{:es}Katarina Abovic, artista plástica nacida en Santiago de Chile en 1988, nos insta a sumergirnos en los mundos que ella imagina con un poco de la distopía, de la ciencia ficción y de los paisajes de los Balcanes en el Este de Europa.
Abovic es egresada en Arte de la Universidad Católica de Chile y la de Universidad Gabriela Mistral. Ha participado de la feria FAXXI 2014 y en exhibiciones en Antofagasta y Santiago de Chile como también en exhibiciones en Zagreb y Dubrovnik, Croacia. En este país de Europa del Este, recibió la Beca Croaticum para el estudio de la lengua croata por la Universidad de Zagreb.
No por casualidad la artista menciona que desde pequeña, para ella siempre fue importante la observación del mundo, de lo que llamamos realidad y de todos los detalles que en ella conviven. Su obra, minuciosa al extremo, nos urge a recorrerla y visitarla más de una vez. Encontrándonos inesperadamente con un ser o un detalle nuevo. “Mi proceso creativo en general nace de la realidad y de las interacciones que tengo con ella. Desde esta nacen nuevas realidades y nuevos significados, al tomar elementos y modificarlos, transformarlos y situarlos en nuevos contextos. A veces de un pequeño detalle la imaginación empieza a funcionar y después de miles de bocetos y pruebas empieza a nacer una nueva imagen, un nuevo mundo”.
© Katarina Abovic
Desde Providencia, Abovic trabaja en un taller con otras diez artistas jóvenes. Aunque trabaja en óleo, acrílico, tinta sobre papel y acuarela, en los últimos años el predominio del blanco y el negro atraviesa estos medios. “Para mí el blanco y negro me permite primero que todo, un gran control sobre lo que estoy haciendo. Por otra parte, el blanco y negro otorga una gran potencia a la imagen y también se convierte en un desafío, al tener que componer una imagen monocroma compleja, solamente por medio de distintas tramas y patrones”. Explorando las posibilidades de lo monocromo y una fuerte impronta de la línea, sus obras nos remotan a la gráfica de la ciencia ficción y a mundos fantásticos, misteriosos e incómodos.
La península balcánica se hace presente en títulos de las obras como en el óleo Sarajevo Mágico, en las que un paisaje nocturno y nevado son el telón para una obra que reúne surrealismo y misterio. Quizá en la región de la antigua Yugoslavia esté la clave para descifrar los paisajes fantásticos de Abovic. “Mi temprana relación con Croacia hizo que me relacione con todo el otro mundo, muy distinto y lleno de elementos ajenos a mi vida en Chile. Fue mi año en Croacia en el que comencé a crear imágenes que intentaban representar nuevos mundos, a partir de todo lo que iba conociendo, registrando y escribiendo. Fue una amplitud de estímulos lo que me hizo imaginar, y desde ahí crear imágenes”, explica.
© Katarina Abovic
Actualmente la artista ha retomado el uso del color –como ha hecho en otras ocasiones. Durante el 2012, Abovic se sumergió en un trabajo de exquisitas acuarelas a todo color que promediaban los 4 x 4 cm. “Las miniaturas nacen de una relación muy íntima con aquellos lugares que representan. Son pequeños recuerdos, pequeños momentos de un viaje”, explica. Y de este modo, vemos en su obra cómo aparecen escenas de tardes en el parque, la naturaleza, personajes pintorescos, un mundo más cercano a la realidad de la artista que al de su imaginación.{:}{:en}
Plastic artist Katarina Abovic was born in Chile in 1988. She invites us to enter to her imaginary worlds that were inspired by the science fiction dystopia and the Balkans landscapes from the Eastern Europe.
Abovic graduated in Arts from the Pontifical Catholic University of Chile and Gabriela Mistral University. She has participated in the FAXXI 2014 fair and in exhibitions from Antofagasta and Santiago de Chile as well as in Zagreb and Dubrovnik, Croatia. In this country from Eastern Europe, she received the Croaticum Scholarship to study Croatian in the University of Zagreb.
Not unexpectedly, from childhood, the artist mentioned that it has been always important the world observation, what we call reality and all details that reside in it. Her extremely meticulous artwork demands us to stare and visit it more than once, so that we can find an unexpectedly new being or detail. “My creative process emerges, generally, from reality and from the interactions I have with it. As a result, new realities and meanings arise by taking, modifying, and setting the elements to new contexts. Sometimes, Imagination works thanks to a small detail, so, after thousands of sketches and tests, a new reality is made, a new world.”
In Providencia, Abovic works in a workshop with ten young artists. Although she works with oil paintings, acrylics, inks on paper, and watercolors; in the last years, white and black highlights more than these resources. “Black and white allows me to control what I am doing. On the other hand, black and white grant potency to the work and is a challenge because you have to create a complex monochrome image by means of different patterns and plots.” Exploring the white-and-black possibilities and the distinctive artistic mark, her artworks remind us science fiction graphics and uncomfortable mysterious fantastic worlds.
Now, the artist has retaken color use – as in other occasions. In 2012, Abovic worked with a colorful watercolor work that measures 4 x 4 cm. “Miniatures are based on a rather close relationship with those representative places these artworks show. These are small memories, small moments of a journey.” She said. This way, we can see, on her works, emergences of in-the-afternoon park scenes, nature, picturesque characters, and the artist’s reality world instead of her imagination.
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