De un valor artístico e icónico irrefutable, “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci, desapareció del Museo del Louvre el 21 de agosto de 1911. Pasaron más de dos años hasta que se volvió a tener noticias de la obra maestra. Un hombre apodado Leonardo admitió haberla robado y admitió que quería devolverla, pero en vez de a París, a Italia, país natal del genio renacentista.
Finalmente se descubrió el verdadero nombre del culpable: Vincenzo Peruggia, decorador y artista que trabajó en el Louvre. Su condena lo mantuvo un año en la cárcel.
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La obra que hizo conocido a Edvard Munch en todo el mundo, “El grito” fue robada a mano armada desde el museo Munch en Oslo.
Dos hombres con pistola amenazaron a los guardias del recinto y extrajeron la pintura del lugar en menos de un minuto.Un cómplice los esperaba con el auto encendido para hacer lo más rápido posible el escape. Después de dos años de investigación, la policía local dio con los culpables.
El torso de Adele
Un hecho que no pasó a mayores ocurrió en 2005. Aquel año se realizó una exposición de Auguste Rodin en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. El culpable esta vez fue un estudiante de 20 años, quien quiso demostrar la vulnerabilidad del museo a través de la sustracción de la escultura “El torso de Adele”. Esto lo admitió luego de dos días que ocurriera el hecho, momento en el que el chileno devolvió la obra al MNBA.
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