Anna Rank, artista contemporánea uruguaya, formada en la Escuela del sur del maestro Joaquín Torres García, ha venido desarrollando una basta obra plástica que se centra en la búsqueda por la síntesis en la forma siempre apoyada en una estructura de gran firmeza. Desde su taller en Buenos Aires, pero con influencia de sus raíces uruguayas, su formación en Parsons School of Design (New York), su prolongado paso por el Caribe y su estadía en París, ha sabido consolidar un estilo propio que hoy, se materializa en las “Lecturas Oníricas” que se presentan en la Alianza Francesa de Buenos Aires.
Con gran vocación artística Anna presenta una muestra multidisciplinar en la que se exponen dibujos, relieves y animaciones en video.
¿Cómo surgen aquellas lecturas oníricas?
Son imágenes de figuras humanas que vengo trabajando desde hace muchos años. Empecé a trabajar con relieves y de la arcilla empezaron a aparecer estos personajes que eran como cuerpos humanos pero que al mismo tiempo se fusionaban y formaban otro sujeto distinto. Aparecían imágenes de sueños en las que un brazo se transformaba en una pierna y así. Ese fue el juego que empecé a trabajar con la arcilla. Se iban creando personajes inexistentes pero que tenían una parte humana. No son imágenes realistas. Son sintéticas, semi geométricas, que es lo que al maestro Torres García y al taller Torres García en general, le interesó siempre. Es entonces, cuando yo empiezo a ver que eso que producía empezaba a tener que ver nuevamente con mis raíces. Pero uno no lo busca, va apareciendo solo.
Entonces las imágenes no provienen del sueño en sí mismo…
No. Es un poco al revés de lo que trabajaría el surrealismo que desde un sueño crea una imagen. Lo mío fue un poco al revés porque empecé a trabajar el relieve y de repente sentía que las manos no me daban para la cantidad de imágenes que iban saliendo. Entonces, necesité continuar con todo esto en los dibujos que estoy presentando actualmente. Son dibujos que en un comienzo tienen mucho que ver con los relieves y luego se van desprendiendo y transformando en algo distinto que empieza a navegar por nuevos rumbos. Así se va componiendo una imagen siempre trabajada y ordenada ortogonalmente como lo hace la escuela del sur, que es de donde proviene mi formación.
En este sentido, los dibujos se empezaron a separar de los relieves y empecé a trabajar en “caligrafías”, una obra muy grande que no está exhibida acá. A partir de ahí apareció el tema, la idea de animar estas formas y la idea de animarlas como aquello que son. Como glifos o imágenes solas que empiezan a moverse y actuar con una música particular, que en realidad se trata de sonidos pre colombinos. Ese movimiento aparente de los dibujos es el que quisimos materializar con Iván (Asistente de animación – Rumba Audiovisuales), donde se puede ver algo más lúdico.
Esta serie de dibujos, más allá de las diferencias concretas, tiene referencias directas a tu amplia serie “Parejas” (pinturas de mediano y gran formato) realizadas anteriormente…
Sí, totalmente. En la composición, en esa especie de ensamblaje que yo buscaba en la serie “Parejas” había dos personas pero al mismo tiempo se generaba una comunión de la forma en general y ambos formaban una sola cosa. Y acá, con los dibujos, empezó a pasar lo mismo. Lo que pasa que es yo no hubiera podido pasar por eso de no haber sido por las parejas. O yo no hubiera podido llegar a esta síntesis de no haber sido por el taller Torres García que también, por lo que me enseñó Julio Alpuy, maestro del Taller, llegó a una síntesis estructural. Si yo no hubiera tenido esa base el trabajo hubiese quedado blando, hubiese sido otra cosa. Por eso los dibujos se llaman “Estructuras humanas”.
O sea, son estructuras pero a su vez tienen una plasticidad y una forma rítmica que aparentan casi todo lo contrario…
Eso fue lo que me fue sorprendiendo en una palabra porque esa estructura empezó a tener la dinámica humana que naturalmente no es dura, que tiene un movimiento, un ritmo. Los personajes empezaron a tener un movimiento propio, a cobrar vida. Y si bien se trata de una obra figurativa, tiene un carácter abstracto. Por eso la obra puede verse o pensarse desde el punto de vista filosófico de Jacques Derridá. La deconstrucción no es un des construir. O sea, yo vengo de un taller en donde construyo pero al mismo tiempo estoy construyendo con partes sueltas de figura humana, que al juntar sus piezas de un modo inesperado se produce una transformación. Eso mismo ya me empezó a pasar con los relieves, surgían personajes que no podía identificar con nada porque se mezclaba una pierna con un brazo… y cuando creías que iba a aparecer un pie era …un brazo o una mano.
La muestra “Lecturas Oníricas” de Anna Rank se expondrá el día 2 de julio en la Galería de la Alianza Francesa de Buenos Aires y permanecerá abierta hasta el 18 de julio con entrada libre y gratuita.