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Imágenes cortesia del artista.

Yuki Yamamoto desarrolla su proceso creativo como un ejercicio de exploración personal. Sus obras tienen una composición simple y colorida, con elementos recurrentes como árboles, casas y montañas, que la misma artista ha descubierto como símbolos de fragilidad y fortaleza en su vida y en su obra.

«Busco esa pureza y transparencia en los elementos simbólicos, donde los elementos figurativos surgen de manera espontánea»

Yuki Yamamoto es Licenciada en Artes con mención en Restauración de la Universidad Católica de Chile, y con una gran vocación trabajó por diez años en el laboratorio de restauración de pintura de caballete del Museo Nacional de Bellas Artes. Pero fue en 2005 cuando decidió retomar la creación artística en diversos formatos, como la pintura al óleo, el grabado y la cerámica gres. Y tan sólo dos años después tomó la determinación de dedicarse por completo a ser artista, y desde ese entonces la pintura ha sido su formato preferido, aunque su proyecto más reciente propone un diálogo entre el lenguaje escultórico y la pintura.

A lo largo de su trayectoria ha desarrollado un proceso creativo que pone énfasis en la búsqueda de una identidad personal y artística. Ser artista para ella es “ver, crear y apreciar las cosas de manera más sensible”. Sin embargo, no es suficiente desarrollar una sensibilidad particular, ya que para ella también es preciso tener la posibilidad de realizar un trabajo constante para, así, explorar con mayor libertad de acción. “Lo más difícil para mí es la parte de crear manteniendo la libertad, y no estar pensando en hacer lo que pueda, en gustarle a los otros, sino que en enfocarme en lo que yo quiero explorar. Si pierdes esta libertad, tu trabajo deja de ser arte”.

© Yuki Yamamoto

© Yuki Yamamoto

Su ejercicio artístico no sólo es guiado por el libre juego de sus sentidos, sino que también por una gran capacidad de introspección. De este modo, cada obra y cada exposición que la artista ha realizado es un logro desde muchas perspectivas distintas para ella. “Significa vencer el miedo de exponerme, así como vencer obstáculos internos y externos. Cada evento o exposición en el que he participado ha sido un logro en lo personal, de poder sacar adelante una producción de la que me siento orgullosa”. Sus obras son el resultado de una labor creativa profundamente honesta y personal y, en este mismo sentido, ellas exponen distintos aspectos de la propia identidad de la artista. En la fase inicial de su proceso creativo, Yuki no busca significados precisos en sus obras, sino que simplemente hacer el ejercicio de pintar. “Busco esa pureza y transparencia en los elementos simbólicos, donde los elementos figurativos surgen de manera espontánea. Al terminar las obras algo mágico pasa y veo cosas y significados que no pensé”.

En sus obras podemos ver cómo cada uno de los elementos que están presentes busca representar la percepción de un momento específico de la vida de la artista. En el año 2005, su necesidad de comenzar a utilizar el color en sus obras la llevó a integrarse al taller de Cristian Abelli, y rápidamente el color se convirtió en uno de sus rasgos más característicos. Sin duda su experiencia en restauración ha sido un aspecto fundamental en su trabajo, especialmente en la etapa final de sus obras. “He tenido la oportunidad de ver muchas obras maravillosas a muy corta distancia. He podido ver las pinceladas y gamas de color en zonas muy pequeñas. He aprendido que cada zona de color o forma tiene un mundo propio, lleno de subcolores y planos”.

© Yuki Yamamoto

© Yuki Yamamoto

También nos encontramos con diversos símbolos al interior de sus obras. El árbol representa a la persona; la casa es un símbolo de la intimidad; la escalera representa un estado de transición y cambio; y finalmente la montaña es incorporada como un elemento muy propio del paisaje chileno, y al mismo tiempo muy presente en la vida de las personas. Todos estos significados que la artista ha ido encontrando en sus obras obedecen a una búsqueda de su identidad. “He descubierto que estos símbolos son temas relacionados a mi propia seguridad, individualidad, al crecimiento espiritual, a la fragilidad y a la fortaleza”.

Características que se constituyen como dos aspectos fundamentales en el trabajo de la artista. Sus obras surgen a partir de la propia fragilidad y fortaleza que la artista logra componer en su vida y en sus obras. De este modo, cada una de sus exposiciones es el testimonio vivo de las dificultades que es necesario superar para persistir en la búsqueda de una identidad personal y pictórica como tarea de vida.