Paula Cortés fundó Galeria Espora en 2009. Al principio el formato era itinerante y lo que hacía Cortés era intervenir espacios con muestras durante los fines de semana. Hasta que en un momento apareció la posibilidad de cambiarse a un espacio físico, era el ex Taller 99, fundado por Nemesio Antúnez en 1956, y se instaló ahí durante cuatro años hasta que volvió a migrar. Fue en ese tiempo que Cortés reclutó a la artista Matilde Benmayor para que trabajaran juntas.
Este año Matilde, junto a Galeria Espora, fueron invitadas a participar de la quinta edición de la Bienal Internacional de Arte Joven de Moscú. Sólo 5 latinoamericanos fueron elegidos y Matilde era la única mujer. La sección principal de la bienal titulada Deep Inside, apuntaba a creaciones relacionadas con los nuevos medios y el uso de las tecnologías, y pese a que el proyecto Metamorfosis –presentado por Benmayor y la galerista– no utilizaba dicho formato, la obra de la generó un punto de tensión entre el resto de los asistentes.
En julio fuiste invitada a la quinta edición de la bienal junto a una artista de tu galería, Matilde Benmayor, ¿cómo llega Matilde a Espora?
Yo la convoqué. La primera vez que la vi fue en la exposición Sub30 que se hizo en el MAC de Quinta Normal en 2014 y me pareció interesante su trabajo. Después la encontré en Art STGO y le conté que la venía siguiendo hace algún tiempo, que quería juntarme a conversar con ella y finalmente le planteé que trabajáramos juntas. Esto fue antes que Matilde estuviera en la feria Ch.ACO. Lo divertido fue que luego que la invité a Espora se ganó el premio Arte en Vivo y empezó a exponer en diferentes lados, lo que me confirmó el buen ojo. Hay una cosa de guata que pasa cuando vez las obras de los artistas y te tincan.
¿Cómo llegaron a la Bienal de Moscú?
De Sudamérica eligieron 5 artistas y Matilde fue la única mujer. Primero me llegó una invitación abierta a la Bienal. La sección principal de la bienal se titulaba Deep Inside y el curador, Nadim Samman, quería creaciones relacionadas con la nueva mirada, con los nuevos medios, las tecnologías y cómo éstas habían cambiado la forma de mirar. Pero tampoco era que buscaran obras hechas con nuevos medios, sino que era cómo esta nueva visualidad afectaba a las artes visuales. Pensé en los artistas que tenía en la galería y cuál de ellos podía encajar con lo que deseaba el curador: Matilde. Hace poco habíamos presentando Metamorfosis, un proyecto para ArteBa en Barrio Joven, pero no quedamos. Por lo que utilizamos esa misma idea, que ya estaba armada y postulamos a la bienal.
¿Cómo describirías el trabajo de Matilde?
Matilde trabaja un poco con esta idea que hace alusión a las células, a formas básicas que se asemejan a esas células. Entonces ella, de una forma un poco aleatoria, va cambiando y combinando las formas, desde un lugar muy del hacer. Habla un poco de esta nueva era de mutaciones genéticas, pero desde un contrapunto que es el del trabajo de taller. Por lo mismo, yo pensé que podía ser un punto de tensión en la bienal, ya que Matilde te invita a mirar este nuevo mundo desde otro lugar. Además, las formas de sus obras son muy contemporáneas. Ellas las produce en cerámica gres porque es el medio que tiene, pero funcionarían igual de bien en fibra de vidrio.
¿Qué significa, para una galería y el artista, el paso por una bienal?
Pasan varias cosas con el hecho de estar en una bienal. Por ejemplo, específicamente ir a Moscú ya significa mucho. Significa, primero, que en cuanto a galería uno está haciendo un buen trabajo con los artistas. Confirma que en algún minuto tuviste buen ojo y que estás haciendo un trabajo responsable con ellos. Porque a mí me interesa comercializar, pero también me interesa articular carreras.
Para Matilde es importante. No sólo porque puede poner en su currículum que estuvo en la Bienal de Moscú, sino porque asistió. Podría haber mandando sus obras y nada más, pero ella fue a Rusia y estuvo en un lugar donde se podía relacionar con otros artistas, de todas partes del mundo, que en otras circunstancias no hubiese podido intercambiar con ellos. Ahí te enfrentas a otras culturas, a otras formas de ver y crear. Llegar a la inauguración y poder ver qué se está haciendo en otras partes del mundo. Porque en Chile nosotros nos movemos en Latinoamérica y un poco de Europa, esas son las zonas geográficas donde intercambiamos arte, pero enfrentarte y pesarte con otros artistas absolutamente ajenos, con otra forma de ver, en una bienal donde se discute de arte significa que algo va a pasar, algo te va a pasar a ti.
¿Cómo cambió tu ojo luego de asistir a la Bienal de Moscú?
Yo antes decía que no a los nuevos medios; ahora me fascinan. Entiendo que fui a una bienal que tenía la mirada tecnológica, pero es acá no hay nadie que sea tan tecnológico e insisto que tiene que ver con las regiones. En Chile se hacen videos, hay instalaciones de luz, pero acá había un uso de la tecnología para hacer arte. Por ejemplo, había un colombiano que armaba esculturas 3D por las fotos y vectores que hacía en sus moldes, luego los sometía a un error, entonces el error terminaba por armar la obra y en las esculturas quedaban los bits.
¿Cómo crees que se viene el arte en Chile?
Si yo lo comparo con lo que vi ahora, en Moscú que era ultra tecno, nosotros seguimos estacionados en el arte de taller. Algunos se están tratando de arriesgar a nuevas propuestas metiendo un poco de tecnología, pero a la vez es complicado comparar porque yo fui a una bienal que tenía la mirada tecnológica. Aún así, yo veo que las mallas académicas de las carreras están empezando a meter los nuevos medios. Y algo va a suceder con eso. El arte es un reflejo de la historia y sería raro que fuéramos ajenos a las tecnologías que nos rodea. Que no influyera nuestra forma de hacer arte, nuestra forma de pensar.
Pese a que Espora aún no tiene un espacio definido, Paula ya está pensando en cómo rearmara esta nueva versión de su galería. “Quiero un lugar más acotado, más orgánico y a la vez volver a hacer trabajo algo más itinerante”, explica. Mientras no encuentre el espacio idóneo para armarla, seguirá trabajando con sus artistas y en octubre próximo estará presente con una propuesta de 5 artistas mujeres en Barcú, feria internacional de arte y cultura que se realiza en Bogotá, Colombia.