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Imágenes cortesia del artista.

Tuko Laisse, Durome Sable o simplemente Eduardo Romaguera, se mueve entre multiplataformas, es allí donde se siente cómodo y a gusto expresando libremente su arte. Vive en Francia, Marseille y su lenguaje varía entre videos, música, poemas, esculturas, dibujos, fotografías, pinturas, que tienen orígenes en vivencias experienciales y estimulantes para el artista valenciano.

«Viajar también es fuente de inspiración, puede hacerse de muchas maneras, leer un libro puede ser viajar. Los viajes países y ciudades que ha conocido han influido en su obra”

Polifacético, complejo y apasionado, sus estudios abarcaron varias ramas: movimiento y animación, pintura, escultura, fotografía, música y pedagogía. Un amplio abanico de expresiones artísticas para este español de 39 años. Las más diversas inspiraciones son motivo de su arte, por lo que es casi imposible encasillarlo en algún movimiento. Y de temas específicos, ninguno. Las mezclas hacen de tópicos centrales en sí mismas, es un revoltijo de disciplinas. Sin embargo, bastante expresionismo, colores mágicos y fuertes, pinceladas profundas acompañadas de contornos marcados denotan una personalidad en común que se escapa de la cotidianeidad visual; es un marco nuevo, que invita a un desequilibrio, a abrirnos hacia visiones diferentes.

Los inicios…

Todo comenzó al azar en su camino por el arte. De pequeño, participó en un concurso donde obtuvo mención y fue así como decidió más tarde realizar sus estudios en Politecnia en la Universidad San Carlos de Valencia. Desde 1999 ha participado en numerosas exhibiciones individuales y grupales, dentro de la misma Europa, Estados Unidos y México, entre otros, así como también en el Festival INCUBARTE y numerosas ferias internacionales.

Louise Bourgeois, Picasso, Miro, Dalí, Leonardo, Miguel Ángel, el muralismo mexicano, el expresionismo, constructivismo, la Bauhaus, el pop art, el dadaísmo, Bru Soler, Leticia Luna, los patafísicos. Romaguera extrae influencias artísticas desde muchos lados; de la pintura, de la escultura y de distintos movimientos. Define tu técnica como Ilusionismo pancreto sincrónico conceptual.

© Eduardo Romaguera

© Eduardo Romaguera

Específica, además, que las fuentes de inspiración son interminables como aquellas: “personas que dejaron una huella en mí y que podríamos encontrar como referencia en mis propuestas –continúa– Me nutro también del saber arquitectónico y de la ingeniería, de pequeño me encantaba ver los edificios en construcción, sus pilares, su relación entre el vacío y la forma. Tuve muy buenos profesores-amigos que me motivaron mucho y me acompañaron en el proceso de aprendizaje. Y como no, la familia. Viajar también es fuente de inspiración, puede hacerse de muchas maneras, leer un libro puede ser viajar. Los viajes países y ciudades que ha conocido han influido en su obra”.

En el acto creativo, el artista se involucra con variados materiales y soportes tecnológicos que utiliza bajo sus propios términos. Por ejemplo, el trabajo de video-poemas o la creación de volúmenes en 3D necesitan de estos procesos más tecnológicos. No obstante, puntualiza que: “hay que tener muy presente que las manos necesitan tocar la materia, por lo que cuando termino de visualizar las ideas que tenía pensadas meto las manos en la tierra…”. Por estos días, el español mezcla precisamente estas dos caras; abocado a proyectos en esculturas públicas monumentales, combina la manualidad propia de la escultura con técnicas más tecnológicas de fotografía, edición y video.

© Eduardo Romaguera

© Eduardo Romaguera

La nomenclatura artística que refleja en sus obras responde también a una filosofía detrás, una definición de arte y pensamiento. Al respecto, señala: “pienso que parcelar el arte en disciplinas no tiene sentido, es un conjunto de saberes que se complementan. Lo que ocurre es que la sociedad, y sobre todo la administración, necesita que nos definamos por una materia concreta, pero simplemente por facilitar la burocracia. La ‘sociedad hiper-especializada’ también ha provocado esta tendencia como justificación de la innovación tecnológica, pero las materias siempre estarán conectadas y nosotros los artistas trazamos puentes entre ellas, puentes al estilo de Alys”. A través de sus trabajos, el español desea transmitir lo que ve, lo que siente, lo que oye; en fin, lo que experimenta día a día, lo cual cataloga como “verdad”, entendiendo que al plasmar en los proyectos un sinfín de sugerencias individuales, queda abierta la puerta a la libre interpretación.

Dentro de sus próximos pasos está la posibilidad de participar en un proyecto de dos años en Nueva York, a partir de septiembre de este año; por otro lado, está enfocado en terminar algunas piezas en 3D –con el sistema de software libreBlender, esculturas gigantes.

© Eduardo Romaguera

© Eduardo Romaguera

Leer la prensa con café, hacer, deporte, los libros, los amigos, caminar por la ciudad. El contacto diario lo motiva, día a día, a seguir creando: “es importante que el contacto exista, pues es fuente de inspiración constante, rodearse de libros y poesía siempre me encantó. Leer me hace viajar y tocar música también es motivo para dejar volar la imaginación”, asegura. Finalmente, nos invita a una reflexión: “¿qué haríamos sin la música y las letras?”.