¿Cuánto se demora la censura?

Eran las 4.30 de la tarde cuando bajamos de Cerro Alegre para ver la intervención de Galvez INC en el Mercado Puerto. Tan solo 4 horas antes había sido la inauguración de las tres imágenes y textos correspondientes, que intervenían 47 metros en los muros de la construcción del edificio que se encuentra en remodelación hace más de 5 años. Al llegar, las imágenes intactas; los textos, borrados con pintura.

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La censura es algo más frecuente de lo que piensa. El arte, los medios de comunicación y las redes sociales filtran y eliminan información en base a algoritmos, reglas o intereses propios; la censura, de esta forma, es algo con lo que lidiamos cotidianamente, pero quizás de manera subliminal. Sin embargo, ayer, en Valparaíso, la censura fue directa.

La intervención de Galvez INC en la remodelación del Mercado Puerto fue radical y directa. Se pintó sobre los textos que abordaban tres problemáticas puntuales sobre la ciudad, con el mismo color que está pintándose la remodelación del antiguo edificio. ¿Eficiencia municipal? ¿Censura de la ciudadanía? ¿Una decisión de los maestros de la construcción? ¿Qué puede generar la información escrita en la población, que debe ser eliminado?

La obra censurada

A las 8 de la mañana del día martes 1 de noviembre, luego de una entretenida noche porteña, se levantó Juvenal Barría junto a José Pemjean. La altura del espacio en Galvez INC, la luz y los deseos de montar la obra fueron suficiente incentivo para que bajaran las escaleras de Cerro Alegre y llegaran a Plaza Echaurren. El muro parecía esperarlos, sin embargo, el viento que soplaba fuertemente fue el primer, y único, impedimento que tenían hasta ese momento.

Semanas antes habían buscado imágenes que demuestrasen las problemáticas con las que viven a diario en Valparaíso. Identificadas como la gentrificación y el turismo, junto a la especulación inmobiliaria; la contaminación y la construcción del mall y las mercancías que se contraponen a la ciudad, encontraron en el trabajo de Carla Bobadilla, Alejando González y su propio colectivo -Galvez INC- la respuesta adecuada.

«La primera imagen habla del turismo, No Dumping, una obra de Carla Bobadilla creada en 2007, es un trabajo al que tuvimos acceso por un catálogo y luego contactamos a la artista. Es una fotografía sobre el primer crucero que llegó a Valparaíso, el Queen Mary II, tomada desde una quebrada muy pobre que permite ver a esta mole versus el puerto», explica Juvenal Barría.

La otra imagen es de un fotógrafo que ya está muerto y cuyo archivo se descubrió hace poco, Alberto González Contreras documentó durante casi 20 años la devastación ambiental que está ocurriendo en la zona Ventanas en Puchuncaví. Galvez INC tomó una de esas imágenes del año 1981, en blanco y negro, donde se muestra la playa con todos sus habitantes versus la contaminación de fondo y a la gente haciendo una vida normal.

La última imagen fue creada por el mismo colectivo que estuvo hasta las 1 de la de madrugada del miércoles 2 de noviembre pegando las gigantografías y los textos que respaldaban cada imagen, para aclarar bien la idea; para que no hubiese duda. En esta obra se aprecia un contraste entre la clásica feria de la Avenida Argentina, versus el mall que están construyendo, en palabras de Juvenal: «Estéticamente, hay una dualidad por el tema de las mercancías, pero lo que nos interesa poner en jaque es la superproducción para tomar conciencia de eso. Además de cómo afecta la construcción de malls o grandes almacenes a la pequeña economía de un sector, se supone que esto genera empleos, pero no es tan así dado los salarios bajos y el constante abuso laboral. Todo eso está dentro de la esta obra, seguramente por eso censuraron los textos, que llaman la atención».

El problema del Mercado

En 2004, Valparaíso fue nombrado patrimonio de la humanidad por la Unesco, desde entonces, la limpieza y la higiene son conceptos que se han tratado de aplicar a la ciudad y cuyos resultados son cuestionables, sobre todo en el sector de Plaza Echaurren, declarada Zona Típica por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), donde el Patrimonio inmaterial tiene vida en los músicos callejeros, los borrachitos y la esquina del Liberty.

En 2010, luego del terremoto, la idea de la limpieza pudo tomar fuerza pues el Mercado cerró sus puertas para ser remodelado. Cinco años más tarde, comenzaron con los trabajos con un presupuesto que supera los 4 mil millones de pesos, suma que ha sido fuertemente cuestionada. Además,  todo indica que su destino cambiará el rumbo de lo que alguna vez fue, pues según se indicó desde alcaldía: «La restauración del Mercado Puerto va a tener una fuerte presencia en el barrio en lo comercial, gastronómico, cultural, turístico, etc. Queremos que este sector vuelva a ser lo que fue en su máximo esplendor».

La visión del colectivo Galvez INC, cuestiona justamente esta situación y fue el motivo por el cual eligieron estos muros para su intervención. «Elegimos el Mercado Puerto, porque es un espacio que ha estado en constante lucha. Después del terremoto comenzaron a llegar diversos fondos para arreglar toda la zona y la arquitectura, pero esa plata se ha gastado en estudios y asesorías, transformando el mercado en un mito muerto que aún no termina. Sin embargo, ya se sabe que no va a retomar su condición anterior de ser un mercado con frutas y restaurantes típicos; se ha comentado, incluso, que va a tener un Starbucks y los negocios derivarán hacia otro lado», explican.

Todo indica la importancia que está cobrando este sector del puerto, incluso el extraño acto de pintar los textos de la intervención urbana. El colectivo jamás esperó tal respuesta, porque además la Municipalidad de Valparaíso está en paro, lo que -en cierta medida- descarta que haya sido una ordenanza municipal. Sin embargo, la censura ocurrió igual.

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