Imágenes cortesia del artista.
El artista Jorge Briceño es el sujeto nómade por antonomasia: todos los viajes que ha realizado por América lo han llevado a un proceso de aprendizaje y producción artística particular, en la cual enlaza diestramente técnicas que pueden ser muy diferentes.
«Permanezco en los lugares que he habitado, no los dejo en la sola memoria, los reproduzco en mi obra constantemente, lo traigo a una nueva morada, la imagen impresa, la pintura, la instalación”.
Latinoamerica recorre la producción artística de Jorge Briceño quién, desde temprana edad comenzó a empaparse de la cultura de nuestro continente a través de sus viajes y residencias, lo cual es parte fundamental del argumento de su obra. Tal y como comenta el artista, “una permanente visión de estar viajando, eso me ha dejado ese nomadismo estático, porque permanezco en los lugares que he habitado, no los dejo en la sola memoria, los reproduzco en mi obra constantemente, lo traigo a una nueva morada, la imagen impresa, la pintura, la instalación”.
Jorge Briceño ha estado en contacto con diversas realidades de Latinoamérica desde su infancia. Nació en Caracas pero su madre es chilena y sus inicios en la práctica pictórica los realizó en nuestro país, a través de talleres de dibujo, sin embargo, sus estudios formales los realizó en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Federal de Río de Janeiro y en la Universidad Simón Rodríguez de Caracas en los años siguientes.
Desde su primera residencia en Chile en 1977, hasta el día de hoy, ha vivido en diversos países del continente, tales como Perú, Venezuela, México y Chile, teniendo la posibilidad de estar en lugares como la Sierra y el Amazonas por largos períodos de tiempo.
En todos estos viajes ha incorporado nuevos conocimientos de la disciplina artística ya sea de carácter técnico –como el grabado, litografía y serigrafía–, o investigativo, como por ejemplo su investigación sobre las culturas vivas del altiplano. Esta particularidad le ha permitido tener una vasta experiencia tanto en la producción gráfica como en el desarrollo de diversas investigaciones en instituciones y países latinoamericanos como en la Escuela de San Carlos UNAM donde, durante tres años, fue investigador, y en Isla Margarita donde relizó una investigación en el campo de la pintura con tierras y pigmentos naturales.
A través del uso de diversas técnicas, que ha incorporado en sus residencias, elabora sus obras, como menciona el artista: “Desarrollo mi obra a partir del dibujo, la mancha pictórica, la fotografía y la impresión. El tema, las constantes imágenes, el planteamiento de la obra, siempre está ligado al espacio habitado. La naturaleza que me rodea, el espacio urbano, la cotidianidad del paseo lo tomo y lo transformo, lo intervengo”.
Sus imágenes, sin duda, son las representaciones gráficas del manejo que tiene sobre técnicas que pueden ser tan diferentes, pero que él las enlaza en la obra provocando complicidad entre ellas, como los son la fotografía y el dibujo. A pesar de los diversos talleres, investigaciones, residencia y viajes, Jorge considera que su aprendizaje aún no está concluido y que le queda aún por aprender.
Todo lo anteriormente mencionado ha marcado su producción artística, siendo el hombre americano la columna vertebral tanto de su temática como de la construcción: “Reflejo el hombre americano porque es mi vivencia, mi formación y parte importante de mi gusto. Aprecio, admiro y creo en las manifestaciones culturales de Centro América y Sur América. Como creador visual utilizo este entorno para llenarme de color, de texturas y de agradecimiento. Al mismo tiempo lo relaciono con otras partes del mundo, lo hago referente y lo comparo”.
Hoy en día Jorge Briceño reside junto a su familia en Chile: “Creo que en mis venas corren aires del sur”, admite. Además, fue este país el que lo vio dar sus primeros pasos como artista. En Santiago se encuentra en proceso de instalación de su taller sin dejar de lado su lado académico ya que sigue realizando investigaciones, esta vez en el área de las Artes gráficas con medios digitales y tradicionales, y también está elaborando un libro sobre su serie Caminos de Santiago.
El artista aún continúa con ganas de aprender, de entregar ese conocimiento, y de mostrar todo lo que ya ha aprendido a través de sus obras, los cuales son una evidencia de su camino recorrido tanto como artista, investigador, y sujeto nómade.