Luego de varios años de trayectoria, José Yisa vuelve al cubo blanco galerístico con obras que cuestionan a la publicidad tanto por la apropiación del espacio público, como por el adoctrinamiento masivo que pretende realizar en la población.
En la siguiente entrevista, repasamos algunos conceptos vinculados a su último proyecto de investigación, Dust Kapital Kunst , ante lo que Yisa señala: “Creo en el arte como una génesis de preguntas, que causa reflexiones críticas sobre situaciones diarias, así nos vemos implicados consciente o inconscientemente, de forma pasiva o activa, de forma voluntaria o involuntaria”, en este mundo lleno de imágenes, conceptos y formas que se impregnan en nuestro cerebro.
¿Por qué la decisión de introducir el proyecto mencionado al cubo blanco?
Más que una decisión es una consecuencia que se debe al proyecto anterior. Mi trabajo funciona como un todo, no como ideas aisladas, si revisas todo mi cuerpo de obras, independiente de que cambie el medio de producción, todos mis proyectos son continuaciones de ideas que van cambiando de medios según la necesidad específica de esta, pero las ideas son procesos de larga investigación que se entrelazan como pequeños puntos dentro de una galaxia y que forma una constelación.
Este proyecto, en particular, nace de uno anterior que se desarrolló en Barcelona y Valencia, PROYECTO FUTURO, y que se realizó en una última instancia en Santiago de Chile, en 2022. Ahí se planteó la manipulación consciente del inconsciente colectivo desde el espacio de la publicidad o más bien la colonización publicitaria y, en particular, desde las vallas publicitarias que bombardean y habitan la ciudad. Luego de esa investigación y de las intervenciones de sitio específico en diferentes ciudades y lugares, tuve la necesidad de invertir el proceso de pensamiento y traer aquello que existía afuera, o sea la publicidad, hacia adentro. Para este proceso y, en esta inversión del accionar intelectual, tomé los símbolos -íconos de la publicidad-, que provienen de marcas transnacionales y los deconstruí para que, a través de un gesto geométrico abstracto, se puedan citar las ideas sobre el arte prehispánico, al mismo tiempo que los movimientos geométricos abstractos latinoamericanos. Lo anterior en base a los pensamientos de Juan Acha y de su escrito, “Pensar el arte desde América Latina”.
¿Cómo lo anterior se refleja o dialoga con la obra de DDK?
Lo anterior se refleja en la obra a nivel de formato de producción, a través de pinturas, videos y animaciones, que produzco en un formato tal que pueden convivir en la espacialidad que el lugar de exhibición permita.
Ahora, lo más importante es que estas piezas son entendidas como una forma de articulación con mil posibilidades, por lo que se comprende que la idea del proyecto es lo más importante y esta idea se explica a través de su conceptualización, la cual es asimilada por el público desde la misma producción.
En tus palabras, ¿qué genera la publicidad en el espacio público frente a quien la ve cotidianamente?
La publicidad, por un lado, es un claro adoctrinamiento de ideales, eso genera la publicidad en el espacio público, pero al mismo tiempo produce una normalización de esta forma de adoctrinar, ya que el espacio público deja de comprenderse como un lugar de interacción sensible o de sensibilización, como un espacio de comunidad y se convierte un espacio de consumo y de intercambio de mercancías.
¿Cómo ha sido la recepción de este proyecto a lo largo de su trayectoria en espacios expositivos?
Ha tenido una gran aceptación, me ha dejado contento los diferentes puntos de exhibición y desde ahí ha tenido una comprensión transversal, lo que es muy interesante y me deja lleno de nuevos retos para mi producción a futuro.
¿Hay un futuro idílico al que aspirar, como personas y seres humanos?
Hay futuros idílicos claro. Ahora, en este momento, mientras contesto esta entrevista, se ve difícil… pero la utopía siempre existirá y la idea es poder avanzar hacia ella.
Sobre DDK, ¿cuál sería ese futuro y que se espera del proyecto?
El futuro próximo son un par de exposiciones en España, que están por confirmarse. Por lo cual y, como dice la típica cábala, no quiero hablar más de esto, pero la idea del proyecto es poder continuar su itinerancia ya que su articulación permite una movilidad de formato y de producción, al mismo tiempo que su concepto se hace traducible a diferentes urbes y ciudades, comprendiendo la similitud de las mismas.
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