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La vanguardia y el arte acción siempre fue de interés para Elizabeth Neira, periodista cultural que se ha dedicado a la performance hace más de 15 años. Actualmente radicada en Valparaíso, dedicada a hacer residencias de performance, a su actividad performática, a la escritura y a dar talleres. Eli Neira nos cuenta un poco más sobre su trabajo previo a la Masterclass que realizará la próxima semana en AAL.

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¿De qué manera comenzaste a trabajar en performance?

Yo trabajaba como periodista cultural y un hecho decisivo fue cuando me tocó cubrir la performance la Spencer Tunick en Chile. En ese momento propuse hacer una crónica vivencial, ya que me parecía que era un acontecimiento que no bastaba ver desde afuera y estaba en lo cierto. Esa primera experiencia marcó un hito cultural en Chile que nadie se esperaba y también me marcó a mí. La experiencia de entrar en esa otra dimensión que posibilita la performance, ese tiempo completamente fuera del tiempo y ese lugar excepcional donde experimentas una libertad más allá de toda cotidianidad, me hicieron desear profundamente estar ahí, dedicarme a investigar esa posibilidad de la existencia y de la creación.

Esa fue mi primera performance, a donde entré como reportera pero también como protagonista. La vivencia fue tan fuerte que poco después comencé a experimentar con ese lenguaje.

 

¿Cómo se ha desarrollado tu carrera?

Bastante a ciegas, como he podido, muy intuitivamente, solo con la certeza de querer hacer lo que he hecho. No haber estudiado arte ni teatro ni nada relacionado con el hacer artístico, ser autodidacta por un lado me ha permitido abordar el performance con mucha libertad y hacer cruces disciplinarios como con el activismo político, el feminismo o la ecología, por ejemplo. Esto me sitúa en un lugar más universal, fuera del gueto de los artistas. También este estar afuera me obligó a tomar “atajos” para mostrar mi trabajo y así comencé a usar la red y la calle, después el paisaje que de alguna manera son escenarios no elitistas, me dieron una enorme visibilidad mucho más rápido que si hubiera esperado ser “reconocida” por la institucionalidad cultural.

¿Cuáles han sido las presentaciones más relevantes de tu trabajo?

No sabría decirte pero creo que trayectoria se ha desarrollado más afuera que en Chile, en América Latina sobre todo. Recorrer los escenarios de festivales de performance a nivel regional me dio la posibilidad de conocer la escena latinoamericana de performance y darme cuenta que se trata de una disciplina muy libre, muy compleja y extremadamente dinámica.

Con respecto a mis obras individuales pienso que mis trabajos más radicales son los más importantes porque se transformaron en instancias de gran pregnancia política. Es decir piezas como Nunca salí del horroroso Chile y El enemigo interno, lograron encarnar un descontento que existía en mí, pero también en todo el país. El enemigo interno se hizo viral, e inspiro a mucha gente a usar el arte como herramienta de liberación.

In memorian Margarita Ancacoy de la serie
In memorian Margarita Ancacoy de la serie “Ni una muerta mas”, registro de Francisco Javier Diaz

Recorrer los escenarios de festivales de performance a nivel regional me dio la posibilidad de conocer la escena latinoamericana de performance y darme cuenta que se trata de una disciplina muy libre, muy compleja y extremadamente dinámica.

¿Cómo ves la performance en Chile?

Hay mucha performance en Chile sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero como es una disciplina que no es comercial y está absolutamente silenciada por la institucionalidad a la que todavía le resulta incómoda; por la academia, que no haya cómo abordarla; y por otros agentes culturales que ven en la performance algo demasiado radical en un contexto de postdictadura donde la radicalidad aún está mal vista.

¿A quiénes considerarías imprescindibles para el desarrollo de la performance en el país?

Las Yeguas del Apocalisis.

¿Podrías dar un consejo a alguien vinculado teórica o prácticamente con la performance?

Que tome todos los talleres que pueda y que no se asuste con lo que la performance le mostrará de sí mismo y de los demás. La performance, más que una disciplina del arte, es también una ritualidad poderosa que puede vincular a los individuos muy profundamente y puede crear situaciones de gran efecto social como la acción de Tunick que te comente.

“El colonizador”. Registro Efraín Bueno.

¿Qué temas, a grandes rasgos, abordarán en la Masterclass AAL?

Abordaré mi trayectoria desde la crónica a la poesía y de la poesía a la performance y sus diferentes vertientes, el cuerpo político, el postporno y los procesos comunitarios, el vínculo con los activismos, el feminismo, la ecología y la protesta política. Además se dejará un espacio para preguntas e interactuar con los asistentes sobre sus propias experiencias.

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