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CABEZAS ROJAS – el artificio del espanto

“No sé si mis ojos la miraron bien, o no la miraron, porque lo espantoso produce en nosotros confusión de ideas.

Era un misterio repugnante la figura horrible que salía tambaleándose de la casa.

No había nadie en la calle melancólica y reposada en su muerte.

La figura monstruosa no se movía de la puerta. Poseía en su actitud, la fría interrogación de un friso egipcio.”

El trabajo CABEZAS ROJAS, el artificio del espanto, indaga en la proximidad al horror desde la violencia sustentada en la multitud de imágenes que genera la actualidad, recogiendo este global visual para recodificarlo en nomenclaturas que son referenciadas en la tradición, la política, las artes y las formas diversas del poder. Un escenario múltiple

Que al hacerse cotidiano a la mirada, adormece toda reflexión, toda acción frente al espanto, en la imagen higienizada ya no especula el miedo ni el asombro solo circulan atisbos nerviosos de rechazo o la idea momentánea de mantenerse vivo

La propuesta hace dialogar diferentes soportes, materialidades, ensayos y especulaciones, construyendo desde una palabra como idea a una especulación visual, múltiples lenguajes que alinean una maqueta de pensamiento, reflexiones distantes y cercanas, casi invisibles y nítidas como red soporte de lo real, lo aparente, lo que está aconteciendo.

Materialidad

En su construcción material el proyecto consta de trabajos en papel, dibujos, impresiones, pintura, video  y objetos, organizando una gran instalación in situ diseñada al espacio.

Las obras se realizaran durante el mes de trabajo en las dependencias de la galería.

“Tenía un vientre muy abultado como de eterno embarazo, sus brazos caídos sostenían unas manos viscosas y formidables de fealdad. En la cadera llevaba un cántaro desmochado, y sus cabellos canosos y fuertes, rodeaban aquella cara con un agujero por nariz. Sobre sus pómulos una pupa amarillenta mostraba toda su maloliente carroña, y un ojo horrible derramaba lágrimas sobre ella, que la figura atroz limpiaba con su manaza… Salía de aquella casa de vicios espantosos y lujurias extremas.

Es horrible este bicho con enaguas y con senos flácidos… Es la que en la casa eternamente maldice y asusta a las buenas comadres. Es la que si pudiera nos besaría a todos para infestarnos de su mal. Es la eunuca de un harem de podredumbre”.


Lee el artículo sobre Víctor Hugo Bravo en la Revista AAL:

https://www.arteallimite.com/2018/01/19/revista-no-88/