellas también se han desdibujado en la historia contada por hombres. Cómo las mujeres han dejado de lado posibilidades de su desarrollo frente a las obligaciones domésticas o las imposiciones de roles dados por la sociedad. Hoy en día hay más espacios para que las mujeres se desarrollen con más libertad.
Y en la sociedad ¿Ves esos procesos, en los temas que trabajas?
Yo siempre he creído que a nuestra sociedad le falta capacidad de observación y análisis, desde mirar el proceso de un árbol que se limpia en otoño y luego vuelve en primavera habitando el mismo lugar, pero con renuevos y distinto del que era, para seguir la vida. Hemos sido comidos por las grandes ciudades, somos como árboles plantados pero sin procesos de cambio, somos una especie de árboles de cemento a los cuales no se les permite diferenciarse del resto. La capacidad de asombro y volvernos a hacer está quedando de lado. Me pregunto ¿qué tanto somos conscientes de las cosas que nos pasan en la ciudad?
Hace días vino Ana María Maia, curadora brasileña, quien señala lo importante que es en procesos artísticos y curatoriales, el territorio y el paisaje. Hay una necesidad y realización de mapamientos, para un reconocimiento desde el espacio geográfico, y generar un contenido. Para ti, ¿qué te pasa cuando tienes una sociedad y espacio que está acostumbrada a hacer una tabla rasa desde su territorio?
En vez de avanzar, vamos retrocediendo. Cuando el hombre por los temas que sea, hace una excavación profunda desdibuja un paisaje, altera la naturaleza de manera tal que esa gran excavación cambia la esencia del entorno y de quienes viven ahí. Esa intervención debiera ser retribuida de la misma forma y contenido como la tomó. Es importante resguardar el patrimonio que es esencial para entendernos con historia y futuro. Desgraciadamente somos una sociedad educada en la inmediatez y en el individualismo, lo que nos ha llevado a tomar decisiones apresuradas sin mediar las necesidades del otro y del entorno en el cual vivimos. Estamos acostumbrados a poner la “pata encima” y partir. Me parece una pésima señal para quienes vienen.
Y esta observación del territorio y su espacio, cómo va de la mano con tu arte.
Quisiera denotar esas heridas dejadas por nuestra mano indeleble. Son cicatrices no solo de la tierra sino de las que se forman y desarrollan en nuestra actitud frente a lo intervenido. Quisiera hacer notar los rasgos humanos que hemos ido adquiriendo y que van quedando como cicatrices en nuestras expresiones corporales. Ese territorio “natururbano” es donde me quiero mover por estos días.
Volviendo al proceso de la observación, ¿qué opinas de los espacios museales?
El rol del museo es educar. Hoy está en un rol comercial, el sistema lo obliga a trabajar de una manera que no satisface. Hay artistas chilenos que pertenecen a nuestra historia y están guardados sin ser mostrados. Esta política de mercado está irrumpiendo en los espacios de arte que debieran ser de reflexión, observación y educación.
Y con respecto a temas más íntimos, podríamos decir “gremiales” y femeninos. ¿Dónde te lleva tu proceso de observación?
Hay que tocar temas en profundidad desde el abuso, el desnudo, el aborto, el placer; todos los temas que por siglos los hombres han desarrollado y que siendo temas nuestros nos están vetados. Creo que debemos ser objetivos. El transgénero o el lesbianismo no lo hemos abordado. Nos falta trabajar temas femeninos ya que siempre los hemos trabajado desde la masculinidad. Es difícil, porque el aparato social y político no nos acompaña, pero debemos desarrollarlos desde las pocas herramientas que tenemos. Sin duda, en temas de arte y feminismo, estamos al debe.
Así es como Macarena Varela, artista chilena nos abre una mirada particular para incentivar un arte honesto y veraz.{:}{:en}
It is always good to meet up, talk, and make some diagnosis about the Chilean art. This is where Macarena Varela and her team put a sharp eye in relation to society. A society that is unequal and unconscious, according to Macarena. Macarena interprets this topic throughout her work and with criticism of current difficulties by using an analysis from a deep inspection.
How was it possible for you to make your way through art?
I am a graphic designer from the Pontifical Catholic University of Valparaíso. University deeply marked me in an aspect that is very essential to me and that is the observation. My generation could not create without contemplating, examining, and criticizing. Anyway, we needed a space to see from our office as architects, designers, or artist do. So this analysis is reflected in the result of the work. This process of studying had a strong influence in me. We had to write down notes and think about it. It was a must to have a notebook and we had to walk, think, and take notes with it. We became the nightmare for some people and it was our way to take reality into account. We even kept the minimum things in that little notebook of secrets.
What did those little notebooks suggest you?
The topics that I really care for, the ones that people consider and are frequent in our lives such as justice, injustice, inequality, vices, opulence, and social affairs.
When or how did you start you career in visual arts?
When I wrote my thesis, which was a project with lots of graphs and drawings. So my master teacher made me realize that I was good at art instead of graphics. Then, I started to focus on a new artistic expression and to study it in a different way. After years of devoting my life to my career and to be the mother of four children, I decided to start with something, but I didn’t want to start anything. My first experiments involved acrylics and inks. I checked my notes and I paid attention to what I have had written during so much time. That made me define what I wanted and what I want to say, and the things I want to deal with. In that moment, I started to grow as an artist.
You have a keen eye and consideration for female and artistic processes that you have experienced. In which part of your work do you rescue your processes and where do you see in yourself a greater work?
When you notified me that you would be coming to the workshop, I thought about “when” I started. But above all, I think that it has always been there that interest of observing and not in being stacked with rapid brushstrokes. I have been criticized since I was a little girl, but I lacked experience and I had to do something about it. The ways to be an influence and to be the main character in those topics have helped me to find what I was able to reach, and that is drawing and painting. That is how I started to take control over the results of my notes.
Can you tell us about the deep and special processes of women through your work?
Women work 300 percent of the time: they have to worry about their work and the kids. Women must look after them and be with them. Then, go back home and pay attention that everything works. You also have to administer yourself and that was the moment when my memory became blurred. Then, I say to myself: “I should be doing something for myself!” That’s when I started to study philosophy, astrology, and also tarot. After that, I began to work with something that seemed to be for me a way to portray women in daily life and in history. I wanted to touch upon topics such as the female roles, anthropologically speaking, and to expose the way women have also gotten blurred from history, as told by men. And I also wanted to mention how women have neglected the possibilities of personal development versus domestic duties or the imposition of roles given by society. Nowadays, there’s more space for women to have personal development with more freedom.
Do you see the topics that you work in the processes of society?
I have always believed that our society lacks the capacity to observe and to analyze, like watching the process of a tree that renews itself on fall and in spring is still in the same place, but is different to what it used to be. So it can continue its life. We have been consumed by the big cities; we are like trees that were planted but without the processes of change, we are a type of tree made of cement that can’t be different from the rest. Our renewal and sense of wonder are getting behind. I’m wondering, how conscious are of the things that happen in the city?
Days ago, a Brazilian curator named Ana María Maia came to Chile. She points out how important are the artistic and curatorial processes, the territory, and the landscape. There’s a need to create maps in order to have recognition from the geographical space and to generate content. What happens to you when you have a space and a society that is used to create a blank slate from their territory?
Instead of moving forward, we are moving backwards. When man digs deeply, for any reason, and blurs a landscape, he alters nature in such a way that that excavation changes the essence of the surroundings and the people who live there. That intervention should be compensated likewise and restrained as it is. It is important to protect the heritage which is essential to understand us with history and future. Unfortunately, we are a society educated in immediacy and individualism, which has led us to make rash decisions without any other’s need and the environment where we live. We are used to provoking problems and then leaving. I think it is a terrible signal for people that comes here.
This observation of the territory and its space, how does it go hand in hand with your art?
I’d like to denote those wounds that were left by our indelible hand. They are scars from the land and also wounds that are formed and developed in our attitude towards what is intervened. I’d like to point out the human features that we have been acquiring and have become scars from our physical expressions. That territory is where I want to explore these days.
Taking up again with the process of observation, what do you think of the museum space?
The museum’s duty is to educate. Today it has a marketing role; the system commands it to work in a way that does not satisfy. There are Chilean artists that belong to our history and they are protected without being shown. This market policy is interrupting the spaces for art, which should be for thought, observation, and education.
In relation to more intimate matters, let’s say “union” and female. Where does your process of observation take you?
We have to deeply touch upon topics such as abuse, nakedness, abortion, pleasure; all the issues that men has developed for centuries and are forbidding us. I believe we must be impartial. We haven’t dealt with transgender or lesbianism. We have to work more on female issues because we have always dealt with them from masculinity. It’s difficult because the social and the political system don’t go with us, but we must cope with them from the few tools we have. Undoubtedly, we still need to work with topics related to art and feminism.
This is how the Chilean artist Macarena Varela helps us to see a new perspective to encourage the creation of an honest and veracious art.
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