{:es}Con casi 10 años de experiencias y prácticas curatoriales desde el norte, Rodolfo Andaur (Iquique) se plantea el oficio curatorial como una práctica dinámica de reflexión e inserción de discurso crítico en torno a la práctica artística, los lugares por donde circula el arte y la relación del territorio chileno y sus límites.
El trabajo del curador Rodolfo Andaur parte del norte, de la reflexión geopolítica, la conformación de mestizajes triplefronterizos, las identidades posibles que allí nacen y la necesidad de generar paradigmas nuevos de circulación y de visibilización de las obras, los procesos y los artistas.
En la muestra #Depresionesintermedias –que estuvo abierta hasta el 18 de octubre en el PCdV– Andaur reunió los proyectos de 35 artistas del centro, sur y norte del país que, a través de distintos soportes, reflexionaron acerca de la idea de esta referencia geográfica.
¿Cómo ves la relación de las prácticas artísticas en regiones y Santiago, siendo Chile un país tan centralizado?
Creo que la realidad de los artistas en regiones es bastante limitada por la falta de espacios e infraestructura, y los escasos presupuestos. Por ejemplo, en el norte no hay Escuelas de Arte, no hay galerías comerciales ni tampoco un museo que difunda la creación de sus artistas. Lo mismo ocurre en el sur, a pesar de que las escenas del sur están más consolidadas en el sentido de que sí hay Escuelas de Arte y ciertas formas de visibilizar a los artistas, sin embargo, la creación y la exhibición sigue siendo incipiente y va a seguir siendo así debido a esta abominable centralización. Todo esto, de alguna u otra forma, impide que ciertos discursos materiales o inmateriales lleguen al centro. Pero me parece interesante continuar en el mismo discurso, no me autocensuro. Con la colaboración de otros agentes y artistas he podido continuar pensando en cómo visibilizar estas lógicas geopolíticas dentro de Chile y no subyugarme a los modos de hacer que tiene el centro.
El norte de Chile tiene una relación particular con las fronteras que no tiene el sur, se convive y se retroalimentan todo el tiempo, a la vez que se alimentan los racismos desde allí también. ¿Cómo es tu relación con las fronteras y cómo decides encarar esa complejidad?
Creo que el implicar al norte de Chile expone mi trabajo hacia otras fronteras. Vivir en el norte y estar comunicado con varias fronteras significa que estoy siempre más cerca de otros territorios que del centro. Esa misma mixtura multicultural del norte es parte de lo que me interesa explorar en mi trabajo sobre las fronteras que tienen lugar allí. Ahora, igual creo que el norte está en una pugna constante con Santiago, esto también ha generado que recoja ciertos discursos que no son visibles. Esto es una ventaja y a la vez una responsabilidad.
Una manera de hacer más audible el norte, por ejemplo fue con el libro Paisajes Tarapaqueños, editado por Metales Pesados…
Sí, yo decidí que quería hacer una curaduría en un libro. No quería hacer un análisis histórico de la relación de Tarapacá con Chile. El libro cumple el objetivo que busca una persona, ya sea investigador o curador, sobre la producción de proyectos “artísticos” en la región, una región que posee las características ya mencionadas. Además, si otros quieren identificarse con un territorio, es decir, buscar qué y cómo está relacionada la producción de esta parte del país, y me encuentro con los nuevos relatos, no historiografiar únicamente. Creo que esta era una tarea que nadie había hecho justamente porque el discurso está tan centralizado que es complicado moverse y comprender los “otros Chiles”.
¿Tú crees que en regiones hay más posibilidad de fugas críticas? Tal vez en tanto que el ojo no está puesto totalmente allí…
Yo creo que sí, sin embargo, no hay espacio suficiente para la lectura y el diálogo, y mientras no haya espacios para esto creo que parte de la producción de los artistas no se inserta, simplemente no se ve. En los espacios que existen, por ejemplo, en el norte, los temas críticos son drásticamente censurados. Entonces tenemos una producción artística y de pensamiento crítico, pero ¿cómo se los muestra constantemente?
Y en ese contexto, ¿cómo ves una posible construcción de identidad de las prácticas artísticas desde el norte?
Creo que los discursos nacientes sobre la identidad allí, de alguna manera, han ido desmitificando otros que estaban ya instalados y que son los que se entregan, digamos, desde las instituciones del Estado y que son administradas por los gobiernos de turno. Esta identidad, ya sea nortina o sureña, al contrastarla con la realidad del centro, crea choques. Por eso cuando hablamos de identidad o cuestionamos severamente sus definiciones no debemos omitir los diferentes paralelos de Chile. Por ejemplo, hoy día es imposible no hablar de la multiculturalidad que poseen las ciudades del norte. Algunas ciudades se están preparando para ver de qué manera asumen la inmigración, y cómo ésta genera otro tipo de identidades, que chocan y se mezclan con las locales pero también con la nacional, y al ser este un país tan centralizado genera racismo, xenofobia, fascismos, etc.
Una relación muy colonial con la que pensar el territorio…
Claro, un sistema colonial que siguió refundando Chile. El país agarró la misma lógica heredada por los conquistadores españoles. Para pensar cómo expandirse hacia el norte y hacia el sur ha utilizado las mismas normas coloniales, con otros nombres, lo que ha significado entender cómo a través del mismo concepto de colonia se han generado identidades nuevas que a su vez se contraponen e invisibilizan. Sobre esto último pienso, por ejemplo, en el proyecto Economía de sitio que curé en la Galería Gabriela Mistral en 2013, una exposición en donde invité a tres artistas de fuera de Santiago, que no vivían ni habían estudiado en esa ciudad. Fue ahí que me percaté de la reacción del público, por ejemplo, frente a la inmaterialidad mapuche. Varios generaban rechazo incluso a comprender eso invisible que nos puede presentar un artista. Algunos visitantes solo buscaban afanosamente el objeto o la fotografía.
¿Cómo ves el circuito de espacios alternativos? ¿Crees que existe sólidamente en Chile algo así?
No, creo que lo alternativo ha jugado mucho a seguir siendo la alternativa a lo expositivo y en ningún caso la alternativa a un discurso. Y creo que ese problema es solo falta de madurez. Por lo demás los nuevos espacios que aparecen por lo general tratan de imitar la génesis de otros, por ejemplo, que viven clavados en los 80 y que ya a estas alturas no trabajan con autonomía, sino que viven subsidiados por el oficialismo. Trabajan como en proyectos ligados más bien a la FOSIS que al CNCA. También quienes no han madurado ciertamente adolecen de creatividad y, en algunos casos, de apoyo por parte de otras instituciones. Ahora, si queremos apoyar a los nuevos alternativos debemos aclarar que es simplemente para que busquen consolidar un espacio que conjugue un territorio y donde en lo último que pueden pensar o programar es una exposición. Como ejemplo de esto, desde hace 3 años dirijo el proyecto Plataforma Editable que marca un precedente en Chile y en donde se visibilizan los territorios y proyectos que reúnen a artistas chilenos, curadores nacionales e internacionales, historiadores, científicos e incluso cocineros indígenas desde diversos puntos de Chile y donde el viaje y el reconocimiento de la cultura tangible e intangible fuera de Santiago son la pauta de trabajo y en ningún caso lo es un espacio expositivo.{:}{:en}With nearly 10 years of experience and curatorial practices from the North, Rodolfo Andaur (Iquique) raises the curatorial office as a dynamic practice of reflection and insertion of critical discourse around artistic practice; the places where art circulates and the relation of Chilean territory and its limits.
The work of the curator Rodolfo Andaur began from the North, from geopolitics reflection, the formation of triple border miscegenation, and the possible entities that born there, and the need of generating new paradigms of circulation and visibility of the works, the process and the artists.
In the exhibition #Depresionesintermedias, which was open until 18 October in the PCdV, the projects of 35 artists from the center, South and North of the country were collected by Andaur, and through various media, reflected about the idea of the geographical reference.
How do you see the relation of artistic practices in regions and Santiago, being Chile a country so developed?
I think the reality of the artists in regions is very limited because there are not spaces, infrastructure, and limited budget as well. For example, there are not schools of art in regions, there are not shopping galleries, and there is not a museum that spread the creation of its artists either. The same happens in the South. Despite the scenes of the South are more consolidated in the sense that there are schools of art and certain forms of visible artists; however, the creation and exhibition is still incipient and it will be the same because of this abominable centralization. All of this, in some way or another, prevents that certain tangible or intangible discourses reach the center. But it seems interesting to me to continuing in the same discourse, I’m not censure myself. With the collaboration of other agents and artists I had been able to continuing thinking in how to visualize these geopolitics logics within Chile and not subjugating the other ways of do that the center has.
The North of Chile has a special relation with the borders that the South hasn’t; they live and feed all the time, while racisms is fed from there as well. How is your relation with borders and how do you decide to face this complexity?
I think that get involved in the North of Chile expose my work to other borders. Living in the North and being communicated with various borders means that I am always near of other territories than the center. That multicultural mix of the North is part of what I want to explore in my work on the borders that take place there. Now, I think the North is in a constant struggle with Santiago, this has also generated to collect certain discourses that are not visible. This is an advantage and a responsibility at the same time.
One way to make the North more audible was for example by the book Paisajes Tarapaqueños Landscape, edited by Metales Pesados…
Yes, I decided that I wanted to make a curatorship of a book. I didn’t want an historic analysis about Tarapacá and Chile relation. The book has the objective of seeking a person, whether researcher or curator, on the production of «artistic» projects in the region, a region that has the characteristics mentioned above. In addition, if other people want to identify with a territory, I mean, looking what and how production is related to this part of the country, and I find new stories, not only historiography. I think this was a task that no one had done justly because the discourse is so centralized that is complicated to move and understand the “Others Chile.”
Do you think there are more possibilities of critique escape? Perhaps while the eye is not totally put in there…
I think so, but there is not enough space for reading and dialogue, and while there are no spaces for this, I think part of the production of artists are not inserted or is simply not seen. In the existing spaces, for example, the critical issues are drastically censored in the North. So we have an artistic production and of critical thinking, but how this is shown to them constantly?
And in this context how do you see a possible construction of identity of the artistic practices from the North?
I think the emerging discourses about identity there, somehow, have been demystifying others that were already set up and are given, let us say, from state institutions and are managed by governments. This identity, northern and southern, create clash when they are contrasted with the reality of the center. So when we talk about identity or we questioned severely their definitions, we should not ignore the various parallels of Chile. For example, today it is impossible not to talk about the multiculturalism that northern cities have. Some cities are preparing to see how they assume immigration, and how it generates other identities, which is clashed and mixed with locals but also national, and as this is a highly centralized country generates racism, xenophobia, fascism, etc.
A colonial relation with the territory to think…
Of course, a colonial system that kept founding Chile. The country toke the same inherited logic by the Spain conquerors. To think how to expand to the North and South using the same colonial rules, with other names, which it has meant in understanding how through the concept of colony new identities that in turn are opposed and invisible have generated. Regarding the latter, I think, for example, in the project called Economía de sitio that I cured at the Gallery Gabriela Mistral in 2013, an exhibition where I invited three artists from outside of Santiago, whom had not lived or studied in that city Was there when I realized the reaction of the public, for example, in front of the Mapuche immateriality. Many of them were generating rejection even by understanding that Invisible that can be presented by the artist. Some visitants just were looking busily the object or the photograph.
How do you see the alternative space circuit? Do you think it may exist solidly in Chile or something?
No, I think alternative has played much in continue being the alternative to the exhibition and in no case the alternative to a discourse. I think that problem is just lack of maturity. Otherwise the new spaces that appear, usually try to imitate the genesis of others, for example, living exactly in the eighties and now they are not working with autonomy but living subsidized by the officialism. They work in projects bound to the FOSIS rather than the CNCA. Also those who have not matured certainly suffer from creativity and in some cases, support from other institutions. Now, if we want to support the new alternatives we must clarify that it is simply for seeking to consolidate a space that combines a territory and where the last thing you may think or schedule is an exhibition. As an example, since 3 years I’ve been managing the Plataforma Editable project that sets a precedent in Chile and where territories and projects that gather Chilean artists, national and international curators, historians, scientists and even native cooks from various places of Chile. Here the journey and recognition of the tangible and intangible culture outside Santiago are the pattern of work and in any case it is not an exhibition space.{:}