Uno de los maestros de la pintura francesa, Théodore Géricault (1791 – 1824) es uno de los mayores exponentes del romanticismo francés, corriente pictórica que prioriza los sentimientos por sobre la razón y la libertad por sobre la rigidez. Estos valores se llevan al arte a través del uso intenso de colores y figuras dentro de la composición.
La vida del francés se caracterizó por los contrastes: a los 17 comenzó su formación como pintor, la que continuó en Italia. Fue ahí donde conoció la obra de Miguel Ángel, la que con su teatralidad y gestualidad influenció profundamente la obra de Géricault. Figuras en gran tensión, que emanan fuerza a través de una imagen contenida, habitan narraciones que van en contra al status quo clásico. Los enfermos y los caballos, otro de los temas retratados por el artista, son motivos usuales en su trabajo.