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Perfil

Constanza Ragal | “La pintura es un lenguaje no literal, siempre esconde algo”

By 14 de diciembre de 2015septiembre 12th, 2024No Comments

La obra de Constanza Ragal transita entre la pintura y el collage. Su propuesta plástica, colorida, se genera gracias a una mixtura de referentes que ha recogido la artista, principalmente elementos del arte pop norteamericano y la estética andino-barroca latinoamericana. Su pasión es la pintura, más que por el producto, por el trabajo que conlleva, el tiempo, la pincelada –en sus palabras– “por la cocinería”. Sus obras respetan su propia materialidad, sin pretender hacer una estética realista que podría ser más cercana a otras expresiones artísticas. Si su propuesta atraviesa todo el continente es por el contexto en el que la artista se desarrolla.
Imágenes cortesía de la artista.
La directora de la Galería Madhaus creció en un ambiente ligado a la cultura debido a la relación que su familia tenía con el área intelectual de la política. Conty Ragal cuenta que su familia vivió el exilio entre Cuba, México, Francia e Italia, “ahí se dividieron y construyeron una trayectoria ligada a la cultura y las artes”, señala la artista.
El retorno a Chile reunió nuevamente a la familia en una parcela en La Reina, donde creció junto a todos sus parientes y amigos: entre orfebres, escritores, músicos, diseñadores y pintores. El arte era parte del día a día, no era extraño, ni cuestionable. Este clima en el que se desarrolló no fue solo un contexto, sino parte del recorrido que la direccionó a dedicarse a lo que hoy hace. “Mi papá es escritor y teníamos en casa una gran biblioteca que yo ordenaba de pequeña. Me gustaba el olor a libro antiguo, me gustaba ordenar. Cuando ya estaba más instruida seleccionaba los libros por conceptos, pero sobre todo me gustaba la imagen, los libros de arte y las biografías de los artistas. Ahí nació una inquietud por estudiar arte, cine, estética y literatura”, cuenta Constanza.
Sus referentes no solo se limitaron a las artes visuales y por lo mismo es que sus obras contienen toda esta mixtura artística que abarca principalmente referentes literarios, del cine y del mundo de la moda y la publicidad. En relación a la literatura, Conty además de ser hija de poeta, se refiere a la generación beat de los años 50’ como uno de sus principales influyentes. Sin embargo, la literatura no es su fuerte y de este modo se siente mucho más ligada al cine: “Mi talento no es la palabra, te voy a contar algo con imágenes, con texturas, con los colores, con la mancha; por eso me siento más cercana a la visualidad que a la narrativa del cine”, señala. En este sentido, la artista piensa la pintura como un lenguaje, no necesariamente narrativo o literal, “la pintura es otro código, pero igual te está comunicando algo, es una ventana. Es otro otro lenguaje que no te cuenta todo el chiste, no es literal, siempre esconde algo”, explica la artista.

© Constanza Ragal

© Constanza Ragal

Otro elemento de la cultura y las artes que la artista recoge es la moda, principalmente por su trabajo anterior donde confeccionaba para una boutique. Ella no le veía mucho sentido al mundo de la moda, del que se fue alejando paulatinamente. Sin embargo le quedó de herencia algunos elementos de éste: la publicidad, las campañas, la estética. “Toda esta herencia europea, italiana, bien barroca”, explica. La artista problematiza este modelo que abunda tanto en la moda como en la publicidad, este arquetipo de mujer que es una mentira. La pintura, dice Conty, también lo es, allí es donde está el cruce. Los resultados fueron los retratos que muestran los arquetipos de belleza contemporánea: “Un modelo bien estetizado, una piel sin poros, bien plástica”, comenta. Las pinturas de Conty no son sencillamente retratos realistas, porque como ella explica: “sino lo dejamos simplemente en la fotografía”. Son obras que respetan la materialidad de la pintura, como si fuera un maquillaje.
Hoy en día Conty sigue trabajando esta problemática, pero con elementos más locales, “elementos que nos pertenecen culturalmente”, según comenta. Una propuesta estética que no tiene que ver con la realidad, “para eso me dedico al documental”, dice la directora de Madhaus. Es un kitsch, una mixtura que contiene varios ingredientes: “Es como la comida fusión: algo del pop latinoamericano, mezclado con el barroco andino”, finaliza.