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“El gesto de pintar compromete la memoria de los demás cuadros ya pintados: transforma esa memoria al actualizar sus datos en una nueva estructura de significación pictórica y reinsertadas en su presente de producción. (…) Esas obras figuran desfigurando la fuente de autoridad. En esa desfiguración se instala el máximo respeto por la noción de la misma fuente”.
Juan Pastor Mellado, 1983.
Eran pasadas las 19:30 y en la Sala Chile, ubicada en el segundo piso del Museo de Bellas Artes (MNBA), se escuchaba un ruido similar al de un panal de abejas. Los murmullos y conversaciones de las decenas y decenas de presentes no cesaban de sonar a la espera de la inauguración. Mientras, a los costados, las obras de Copias & Letras bañaban la sala de color y las personas –que no paraban de llegar– se iban agolpando un poco más al frente.
El discurso inaugural fue revelador. Quién se habría imaginado que las primeras obras que fueron parte del MNBA eran copias, como todo lo que nos rodeaba en ese momento. Las frases que se iban sucediendo por el micrófono daban paso a una velada llena de reflexiones. De alguna forma u otra nos invitaban a cuestionarnos. ¿Desde qué lugar se le otorga el valor a una obra? ¿Por qué la importancia del original por sobre su copia? Quizás porque sin la primera esta última nunca habría existido, ni su copia ni la cita a ella.
Al rato la multitud había comenzado a disiparse y la temperatura de la sala volvía a su normalidad. Entre tanto afuera se hacían filas a la espera de un espumante; los que quedábamos en el espacio comenzábamos a disfrutar el caminar pausado de una obra a la otra. Era la noche de las reproducciones y los espectadores lo hacían notar. Con sus celulares en mano disparaban cientos de fotografías por minuto atesorando copias de las copias como si no las quisieran dejar ir, como si también para ellos fueran una inspiración para algo más.
A la entrada, por el ala izquierda, había un lienzo que brillaba con luz propia atrayendo las miradas de casi todos los que estábamos por ahí. La cita de Pablo Ferrer a Napoleón en el paso de San Bernardo de Jacques-Louis David, producida en 1801, era una fina ironía del original. Por primera vez no veía a un Napoleón esbelto y erguido sobre su caballo sino a una figurita de lego que montaba un pony de carrusel. Una representación que derrocaba el clásico discurso de promoción y poder del militar francés, dando paso a la materialidad de lo plástico, de la falsedad.
En paralelo, en el muro del frente se observaban las copias que en sus orígenes fueron víctimas del rechazo y la desvalorización producto de su naturaleza. Un tiempo donde incluso el mismo MNBA se deshizo de muchas de estas piezas que lo habían dotado de vida y prestancia en sus inicios. Pero ¿Por qué una copia va a tener menos valor que un original si es capaz de producir los mismos efectos en quien la contempla? ¿Por qué finalmente Los borrachos de Diego Velázquez se valora más que la copia atribuida a Cherubino Kirchmayr?
A la salida los invitados estaban repartidos entre las bancas y escaleras frente al museo, eran pocos los que partían a sus casas directamente sin dialogar. Porque lo interesante de la exposición Copias y Citas del Museo de Bellas Artes de Chile es que con la muestra de las distintas copias del siglo XIX –renovadas y puestas al día– y la creatividad en las citas elegidas, se abrió el debate de la importancia de lo original en un país donde siempre hemos aprendido de copiar.
{:}{:en} “To paint involve the memory of the Works already painted: transform that memory at the moment to actualize the information into a new structure of pictorial significance and reinserted in its present of production. (…) That works appear deforming the source of authority. In that distortion is install the maximum respect for notion of the same source.”
Juan Pastor Mellado, 1983.
It was just after 19:30 p.m in the Sala Chile, located on the second floor of the Fine Arts Museum (MNBA), a noise similar to a honeycomb was noised. Murmurs and conversations of people did not stop to make noise waiting fot the inauguration. While, at sides, works of Copias & Letras filled the room with colors and people. They do not stop arriving.
The inaugural speech was revealing. Nobody imagined that the first works that formed part of the MNBA were copies, as all what surrounded us in that moment. Phrases that were saying by microphone gave way to an evening event full of reflection. Somehow it invites us to question us. From what point of view a work has a different value to the other? Why is more important the original work than the copy? Maybe, because without the original work could never has been a copy nor a quote.
In a while, the crowd had begun to disappear and the temperature of the room returned to normal. Outside the room there are lines of people waiting a sparkling; people that were inside the room enjoyed the space when we walked slowly between one works to other. It was the nights of copies and observers became noticeable. With their cell phones in hand took photos accumulating copies of copies as if they do not let them leave. As if they were an inspiration.
At the entrance, by the left side, there was a canvas that shined with its own light attracting looks of people that were there. The quote of Pablo Ferrer to Napoleón en el paso de San Bernardo of Jacques–Louis David, made in 1801, was a fine irony of the original. For first time I do not see a slender and straight Napoleon on his horse, but as a Lego minifigure on his pony. A representation that demolished the classic advertising speech and the French military power giving way to the maternity of the plastic, of the falseness.
In parallel, in the front wall is observed the copies that in its origins were victims of the rejection and devaluation due to its nature. A time where even the MNBA got rid many of these pieces that had given life and excellence to it in the beginning. But, why a copy has less value than an original if it is able to produce the same effects in the observers? Why finally Los borrachos Diego Velázquez is more valued than the copy attributed to Cherubino Kirchmayr?
At the exit, the guests were divided between the benches and stairs in front of the museum, there were few people who go to their homes directly without dialogue. The attractive of the Copias y Citas exhibition of the Museum of Fine Arts in Chile was open a discussion of the importance of the original in a country where we have always learned to copy.
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