{:es}El fotógrafo chileno Samuel Shats ha recorrido las calles con su cámara para retratar a personas en su hábitat y ser testigo de su vida, de sus respuestas al mundo contemporáneo. Pero esta vez Shats vuelve en el tiempo para mirar a los sobrevivientes del Holocausto y, a través de sus retratos, hablar de la memoria, la resiliencia, la vejez y la tolerancia.
En el Umbral del Olvido es el título de la más reciente exposición de Samuel Shats en el Centro Cultural Gabriela Mistral (y que estará hasta el 27 de diciembre), proyecto financiado por un FONDART 2015 y apoyado por la Fundación Memoria Viva, que consiste en 39 fotografías de sobrevivientes del Holocausto que eligieron Chile como refugio ante la guerra, ya que “estos eran los últimos años en los que se podía realizar este trabajo”, admite Shats. Y agrega: “Espero que el público se emocione y tal vez se quede reflexionando sobre una de las temáticas directas o indirectas de la exposición. Mejor aún sería que después las fotografías sigan caminos que no he sospechado”.
¿Cómo fue la experiencia de encontrarte con algunos de los sobrevivientes del Holocausto? ¿Cómo fue el proceso de fotografiarlos?
Ha sido una gran experiencia, de mucho aprendizaje. El encuentro con cada uno de ellos ha sido único. A algunos los conocía o conocía sus historias a través de las grabaciones que había hecho la Fundación Memoria Viva, pero de los últimos que fotografié no sabía nada, hecho que condicionaba las dinámicas de acercamiento. En general, el fotografiarlos fue una experiencia grata por el nivel de cooperación que recibí, pero no siempre fue fácil por encontrarse la mayoría de ellos entre sus 80 y 100 años. Hay que tener paciencia, saber escuchar, no presionar y adaptarse a los ritmos y los tiempos posibles de trabajo con cada uno. En los inicios iba con Javier Moreta, un amigo fotógrafo que me apoyaba con la iluminación, pero a la larga decidí que lo mejor era ir solo para ser menos agresivo y generar mayores niveles de confianza.
¿De qué manera la fotografía logra comunicar una historia, ya sea personal o colectiva?
Cada medio de expresión tiene su potencial expresivo. Sin duda la fotografía tiene una gran capacidad de transmitir emociones y sensaciones. En el caso de En el Umbral del Olvido, la fotografía es la columna vertebral de la exposición, pero uso también la fuerza de la palabra y el video para complementarla y lograr transmitir la complejidad de lo que quiero traspasar.
¿Cuál es la reflexión que genera la muestra en torno a los problemas de migración, que están tan en boga, y el rol de Chile?
La reflexión inherente es una de las principales motivaciones que tuve al hacer esta muestra y al empujarla para llegar al GAM y al FONDART. Por un lado, Chile es una nación de inmigrantes, que han sido acogidos por siglos, permitiendo las historias de resiliencia y reconstrucción como las que se ven en la muestra. Por otro lado, también hemos conocido períodos en que la tolerancia al otro se ha visto diezmada. Esta es pues también una invitación a cuidar lo que tenemos, a entender el valor de la tolerancia y aceptación al otro… cualquier otro.
En tu obra hay un constante interés por retratar a ciertos grupos humanos, ¿haces un trabajo previo a la fotografía? ¿Cómo es ese primer acercamiento?
Mi larga formación ha sido principalmente de calle, por lo que he crecido siendo un improvisador, un fotógrafo que responde a las situaciones. En los últimos 20 años le he ido agregando la parte reflexiva previa y la coherencia al trabajar en proyectos de largo alcance. Espero unir lo mejor de ambos mundos. Hoy en día voy trabajando, analizando y trabajando. Voy armando los proyectos y mejorándolos capa por capa, como si fuera una cebolla. El primer acercamiento es siempre el más difícil, en el caso específico de este proyecto, el aval del trabajo conjunto con la Fundación Memoria Viva fue de gran ayuda para ese primer acercamiento.
¿Por qué retratar a estos grupos –en tus series como La Victoria es de Todos oSin Rastros, Sin Rostros– en particular? ¿Qué es lo que quieres mostrar?
Porque ambos trabajos tratan de la problemática de los seres humanos en su hábitat, uno de los temas centrales de mi obra. La Victoria de Todos es un trabajo realizado en conjunto con Lincoyán Parada, Teodoro Schmidt, Oliver Hartley y Arthur Conning. En él buscamos mostrar la población La Victoria más allá de los estigmas que muchos tienen, de población problemática por la delincuencia, las drogas y la lucha política. Nosotros nos concentramos en mostrar el lugar y sus pobladores. Nos encontramos con un grupo de personas orgullosas de lo que representan, profundamente solidarios y esforzados. Con un apoyo vecinal mutuo que no tiene parangón en las comunas más acomodadas. Fue una experiencia de gran crecimiento personal. La Victoria es como un pueblo chico inserto en la mitad de la ciudad. En Sin Rastros, Sin Rostros quise mostrar en forma un tanto poética la situación de enajenación de los ciudadanos de las orbes del mundo, no importa cual, en que los ciudadanos circulan por ellas como sombras sin dejar su impronta, o rastro, y sin importar tanto quiénes son, es decir sin rostro, solo una parte de una masa.
En tu opinión, ¿crees que la fotografía cumple un rol social?
La palabra fotografía engloba una familia muy amplia de actividades y roles, uno de ellos es un rol social. Las imágenes están presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas y son usadas y manipuladas para lograr todo tipo de objetivos. A través de las imágenes en los distintos canales se puede marcar vidas, educar a las personas y también dirigirlas. La fotografía no es inocente, es un arma poderosa que puede ser usada, al igual que el lápiz, tanto para bien como para mal.{:}{:en}The Chilean photographer Samuel Shats has crossed the streets with his camera to portray people in their habitat and to be witness of their life, of his answers to the contemporary world. But this time Shats went back to the time to see the Holocaust survivors, and talk about memory, the resilience, the old age and tolerance throughout his portraits.
The most recent exhibition of Samuel Shats is titled En el Umbral del Ovlido. This project was finance by FONDART 2015 and supported by the Fundación Memoria Viva consisting in 39 photos of Holocaust’s survivors who chose Chile as a refuge from the war, «These were the years in which they could make this work,» admits Shats. And he adds: «I hope the public gets move and maybe stay reflecting on one of the direct or indirect themes of the exhibition. It would be better that after the photos follow paths that I have not ever suspected.»
How was the experience of finding some survivors from the Holocaust? How was the process of photographing them?
It has been a great experience, I learnt a lot. Meeting each of them has been unique. I knew some of them or I knew their stories through recordings that the Fundación Memoria Viva made, but I knew nothing about the last people I photographed, a fact which conditioned dynamic approach. Photographing them was a pleasant experience by the level of cooperation that I received, but it was not always easy because most of them where between their 80 and 100 years. I have to be patience, listen, don’t pressure them and adapt to the pace and possible work time of each one of them. In the beginnings I was going with Javier Moreta, a photographer friend who supported me with lighting, but eventually I decided that the best was to go alone to be less aggressive and generate higher levels of trust.
How does photography convey a story, whether personal or collective?
Every medium of expression has its expressive potential. Photography without doubts has a great capacity to transmit emotions and sensations. In the case of En el Umbral del Olvido, the photography is the backbone of the exhibition, but I also use the power of words and video to complement it and achieve to convey the complexity of what I want to give.
What is the reflection that generates the exhibition around migration issues, which are so vogue, and the role of Chile?
The Inherent reflection is one of the main reasons that I had to do in this exhibition and bring it to reach the GAM and FONDART. On the one hand, Chile is a nation of immigrants, who have been refuge for centuries, allowing the stories of resilience and reconstruction as the one seen in the exhibition. On the other side, we have also known periods when tolerance the other it has been decimated. This is also an invitation to take care of what we have, to understand the value of tolerance and acceptance to each other… any other.
There is a constant interest in portraying certain groups of people in your work, Do you a job prior to photography? How is that first approaching?
My training has been mainly on the street, so I grew up being an improviser, a photographer who responds to situations. In the last 20 years I have been adding the previous reflective part and consistency when working on long-range projects. I hope to join both worlds together. Today I’m working, analyzing and working. I’m assembling the projects and getting them better layer by layer, like an onion. The first approach is always the most difficult, in the specific case of this project, the guarantee of the joint work with the Fundación Memoria Viva was a great help to this first approaching.
Why portraying these groups (in your series like La Victoria es de Todos o Sin Rastros, Sin Rostros ) in particular? What do you want to show?
For both works deal with the problems of human beings in their habitat, one of the central themes of my work. La Victoria de Todos is a work made with Lincoyán Parada, Teodoro Schmidt, Oliver Hartley and Arthur Conning. We search in it to show the La Victoria population beyond the stigma that many have, of population issues by delinquency, drugs and political struggle. We are focus in showing the place and its settler. We met a group of people proud of what they represent, deeply caring and hardworking people. With a mutual neighborhood support that is unmatched in the wealthier districts. It was a great personal knowledge experience. La Victoria is like a small town inserted in the middle of the city. In Sin Rastros, Sin Rostros I wanted to show in a somewhat poetic situation of transfer of citizens of the orbs in the world, no matter what. When citizens move through them like shadows without leaving their mark, or trace, and no matter who they are, I mean they are faceless, only part of a mass.
In your opinion do you think that photography plays an important social role?
The word photography includes a very ample family of activities and roles and one of them is a social role. The images are present in all areas of our lives and are used and manipulated to achieve all sorts of objectives. Through the images in the different channels can mark lives, teach people and direct them as well. The photography is not innocent, it is a powerful weapon that can be used, like the pencil, as much for better as for worse.{:}