Por: Por Ignacia Castillo / Chile.
Imágenes cortesia del artista.
Entre piedras, pintura y diversos lenguajes, Jeannette Canale realiza un trabajo diverso que se basa en la reinterpretación, en la suma y en la resta de diversos componentes para crear y aportar en la historia del arte.
«Comienzo a intervenir mis obras con cristales Swarovski y piedras semipreciosas, en la búsqueda de una propuesta cuyo fin es armonizar el ambiente y a las personas que lo habitan»
Jeannette Canale cuenta que desde muy chica tuvo siempre un interés por las artes visuales y, de hecho, a los 16 años comenzó a pintar al óleo, descubriendo un talento que ella define como natural. “Comencé pintando al óleo desde ese momento, buscando siempre representar la realidad de la manera más exacta posible. Cuando sentí que había logrado ese objetivo, comencé a experimentar con el acrílico y técnica mixta”, explica la artista.
Canale cuenta con una gran variedad de estudios, graduada de Diseño, con diplomados en Psicoplástica, Psicología Jungiana, Marketing y un Magíster en Administración y Negocios. Todos estos han sido importantes fuentes de enriquecimiento para el trabajo plástico de Jeannette, ya que han contribuido a que forje un lenguaje y a decidir qué es lo que quiere expresar a la hora de crear. Su obra se ve fuertemente marcada por la búsqueda de integrar el espacio y a la persona, por lo que en los trabajos que realiza –por encargo– es importante tener conocimiento del lugar en el que será emplazada la obra, para poder aportar a éste un mayor grado de armonía.
“Comienzo a intervenir mis obras con cristales Swarovski y piedras semipreciosas, en la búsqueda de una propuesta cuyo fin es armonizar el ambiente y a las personas que lo habitan, para lo cual uso elementos y conceptos de la gemoterapia y geocromoterapia”, explica. Podemos entonces apreciar un importante protagonismo en la psicología dentro de su obra, la cual ha logrado interpretar mediante la incorporación de los cristales como material de trabajo: “Lo que busco es que a través de la obra las personas perciban la energía sutil y armonizadora que emiten los cristales. Así también las formas y los colores aportan energía y sellan de alguna manera el valor energético de un ambiente. Cada elemento tiene una intención y emite una señal que nuestro cuerpo sutil capta y transforma en sensación y emoción”, señala.
Vemos, además, que la obra de Canale se divide en tres áreas de estudio, reinterpretaciones, mandalas y otro segmento de obras que no se rigen bajo un mismo concepto específico, más bien se unen debido a la búsqueda de un fin común. Las reinterpretaciones las trabaja buscando generar un aporte a la obra clásica, esa obra que deviene de un largo estudio por parte de los maestros de la historia del arte, en palabras de la artista, “reconocida por su magnetismo y valiosa por haber encontrado un lugar en el colectivo”.
Por otra parte nos encontramos con los mandalas, al que llegó debido a su interés de reunir la armonía requerida, en la obra, por cada lugar en particular. Por lo tanto el uso de los cristales en estos trabajos es fundamental. Canale hace un estudio de los distintos requerimientos de la persona o el lugar, y en base a esto trabaja con las piedras que entreguen la energía necesaria para cada caso específico.
Paralelamente nos encontramos con otro grupo de trabajos de Canale, los cuales son más difíciles de agrupar bajo un título en común, ya que son más variados. Podemos ver desde paisajes a composiciones menos figurativas; y trabajos mucho más intuitivos, donde la experimentación es el motor principal. El trabajo con colores, texturas y los distintos elementos fluyen de manera mucho más espontánea conformando un imaginario muy personal que deja salir de manera más natural.
Su obra ha sido expuesta en Asia Contemporary Art Show 2015, donde su obra tuvo una gran recepción e inmediata circulación. Para esta feria trabajó con sus series de mandalas, pero podemos notar una importante evolución en el trabajo, las formas se tornan mucho más sueltas y fluidas, con la intención de romper la estructura dentro de la unidad. Su trabajo, actualmente, se ha volcado también al estudio de la abstracción lírica. El mandala pasa de ser netamente geométrico para presentarse de manera más orgánica, más vívida, “una propuesta más suelta y menos controlada, donde me dejo cautivar por el color y la textura dejando que se expresen libremente”.