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“Siento admiración por la naturaleza, tan perfecta, ilimitada. Me conmueve observar los paisajes que me rodean. Cosas que pasan desapercibidas para muchos, a mí me llaman la atención”, declara la artista Mariana Acevedo, quien trabaja los paisajes como tema central de su obra.

Su intención no es tratar de hacer una evidencia del paisaje con formas concretas, sino que representar las sensaciones que éste produce y es, quizás, por esta razón que las obras de Mariana Acevedo obedecen a una lógica abstracta más que figurativa. Aun así, la artista admite que ha sido el arte figurativo el origen de todos sus cuadros, que después de un largo proceso de veladuras se transforman en una obra abstracta.

Costa con neblina

Costa con neblina

El abstraccionismo es el desenlace lógico de la experimentación, siendo el óleo la técnica que facilita esta labor debido a la lentitud del secado, que permite que sus pinturas se transformen, dejando sólo aquello que es esencial. Además, el color es el componente indispensable que condiciona sus pinturas, ya que refleja su propuesta pictórica al darle prioridad respecto de la forma.

Por esto, no es de extrañar que admire el romanticismo, movimiento que, dentro de sus particularidades, resalta lo sublime en la naturaleza y nuestra pequeñez frente a ella, tal y como dice esa frase que anotó en su croquera hace muchos años, y de la cual no sabe el autor, pero que la inspira enormemente: “El hombre se rinde ante la ilimitada belleza del mundo y contempla la infinita vastedad de la naturaleza, donde el horizonte no tiene límites”. Y como señala la artista: “Es pura poesía y me conmueve, como también sus mayores exponentes, Caspar Friedrich y William Turner”.

Atardecer lluvioso

Atardecer lluvioso

En sus recuerdos, Mariana se encuentra dibujando, pintado y creando desde pequeña. Si bien ingresó a la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica, participó de los talleres de dibujo, acuarela y color de la misma institución. Con el tiempo comenzó a especializarse, primero en el Taller de Matias Movillo, en el que trabajó con óleo, y luego realizó un diplomado en Arte en la misma universidad. Actualmente, Mariana se encuentra desarrollando un bachelor en Bellas Artes en Inglaterra y, una vez finalizado, comenzará un master en ese mismo país.

Este afán de aprendizaje ha posibilitado el desarrollo de diversas técnicas, dentro de las cuales destaca la fotografía, el collage y el óleo. Fue durante la realización del diplomado cuando la fotografía volvió a llamar su atención, ya que le permitió estudiar “las formas que se generan al colocar diversos elementos frente a la luz del sol y a la vez cambiar la superficie en donde llega esta luz”, según explica, tema que pretende seguir indagando para concluir con una exposición.

Chiloe

Chiloe

Esta técnica de la luz también es parte del proceso creativo de sus óleos, y es a través de la fotografía que captura y guarda aquello que le llama la atención, o como diría Henri Carter-Bresson, el “instante decisivo” que la artista espera retratar. Sin embargo, para Mariana la fotografía es sólo una herramienta que la ayuda a recordar ya que, como declara, “la sensación que me produjo determinada imagen queda grabada y en el proceso de desarrollo del cuadro empieza a aparecer de a poco”.

El trabajo con collage, utilizando hojas secas y papeles de colores, es otra de sus grandes ocupaciones. Las hojas las recogió de diversos lugares, formando parte de una colección, con las que busca generar diversos resultados a través de combinaciones con distintos colores. Para realizar este proyecto fue transcendental su profesor de taller de color, el emblemático Eduardo Vilches, quien fue su inspiración para desarrollar estos collages.

Asimismo, la restauración ha ocupado gran parte de su interés, gracias a una herencia que le dejaron sus abuelos, pero cuyas piezas de madera se encontraba en estado precario. Esto la motivó a hacer un taller de restauración y conservación con Alejandro Gondolfi. “Siempre me ha interesado la restauración, es sinónimo de respeto hacia las generaciones pasadas. Cuando uno restaura investiga, y eso me apasiona mucho, conocer el ambiente que hubo cuando algo fue creado, los materiales, la fabricación”.

Mariana Acevedo espera poder dedicarse a tiempo completo al quehacer artístico y a la enseñanza luego de terminar sus estudios, que ha significado la profesionalización de su oficio como artista y la oportunidad de continuar investigando diversas técnicas para el desarrollo, primordialmente, de su tema principal: la naturaleza y, dentro de ella, sus “subtemas” favoritos la bruma, el crepúsculo, la neblina, el humo y la relación cielo-tierra-mar en el horizonte, que reflejan perfectamente el casi total abandono de los límites.